Entre presidentes se vean los colombianos

¿Y, a Capriles quién lo nombró presidente? Ah, caramba. ¿Entonces, será que tenemos dos? Uno que gobierna acá que fue electo por el pueblo y, ratificado por el CNE y, la AN y, el otro, en lista de espera respaldado por Uribe y Santos con la anuencia del gobierno yanqui, hasta que Obama decida qué va a hacer con el caprichoso cuando las auditorías confirmen como lo van a decidir que, lo que se dijo la noche del 14-A es. Pero, entonces vendrá lo mejor en que ellos, la MUD y el Departamento de Estado pedirán nuevas elecciones.

¿Y, eso, por qué, se preguntarán muchos?, cuya respuesta sería, pues a ellos les da la gana que sea y, se haga así.

Y en razón a eso: Santos como buen alumno de Uribe Vélez como eminente político colombiano de la más prepotente burguesía, así lo pensó y, además se afianzó en el dicho popular que para él es algo y, lo aceptó: Si no te agarra el chingo te agarra el sin nariz y, sin lamentarse se dijo, mejor es acatar que lamentar y, optó por la cordura oligárquica de su entorno como gobierno neoliberal y, de inmediato entabló relaciones adelantadas con el presidente Capriles que así se le conoce en el vecino país, una vez que fue recibido por Santos y, además Santos cree que como embajador antes ese presidente sería Uribe su candidato de excepción, por lo falso positivo que ha sido y, es.

Y, como ellos se despachan y se dan el vuelto, no hay enredo que desenredar que más claro no puede ser si la orden les llegó Washington-Miami y entró por la frontera colombiana vía Bogotá y, allí se tomó la decisión de tirar al presidente Maduro al cesto de la confrontación por la traición de Santos que, a lo mejor pensaron: más adelante se emparejan las cargas emocionales y como nosotros somos olvidadizos, pasaría fácil la arremetida cómplice.

Mientras tanto Capriles se desvive escribiendo su discurso en inglés que para ello tiene su apartamento en Nueva York, donde le sobra tiempo que no le dedica a la gobernación de Miranda y, como tal descansa a su libre albedrío y a la tutela del gobierno colombiano y de jj Rendón (el dañino), en short deportivo made in Colombia, del penoso ajetreo político que tiene loco y contra la pared de la indiscreción a muchos politólogos y analistas penitentes que no atinan a comprender: cómo es eso que Capriles es presidente sin banda y sin el visto bueno del pueblo venezolano a, lo que un mal pensador, dirá, vainas de la vida de quien nace enmantillado de poder. ¿Acaso no tenemos el caso de don Pedro Carmona Estanga que se autonombró presidente? Y quedó para la Historia como el breve.

Santos nos metió un gol que se llevó contra la red internacional las buenas relaciones que había entre su país y el nuestro, pero el árbitro de acá se arrechó y sin contemplación se la cantó bien claro en la capital del estado Carabobo: mi gobierno se respeta y como jefe constitucional del Estado venezolano veremos que haremos en lo adelante, ya que se están evaluando esas relaciones. Veamos que va a pasar en la comidilla pasional cuando el presidente que no es presidente de ningún país de la Región del Sur despierte de su sueño dorado y aprecie que su desvarío lo entierra de por vida como un malogrado de la política de PJ en que siempre será un derrotado de los chavistas y, que el sigilo colombiano en cualquier momento revienta y, el error de Santos al recibirlo ha de servir como una metida de pata casi a la salida de aquél.

No creo que, ningún político decente que se aprecie: quiera estar en el pellejo de Santos y su gobierno.


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Esteban Rojas


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