¿Qué cosas mueven a los jóvenes a enlistarse en las filas del terrorismo y la corrupción?
Ahora que se mira al mundo embijado de sangre, principalmente con sangre de jóvenes. Libia destruida y metida en un laberinto de crímenes y corrupción, Siria ensangrentada por la agresión de militantes terroristas extranjeros: árabes, cataris, chechenos, búlgaros, libios, etc., Egipto en una marea de represión con centenares de asesinados en las calles. En estos fenómenos sociales quienes llevan la carga del conflicto son los jóvenes, quienes ponen los muertos son los jóvenes. La pregunta es ¿Qué lleva a los jóvenes a en listarse en el terrorismo?
Una aproximación al problema es que en estos fenómenos sociales existen dos tipos de jóvenes: los que defienden los mejores logros de su patria, el trabajo, la educación, la vida de su familia y sus amigos, la integridad de su país y su historia.
El otro tipo de jóvenes que se mueven en el terreno político social mundial son los que se comen el corazón de sus víctimas, sodomizan los cadáveres, orinan sobre ellos, profanan templos y cementerios, roban petróleo y lo venden trasegado, y caminan campantes y rapantes frente a los humanos asustados de tanto crimen.
Estos últimos son financiados por el imperialismo y sus lacayos, dirigidos militarmente por expertos de Al Qaeda, el Pentágono y la Otan, pertrechados por los norteamericanos, ingleses, franceses, cataris y árabes. Su pobre consigna ¡Aláhuacbar! es el disco duro de su pensamiento y sentimientos. Viviendo como humanos enajenados, sin patria: no soy de aquí ni soy de allá. Donde haya coca y vino tengo mi hogar.
¡Ojo! América Latina. El cinismo y el sadismo son las filosofías que los imperialistas utilizan para alienar a la juventud y meterlos en el torrente de crimen corrupción y despariotismo.