El 13 de octubre Liu Chang, «escritor de Xinhua» (la agencia oficial de noticias china), señaló que «ya es quizá hora de que un mundo confundido comience a considerar construir un mundo desamericanizado» (http://news.xinhuanet.com/english/indepth/2013-10/13/c_132794246.htm), en un inglés notoriamente cuidado y exquisito, por cierto.
Lo dice un vocero de la República Popular China, uno de los más conspicuos acreedores de los Estados Unidos, a quien para nada conviene un «colapso total» de su cliente primordial. La China es el principal socio económico de los Estados Unidos, con miles de fábricas estadounidenses delocalizadas allí, fabricando desde baratijas hasta equipos de alta sofisticación. Pero ¿cuánto tiempo falta para que los Estados Unidos pasen a ser la segunda economía del mundo después de la China?
Los Estados Unidos siguen siendo el máximo superpoder, pero cada día es menos máximo. Están yendo más allá de lo que un fanfarrón mundial puede sostener sin hacer el ridículo que están haciendo en Siria, por ejemplo, que sería comedia si no fuese tragedia.
Dice Chang: «Con un poder aparentemente sin rival en lo económico y lo militar, los Estados Unidos han declarado que tienen intereses nacionales vitales que proteger en casi cada rincón del globo, y se acostumbraron a inmiscuirse en los asuntos de países y regiones bastante lejanos de sus costas». Pero «en lugar de honrar sus deberes como potencia responsable, la egoísta Washington ha abusado de su condición de superpotencia e introducido aun más caos en el mundo, exportando sus riesgos financieros, instigando tensiones regionales en medio de disputas territoriales y declarando guerras injustificables mediante mentiras descaradas».
Los Estados Unidos han dado al mundo bienes invalorables, desde las artes hasta las ciencias y la tecnología. Se hicieron imprescindibles, por su inventiva, su talento, su eficiencia. Pero últimamente se han convertido en un grave problema para la humanidad entera. No que antes no lo fuesen, lanzaron dos bombas atómicas sobre población civil indefensa, para señalar solo eso. No es nuevo. Pero ahora hay una diferencia: ya no son tan poderosos, se les está amotinando el mundo y no hay nada más ridículo que un matón sin poder.