Hemos conversado en anteriores textos sobre la tesis geopolítica de José Vicente Rangel Vale (JVR) referida a la necesaria reingeniería de la política internacional estadounidense heredada del señor George W. Bush, hijo, cuando ejercía como huésped de la tradicional Casa Blanca cuando éste político texano decidió que había que "blown up" (destrozar más que desaparecer) los estado-naciones del Medio Oriente y de Asia Central (entre otros) con lo cual obligaría al primer Presidente estadounidense afro-americano, Barack Obama, quien ha alcanzado tan elevada responsabilidad socio-política estadounidense (históricamente) en considerando que los EEUU de América no solo es la "nación-potencia" sino, además, ser el conductor real del imperialismo y su correspondiente desarrollo cual, inevitablemente, junto con el proceso evolutivo en perfectibilidad del sistema capitalista en su realidad global, nos lleva a tener presente, permanentemente, cual es la contradicción de los pueblos en globalidad.
El Presidente Barack Obama, como diría mi señora madre, "le dejaron una papa caliente" cuando alcanzó las realidades de la política interna en combinación con las realidades de la política exterior en el marco de la seguridad y defensa de los EEUU de América; es decir, salvar el modelo de vivencia de la sociedad estadounidense; sí ustedes así lo prefieren: "el american way of life". Cuando el Presidente Obama se viera en la imperiosa necesidad de enfrentarse con la "objetiva realidad" que significa el Poder (don Alberto Müller Rojas) comenzaron sus contradicciones electorales que se expresaron en evidentes contradicciones a lo interno de "su yo" conjuntamente con su entorno de su relación con la Otra aún y cuando tomara de determinación, personal y/o impuesta, de entregarle la batuta de la política internacional al señor Vicepresidente católico, John Biden, conjuntamente en colaboración con la fan de Netanyahu, Hillary Rodham Clinton.
Cuando analizamos, someramente, las debilidades consecuenciales de las políticas globales que impusiera Bush, hijo, y su delecto, Secretario de Defensa como acólito (¿monaguillo?) del dueño de cárceles y cazador furtivo, pareciera que la balanza entre los objetivos estratégicos versus los daños reales y colaterales en aquel escenario bélico cual más temprano que tarde se podría transformar en un "Síndrome Vietnam" para aquella sociedad de tercera que estaba presente en los escenarios de Iraq y Afganistán. Es decir, la promesa electoral de Barack Obama de "retirar las tropas estadounidenses de Iraq y Afganistán y cerrar Guantánamo" buscaba imponer el efecto sicológico en la sociedad estadounidense de "la esperanza del fin" con lo cual, inteligentemente, el Poder alcanzaría "desinflar" las tensiones sociales, particularmente, entre los conjuntos sociales de los afro-americanos, los latinos y los "redneck". Pero circunscribirnos, únicamente, a "la guerrita del abuelo" (neo-liberalismo en guerra permanente y necesaria) sería analizar, en un marco de la lógica formal (¿positivismo de las escuelas estadounidenses?), una sola contradicción ante la cual se estaba enfrentando el Poder y, en consecuencia, su expresión tangible popular-democrático-representativa cual se expresa de facto en la representación en el Presidente tanto en la Casa Blanca como en el Congreso estadounidenses, éste como órgano de representación real de ese Poder arriba en referencia.
El desarrollo del sistema capitalista post-etapa-Reagan-Thatcher estaba encontrando su propia contradicción no solo per se sino por la prudente e inteligente incorporación de la "economía de exportaciones" que se venía desarrollando a partir de la praxis de la política de "reforma y apertura" que se observaba en la República Popular China. Es decir, los desarrollos de las economías del Japón y la de los "Tigres Asiáticos" (Taiwan, Tailandia, Corea del Sur, Singapur, Malasia) ya se veían desgastados y caminando hacia un inevitable "cul de sac" socio-político y geoestratégico en correspondencia obligante de los desarrollos de los paradigmas del sistema capitalista mundial y, en consecuencia, la permanencia de los EEUU de América como el "uni-imperio en imperialismo" de la mundialización del Poder. Esta política de "reforma y apertura" china tenía dos conclusiones objetivas: el desarrollo de la estructura económico-socialista china y los impactos de esos paradigmas en las nuevas tesis socialistas globales posteriores a la crisis y la objetiva incapacidad del ser del "socialismo real-global" post-Muro-de-Berlín con las reales consecuencias del fracaso de la política impulsado por Mihail Gorbachov de "Glasnost y Perestroika" y la denominada "desaparición de la Unión Soviética".
Es de evidente realidad la importancia real del gobierno del Presidente Barack Obama en sus dos etapas de gobierno y gobernabilidad estadounidense. La objetivación de la geopolítica estadounidense en la "nueva política Obama" (JVR dixit) obliga al Poder realizar un reacomodo internacional del tablero de ajedrez heredado y desarrollado durante la primera etapa del gobierno de Obama. En esa nueva etapa podemos percibir el desarrollo en profundidad de las relaciones de Washington con 10, Downing Street diferente a aquella unidad Reagan-Thatcher. Podemos observar la "colonización hispana" no solo en la economía sino en la alienación ideológica de la sociedad española. Podemos observar las tensiones en las relaciones de Berlín con Washington confrontado diferencias no solo en las relaciones Berlín-Moscú sino en las visiones germanas de los escenarios en el Medio Oriente. Podríamos pensar las serias diferencias que se presentan en "pleno desarrollo" de las relaciones de la Comunidad Europea con Cuba, prácticamente, confrontando la política de aislamiento de Helms. Pero ello es la expresión del Poder hacia las sociedades capitalistas europeas lo que no obsta para dejar en el tintero la contradicción más importante y fundamental del Poder con China como nación-en-desarrollo-en-poder-fundamental-regional.
En ese marco en referencia, el Secretario de Defensa estadounidense ha expresado las variables fundamentales sobre las cuales se debe sustentar la "nueva política Obama de Seguridad y Defensa". Estas variables se circunscriben a dos realidades: los recortes presupuestarios y la reconducción del gasto militar y las nuevas realidades en lo real-militar-táctico. Es de toda lógica que salta la pregunta: ¿Por qué el Imperio ha decidido realizar un importante recorte del presupuesto militar, fundamental para su supervivencia como "uni-imperio" cuando tiene Washington "la maquinita de imprimir billullo"? la única respuesta que podríamos entregar, por ahora, es la privatización de ciertos componentes de las fuerzas armadas estadounidenses como ya conocemos de sus actuaciones en Iraq, Afganistán, Colombia, por solo mencionar estos ejemplos. Con respecto a lo real-militar, es decir, no solo lo referente a los cambios en la estrategia y la táctica sobre la base de las privatización, el Secretario de Defensa ha expresado la profundización en las nuevas tecnologías, fundamentalmente, en los sectores estratégicos de la Armada estadounidense, en el desarrollo de armas cibernéticas y en la profundización de la "guerra de cuarta generación" y el espionaje selecto.
La "nueva política Obama" (JVR dixit) es una realidad geopolítica. Esa realidad la tendríamos que analizar en el actual desarrollo de la Revolución Bolivariana bajo la batuta de Nicolás Maduro Moros incluyendo lo real-significativo de los intereses particulares en función de los desarrollos de los diferentes escenarios que se expresan y expresarán en la realidad de la CELAC.