El imperialismo estadounidense arremete de forma desesperada contra Venezuela porque desconfía de sus lacayos en el país quienes en 16 años no han podido derrocar a la Revolución Bolivariana. El imperio no puede ocultar su impaciencia y miedos por los cambios acelerados que se registran en el mundo de hoy, y que le retan hegemonía; por la aparición de nuevos bloques económicos mundiales (los países BRICS, Consejo de Cooperación de Shanghái, la Unión Euroasiática, Mercosur, etc.); y los avances de los procesos de integración en la región que ha venido impulsado con mucho empeño la Revolución Bolivariana desde sus inicios. Estados Unidos no está dispuesto a seguir soportando otros 16 años más de fracasos políticos y pérdida de recursos en Venezuela, pero tampoco puede profundizar sus intenciones agresivas contra el país sin antes crear las condiciones internas que lo “justificaría”.
Mientras el imperialismo busca distraer la atención del mundo con la falsa “normalización" de las relaciones con Cuba y reconoce el fracaso histórico de su criminal bloqueo contra la valiente isla, contraataca en el flanco Venezuela esperando resultados diferente. Estados Unidos insiste con sus fracasadas armas de sanciones, guerra económica y mediática contra Venezuela, aunque, por otro lado, reconoce la extremada torpeza de sus lacayos para alcanzar derrocar, por sí solos, al Gobierno revolucionario.
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos 2015 [1], que viola tajantemente el ordenamiento internacional manifiesto en la propia Carta de Naciones Unidas y la razón, señala a Venezuela como una “amenaza para la seguridad de Estados Unidos” y deja en claro su carácter intervencionista cuando dice “Apoyaremos a los ciudadanos de países en los cuales el ejercicio pleno de la democracia está en riesgo, tales como Venezuela”. Con esta, Estados Unidos pretende justificar y legitimar el financiamiento [2] que ha venido otorgando a los factores políticos de la extrema derecha venezolana, e inclusive, suministrar apoyo militar a éstos grupos para un hipotético escenario bélico de acciones terroristas contra objetivos civiles y militares en el país, de la misma forma como sucede hoy en Siria, Irak, Irán, Ucrania, entre otros países donde el imperialismo estadounidense intervienen de forma directa para entrenar y financiar a grupos mercenarios-terroristas. Vale recordar que, con antelación, estos últimos países también habían sido señalados por Estados Unidos y la OTAN como una “amenaza para su propia seguridad”.
No obstante, el imperio y sus idiotas en el mundo continúan subestimando la conciencia del pueblo venezolano y también a los amigos de Venezuela en el mundo. Calcularon que la guerra económica y la desinformación provocarían un escenario rebelión popular contra el gobierno revolucionario y el aislamiento de Venezuela, pero no fue así. Nuestro país goza de la solidaridad de los pueblos del mundo. Y ¡Solidaridad con solidaridad se paga!
La CELAC, la UNASUR, el MERCOSUR, el ALBA, los representantes de los países amigos en la Asamblea General de la ONU, los amigos de África, Asia y Europa, el grupo de países No-Alineados (119 países) y los movimientos de izquierda en el mundo deben estar alerta y prestos para apoyar a Venezuela en cualquier escenario.
¡Es hora de convocar a los amigos de la Revolución Bolivariana!
Fuentes:
[1] documento de estrategia de seguridad de Estados Unidos 2015
http://www.whitehouse.gov/
[2] Venezuela: golpe en tiempo real
http://www.vtv.gob.ve/