La noticia de la amenaza a Venezuela por parte del prepotente jefe de la potencia imperial más agresiva del planeta, ha suscitado un buen material de discusión y obviamente, a convocado a la venezolanidad para que se pronuncie ante semejante brabuconada, completamente fuera de lugar y de tiempo en pleno siglo XXI.
He leído con detenimiento el escrito de Carlos Lanz, a quien considero además un revolucionario integral, de los más completos que hay en el país, y concuerdo en él en el concepto aplicado al tipo de guerra que se nos puede presentar: con una potencia imperial que tiene el armamento más sofisticado del mundo, no se puede dar batalla dentro de los parámetros de la guerra de posiciones, de guerra de ejércitos, de guerra tradicional.
Es por ello que es acertado Lanz, cuando expone lo que en otra latitudes funcionó como guerra de resistencia.
Pero en el caso de Venezuela, creo, con todo respeto, que USA no intervendría directamente sino que se valdría de mercenarios, para agotar la capacidad de resistencia y golpear de modo más contundente la economía: sería algo parecido a la contrarevolución armada de Nicaragua en los años 80, entrenada, equipada y financiada por Estados Unidos, y con bases en Honduras gracias a su gobierno títere, en este caso, estoy hablando de la enorme posibilidad de que el gobierno colombiano permita, de modo soterrado, bases de hostigamiento contra Venezuela, tal como hizo Honduras contra Nicaragua.
Creo, que ya desde hace tiempo, los Estados Unidos vienen sembrando a esos contra-revolucionarios en Venezuela a través de sus operadores locales, muchos de ellos venidos del vecino país, que solo esperan la señal para comenzar a operar militarmente.
Esta situación, obligaría al gobierno a invertir en más entrenamiento militar y equipamiento para las milicias (no conozco la profundidad de su entrenamiento, pero supe que les otorgaban una especie de mesada o dieta, lo cual es contra-producente); de este modo, se verían afectados los presupuestos en salud, alimentación y educación; ya que una economía en guerra no puede sufragar costos elevados en estas áreas; así que no siendo una invasión directa, estaríamos ineludiblemente en guerra con Estados Unidos, pero con la modalidad de “Guerra de Baja Intensidad”, que fue la que se operó contra Nicaragua.
En Venezuela el mecanismo de agresión se presenta entonces de modo inversamente proporcional al que se empleó contra la Nicaragua Sandinista: cuando el gobierno de Reagan supo que no acabaría con la Revolución Sandinista por la vía armada (al contrario, esta radicalizó el proceso), emprendió entonces el trabajo de desestabilización para sacar del poder a los sandinistas mediante las elecciones, lo cual lograron.
El procedimiento de agresión contra Venezuela ha demostrado su ineficacia por la vía electoral, independientemente de los altibajos, los chavistas logran recuperar terreno, y en esto ya van 15 años; por ello, es casi seguro que los halcones del pentágono implementarán las acciones armadas dentro de nuestro territorio (inclusive en su profundidad, no en la frontera solamente) con la finalidad de golpear al gobierno Bolivariano.
Con esta agresión, el descalabro para la población sería mucho mayor que el que se vive actualmente, y no le sería difícil a los Estadounidenses, lograr que todos estos males sean achacados al gobierno revolucionario, lo que lo podría conducir a perder un proceso electoral por una amplia mayoría.
Por supuesto, no está demás tomar las recomendaciones y directrices que nos expone Lanz, pero me temo que ni la militancia del psuv ni los consejos comunales, están ni siquiera medianamente preparados para estas contingencias, atiborrados de campañas electorales y procesos eleccionarios internos; lo que asoma la necesidad de educar en ese sentido.
Finalmente, la inteligencia social es el principal aliado para abortar toda agresión no convencional: los operadores del terrorismo y las acciones armadas, tratan siempre de confundir y obtener el apoyo de los sectores populares, esto lo hacen mediante el chantaje, la amenaza, o, mediante el trabajo político que se afinca sobre los puntos débiles del proceso.
Si interrogaramos a muchos de los jóvenes que participan en las guarimbas, nos encontraremos con respuestas superficiales y soeces, la mayoría opera por resentimiento y por que han sido víctimas de campañas manipuladoras de la información...pero en este caso, con el componente de una declaración abierta de los Estados Unidos contra Venezuela, los guarimberos se quedarían cortos ante la penetración a nuestro territorio de columnas militares, que en Nicaragua se llamaron “Fuerzas de Tarea”, o de unidades de ataque rápido en las ciudades, confundiéndose luego con trabajadores mototaxistas, buhoneros y lugareños, entre otros.
No hay que olvidar que la misma característica topográfica del territorio Venezolano, que en un momento favoreció el surgimiento de guerrillas revolucionarias, pueden albergar también estas columnas militares agresoras, que terminarían enseñoreándose de territorios, tal y como lo hacen los pranes en algunos barrios de nuestras ciudades.
Estados Unidos intentó una acción militar contra Cuba en los años 60, para ello se valió de toda la cobardía que se había marchado a Miami, sumado a un no menos importante número de mercenarios; Playa Girón significó una derrota militar y moral para el imperialismo estadounidense; pero no olvidemos que ese logro fue a pocos años del triunfo de la Revolución Cubana a sangre y fuego...de modo que la población todavía estaba prácticamente alzada y en armas...que no es el caso venezolano.
En cuanto a las solidaridades, recordemos que la Revolución Popular Sandinista gozó del respeto y el respaldo de muchas naciones del mundo, así como la Revolución Cubana, pero ello no fue impedimento para que USA agrediera consuetudinariamente a estas dos naciones. Los países que se benefician de la política petrolera de Venezuela serían los principales afectados, luego vendría la afectación al mismisimo invasor, que no puede prescindir del petróleo venezolano en estos momentos; y es de imaginar que en una confrontación bélica directa, sería absurdo pensar que se seguirían entregando las cantidades de petróleo que nos compra esa nación.
Lo que no puede obviarse, es que una amenaza de esta índole, requiere de respuestas contundentes de todos los venezolanos y venezolanas, que además del pueblo llano, incluyo aquí a la oposición democrática, artistas, intelectuales, científicos y profesionales, porque de no hacerlo, serían simples traidores a la patria, al apoyar con su silencio las pretensiones de avasallamiento de una potencia cuyo único temor puede ser QUE EL LEGADO DE CHÁVEZ SE FORTALEZCA Y SE DIFUMINE POR AMÉRICA.
¡Viva Venezuela!
salud!!!
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