Conociendo el arsenal de marramuncias del Pentágono, para nada debería extrañarnos que un genocida como Barack Obama, siguiendo recomendaciones de sus asesores, decidió esta vez desatar una guerra de nervios, con lo que quisiera provocar reacciones negativas en el seno de nuestras fuerzas armadas. En verdad que llama poderosamente la atención, que no siendo Venezuela ninguna amenaza militar o económica para EEUU y el resto del mundo, ahora el inquilino de la Oficina Oval recurre al macabro numerito, haciendo irracional uso de una norma que generalmente se aplica en tiempos de guerra. Frente a semejante estupidez, que encierra un mensaje con destino a las FANB, también decimos que sobran mil razones para calificar de ridícula y extemporánea esa temeraria declaratoria de emergencia, según la cual nuestro país represente una “seria amenaza para la seguridad interna de Estados Unidos”.
¿Y será que el neocolonialista esta tan desfasado que no alcanza a entender que los pueblos descubrieron que ese “coco de potencia militar”, es solo un simple mito que no intimida a nadie? Por este motivo decimos que EEUU perderá su tiempo redactando cualquier clase de amenazas que les salga del forro venga, pues Chávez que era previsivo y visionario, también se encargó de blindar a nuestros soldados contra todo intento que pretendiese sembrar culillo en nuestro estamento militar. Y no andaba nada despistado el líder de la revolución, pues entendió en su exacta dimensión que que había que sacarle a las FANB esa porquería conocida como Escuela de Las Américas, que no era otra cosa que una perruna doctrina militar que permitió al imperialismo idiotizar a nuestros oficiales durante la nefasta hegemonía puntofijista. De manera que podemos advertir que están caídos de una mata quienes abrigan que se repita la escena que el país vivió después de la Batalla del Tocuyito en 1899, cuando generales traidores en un acto de cobardía lanzaron al destierro a Ignacio Andrade, acusándolo de ser la causa de la guerra.
Echando a volar un poco nuestra traviesa imaginación, también podríamos pensar que Obama, en combinación con un Congreso ahora en manos de republicanos, esta vez quisieron aprovechar la coyuntura para pasar factura a sus lacayos de la MUD, pues quien no sabe que son bestialmente incalculable los millones de dólares invertidos por EEUU en una oposición que resulto incompetente y que ni siquiera llego a cañón sucio. Tan neófitos y escasos de neuronas son los tarugos de la MUD, que todavía no alcanzan a entender que en una confrontación bélica entre ambos Estado, la primera cabeza que rodaría sería la de esos apátridas que llevan más de quince años haciendo el juego a los enemigos de nuestra soberanía nacional. O sea, dicho de otra manera, ¿Alguien podría dudar que en tales circunstancias el pueblo organizado no desempolvaría el célebre Decreto de Guerra a Muerte, el mismísimo que el Libertador aplico sin piedad alguna en tiempos de la gesta independentista?
Esperamos que la Conferencia Episcopal de Venezuela, esa que siempre tiene un doble discurso y no pierde ocasión para meter su cuchara hasta en donde no la llaman, esta vez tenga la delicadeza de advertirle a la MUD que sean más prudentes, pues están guindando sin ser bola. O será que todavía no se percatan que hay algo de cierto en aquello de que perro que ladra, no muerde.
De algo puede estar completamente seguro el mundo entero: a Venezuela jamás la encontraran de rodilla, así el contendor disponga de armas de destrucción masivas, que en Vietnam no hicieron ni pio.