Da asco, no se puede llegar a peores sensaciones, cuando se leen y se escuchan declaraciones de voceros del gobierno gringo, en las cuales acusan a los siete dignos funcionarios que anuncian sancionar como supuestos violadores de los derechos humanos cuando sabemos, que lo que hicieron fue enfrentar las guarimbas apegados a la legalidad y en muchos casos con saldos de pérdida de vida de efectivos bajo su mando, o agresiones como la sufrida por un coronel al que le prendieron fuego, sin contar los civiles asesinados con guayas o con certeros disparos de francotiradores.
Ahora bien, las acusaciones en que se basa quien se cree el emperador del mundo para tomar las medidas que desde todo punto de vista y a la luz del derecho internacional son absolutamente ilegales, lo cual por cierto lo que ha logrado es que la mayoría de los países del mundo cierren filas en solidaridad con Venezuela, en primer lugar porque las medidas se basan en hechos no comprobados y que a todas luces lo que buscan es amedrentar de alguna manera a los líderes de la Revolución, con el fin de frenar lo que desde el inicio de este proceso, han bautizado como una mala influencia y ahora llaman una amenaza para los intereses de los EEUU.
Por supuesto que desde ese punto de vista quien pretende dominar el mundo, cuando ve que hay pueblos que siguen el ejemplo de nuestra Patria, ahora incluso fuera de nuestro continente, reacciona como lo ha hecho simplemente porque ve como pierden terreno y cada vez, más países se blindan ideológicamente contra las pretensiones hegemónicas imperiales.
Nunca el gobierno gringo pensó en que se iba a encontrar con barreras que por ejemplo impidieran el ALCA, y dieran origen al ALBA, nunca pensaron que con la Revolución Bolivariana, el sueño del Libertador de la Patria Grande se iba a cristalizar con la CELAC y menos pensaron que la luz del faro bolivariano llegara a países como Grecia y la posibilidad cierta en España.
Por supuesto que era de esperar una reacción como la que estamos observando, lo cual hay que inferir es apenas el comienzo de planes que siempre han acariciado y que incluyen la intervención armada.
Pero resulta que la prepotencia del imperio es tan grande que para ellos la fijación de posiciones de instancias internacionales que se han dado, rechazando unas medidas absolutamente impertinentes, ilegales e inaceptables, no tiene ningún valor, por ejemplo no dicen nada ante la resolución de los países no alineados y no tienen las agallas para reconocer que prácticamente es la totalidad del mundo la que se solidariza con nuestro país, pues no hacerlo sería aceptar que el gobierno gringo es el gobierno del mundo y entonces en la practica la soberanía y la autodeterminación no existe y menos el derecho internacional que las establece como inalienables. Es por ello que la reacción ha sido tan generalizada y que quienes han sido aliados permanentes del imperio, prefieren callar como lo han hecho hasta ahora.-
Ahora mismo cuando escribo este artículo tengo sintonizada a CNN, y allí parlamentarios abiertamente declarados enemigos de nuestra Revolución piden ante el Senado la ampliación de sanciones para una nueva lista de compatriotas a quienes acusan de violadores de los derechos humanos y/o corrupción, por ejemplo piden sanciones contra Diosdado Cabello a quien acusas de ser el “Jefe del cartel de los soles de la droga” así lo llaman y ya sabemos lo que ello implica, pues así como acusaron a Husein de tener armas de destrucción masiva y ya se ha comprobado suficientemente la falsedad de esta acusación, sin embargo lo derrocaron, asesinaron y destruyeron su país, es de esperar que tengan las intenciones de repetir aquí lo que en Irak, y no por la veracidad de sus inventadas acusaciones y falsos informes, sino simplemente porque necesitan de una excusa para invadirnos y apoderarse de nuestro petróleo y demás riquezas. Qué bueno fuese que aprovechando las reuniones multilaterales que surgieron, para declarar la solidaridad con Venezuela, se procediera a lanzar un decreto conjunto en el cual se declarase al Gobierno gringo, que no a su pueblo, de representar como en efecto lo ha representado a sangre y fuego, una verdadera y permanente amenaza para el mundo.