La falta de tacto, o mejor dicho la intención de derrocar al Presidente Nicolás Maduro y sumergir a los venezolanos en una grave crisis económica le salió por la culata al Gobierno Norteamericano.
Ante la posición del Parlamento Gringo y la declaratoria de emergencia nacional, por la "amenaza inusual y extraordinaria" que la situación de Venezuela "representa para la seguridad estadounidense riesgo extraordinario", y la respuesta contundente del gobierno Venezolano por la no intervención y la solicitud de respeto a la soberanía nacional, muchos se contentaron y salieron a tirar cohetes manifestando que ya van a tumbar al gobierno y van a desaparecer a los mald… chavistas.
Resulta que los enemigos del pueblo no se acordaban que Venezuela ya no está sola y hay unos cuantos millones de venezolanos que estamos dispuestos a dar la vida por la patria en defensa de nuestros derechos y soberanía; además se sumaron naciones hermanas al rechazo de las políticas intervencionistas de Estados Unidos. Al ver todo esto los sectores de oposición se chorrearon y comenzaron a remendar el capote, diciendo que la posición de Obama no fue la más apropiada. Hasta los miembros ultraderechistas de nuestra iglesia, encabezada por el Cardenal Urosa Sabino, manifestaron que es "inaceptable" la declaración del gobierno de Estados Unidos e hicieron un llamado a la "sensatez y la cordura" entre los dos países.
Por su parte el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, indicó que consideran necesario fijar posición en relación con la Ley 113-278 del Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica, aprobada el 18 de diciembre de 2014, así como con respecto a la Orden Ejecutiva del Presidente Barack Obama, del 9 de marzo de 2015. En tal sentido manifiestan, tratando de justificar la medida, pero escurriendo el bulto, que "la acción unilateral de los Estados Unidos de Norteamérica se explica, más no se justifica, por la ausencia de respuestas oportunas y efectivas por parte de los mecanismos multilaterales de resolución pacífica de conflictos". Aquí preguntaría como la comiquita: ¿Qué dijo Harry, que dijo?. ¡Hipócritas y vende patria!.
Posición muy interesante me pareció la del presidente de la encuestadora Hinterlaces, Óscar Schémel, quien en un programa de Globovisión informó este lunes, que de acuerdo a un sondeo de opinión, 62% de los venezolanos está en desacuerdo con que el Gobierno de Estados Unidos opine sobre los asuntos internos de Venezuela, mientras que un 36% está de acuerdo. Agregó que este porcentaje "se ha movido y puede incrementarse". Entre tanto, 92% de la población está en desacuerdo con una eventual invasión de fuerzas estadounidenses en Venezuela, "en caso que se produjera un estallido social".
Schémel aseguró que la percepción del Gobierno de Nicolás Maduro está mejorando y mencionó que un 35% de los venezolanos muestra simpatía hacia el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), mientras que solo un 23% hacia los partidos de oposición.
La oposición radical anda buscando en que palo ahorcarse y ya no saben qué hacer con las candidaturas a la Asamblea Nacional. Con tanta metida de pata lo que han hecho es refrescar al gobierno. ¡Cretinos!.