Hace 265, años, el 28 de marzo, vio la luz en Caracas, Francisco de Miranda, , “El Primer criollo Universal”, combatiente en Africa, Europa y América, y quién en 1806, nos trajo la bandera, a la que los patriotas posteriormente nutrieron y le dieron concresión con las estrellas de la emancipación; estandarte que hoy nos cobija y levantamos con orgullo.
Los pueblos en los momentos de dificultades nacionales, como las que hoy vive la república ante la amenaza de intervención directa en nuestros asuntos internos del emperador Barack Hussein Obama; acudimos a la historia, como fuente de las experiencias humanas, de donde podemos extraer algunas enseñanzas. Las sociedades organizadas, cultivamos las identidades, creamos nuestros símbolos, son elementos que nos unen, que reafirman nuestras ideas de pertenencia, de afectos ,de sentimientos comunes, de vínculos con el espacio, con el paisaje, con la diversidad, con una cultura.
Miranda, después de haber combatido en diversos lugares del mundo, y haber logrado las más altas jerarquías y honores regresa a Venezuela, motivado por nuestros jóvenes emancipadores, a ponerse al servicio de la Patria venezolana que estaba por construirse.
Nace, vive y participa el Precursor, de la Independencia de Venezuela e Hispanoamerica; en un mundo que empieza a sufrir una profunda transformación. El Feudalismo y sus formas productivas, pasan a ser sustituidas por procesos más dinámicos, con la aplicación y desarrollo de nuevas tecnologías, que luego conoceremos como la Revolución Industrial. La burguesía europea insurge contra el viejo modelo, y una de sus expresiones políticas es la Revolución Francesa. Anteriormente había tenido lugar El proceso independentista de las colonias inglesas de Norteamérica.
Actualmente, hay una serie de factores que conmueven al planeta, que se caracterizan por un modelo productivo de consumo basado en una explotación irreflexiva de los recursos de la tierra, con nefasta incidencia en toda la vida humana. De ella deriva la exclusión de amplios sectores poblacionales, la búsqueda feroz e insaciable de materias primas y las contradicciones insalvables, entre la humanidad y la ambición capitalista e imperialista; con la proliferación de guerras en diversos escenarios. Estos son indicios de un modelo histórico que no solamente agota la naturaleza y amenaza con la extinción de la vida humana, sino que se agota asimismo.
Francisco de Miranda, fue testigo y actor de un tiempo de transición de modelos históricos. Si acogemos como coherentes la teoría del esquema de desarrollo de las sociedades planteadas por Marx y Engels, diríamos, que en ese entonces comenzaban a desaparecer las instituciones feudales, y surgían nuevas formas de organización social: el liberalismo-capitalismo.
Venezuela, con una ubicación geográfica estratégica al norte de la América del Sur, con un territorio considerable y bien dotado por la naturaleza: Petróleo, minerales diversos, biodiversidad, diferentes pisos térmicos, islas, riqueza fluvial y lacustre, agua en abundancia; poblado por una diversidad étnica en unidad cultural expresada en el “ser venezolano”; está, ante una disyuntiva:” ser independiente o ser Patio trasero” de los Estados Unidos de Norteamérica...
En nuestro país, hay venezolanos, que escogieron la vía de la sumisión y de la entrega, unos absolutamente desnacionalizados con conocimiento de causa, y cuyo norte siempre ha sido el Norte, otros víctimas de la ignorancia, la alienación cultural mediática, las debilidades de un sistema educativo que en el pasado no había atendido con firmeza los intereses nacionales y cuyas secuelas son de larga duración en el conjunto social e igualmente y estrechamente vinculado con todo esto; algunos pobladores venidos de otras latitudes que no han asimilado la nación como pertenencia, y no han construido un arraigo cultural nacional.
El Generalísimo Francisco de Miranda, brillante militar, con una vasta cultura universal, que sufrió infinitas adversidades y que escapó varias veces a la guillotina francesa, producto de las malevolencias, intrigas y conspiraciones de los hombres de la revolución y la contrarrevolución; sin embargo nunca se amilanó ni abjuró de sus ideas y luchas. Por ello su entusiasmo cuando la Legación venezolana de la Junta Suprema de Caracas encabezada por Simón Bolívar e integrada por Andrés Bello y López Mendez,en julio de 1810, le visitan en su residencia de Grafton Street, nº 27 en Londres, y que luego dio lugar a varias visitasy reuniones de unos cuantos soñadores y constructores de Patria.
De esas sesiones revolucionarias surgieron los más altos compromisos y esperanzas, de allí salió Miranda, a la edad de 60 años de nuevo a cabalgar a Rocinante. Esta vez el destino sería Venezuela y la Patria Grande.
Nuestro legado histórico venezolano reúne dos elementos fundamentales: Ideas y Acción, ellas son inseparables, ni verbalismo improductivo, ni pragmatismo reductor. Es fácil decirlo lo sabemos, pero es necesario tenerlo claro para poder avanzar con menos tropiezos.
LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL
¡VENEZUELA NUNCA SERA UNA ESTRELLA EN LA BANDERA GRINGA!
¡SOMOS HECHOS DE TIERRA SURAMERICANA Y ALLI REGRESAREMOS CON DIGNIDAD!