Pildoritas 47 (año VIII)

La Tintori y la teniente Yendri Velázquez, dos caras de una misma moneda: dignidad y cinismo

La dignidad ni viene en frasco ni la venden en botica, es una cualidad escasa de personas y pueblos de la cual por cierto en estos días hemos visto y conocido.

Más de 10 millones de venezolanos y casi 4 millones de latinoamericanos fuera de nuestras fronteras, dieron muestra de ello y plasmaron para la historia un hecho inédito como inédita ha sido la Revolución Bolivariana que ha sido capaz de despertar esa muestra de dignidad que viene acompañada de una gran dosis de solidaridad.

La burrada de quien se cree el dueño del mundo, es más del universo entero, ha servido para como una grande y fuerte alarma, desperezar a muchos que no creían que fuese posible que la voracidad del monstruo del Norte pudiera orientar sus fauces y sus garras sedientas de conquista hacia un pueblo que ha sido ejemplo en el mundo, no ahora cuando estamos luchando por una segunda independencia, sino en la oportunidad en que con la iniciativa y la sangre y vida de nuestros libertadores derrotar al imperio más poderoso de la época.

El presidente que nos dejó el gigante para que se ocupara de mantener su obra, no nos defraudó, actuó de tal manera que dejó sorprendidos a sus más radicales detractores y a quienes lideran las estrategias para acabar con la Revolución desde el Norte, empezando por “el emperador” afrodescendiente, que jamás pensaron en la respuesta que partiendo de aquí se extendió no solo a nivel del continente americano sino en los cinco continentes del globo.

La fiera sintió el golpe de millones de voces, de millones de brazos y no pudo hacer otra cosa que tratar, al menos de hacernos creer que doraba la píldora, que edulcoraba la hiel con la que de forma premeditada, alevosa y mal intencionada pretendía ponernos de rodillas para no tener que ser arrasados a sangre y fuego como a otras naciones.

Pero no contaba con nuestra astucia que no es otra cosa que pura dignidad, y que le salió al paso hasta el punto de lograr, lo que no basta porque es una simple declaración y ya sabemos cómo el Sr, Obama nos tiene acostumbrados a sus mentiras, si no miremos la promesa incumplida de su primera campaña de cerrar GUANTÁNAMO, y Guantánamo sigue ahí como ejemplo de violación de los derechos humanos a una cantidad de seres a los que se les trata peor que a bestias.

Por ello la única alternativa para que los pueblos libres y progresistas del mundo nos demos por satisfechos ha de ser la anulación expresa y por escrito del decreto infamante y exigirle que se trate a las delegaciones que exigen el derecho de que se le oigan sus voces en la Cumbre, con imparcialidad y no como hasta ahora han hecho, por ejemplo con la delegación del Comité de Víctimas de la Guarimbas a la que se ha discriminado como quedó en evidencia en el enfrentamiento entre una digna (otra vez la dignidad), representante de ella y la esposa del monstruo que hemos visto a diario turisteando por el mundo tergiversando la verdad de los hechos que todos conocemos y cuyo resultado fueron 43 muertos e innumerables heridos amen de miles de millones en pérdidas por destrucción de instalaciones e infraestructuras.

El hecho muestra de manera irrepetible las dos caras de la moneda, el mundo lo va a ver y va a tener la oportunidad de comparar para inferir donde está la verdad, lo reflejado por la teniente cuyo esposo fue vilmente asesinado en las guarimbas, es el sentir de todos los venezolanos de bien, los que estamos dispuestos a defender como sea nuestra soberanía, y lo reflejado por la Tintori, es la muestra de quienes están haciendo todo lo posible por entregarle en paquete de regalo nuestra Patria al imperio voraz que quiere despojarnos de nuestros recursos y riquezas.

Son las dos caras de una misma moneda, la representada por la emisaria del monstruo de Ramo Verde causante de las lágrimas y el dolor de quien mostró la otra cara con lágrimas de dolor porque como muchos otros venezolanos y venezolanas no tiene la posibilidad de abrazar a sus parientes asesinados y estos en muchos casos no pudieron dar o recibir un beso más de sus seres queridos. Lo visto en un debate atípico entre estas dos mujeres es de tal manera significativo que deja claro de que lado está la razón, el amor y la dignidad. Son hechos que diferencian la revolución de la contrarrevolución, el socialismo bolivariano y cristiano del capitalismo salvaje que lo es tanto que dos de los últimos papas: Juan Pablo II y el actual han sentado cátedra sobre las enormes diferencias entre uno cuyo sujeto y objeto es el hombre, la solidaridad, la equidad y los valores positivos y otro cuyo sujeto es el capital, la acumulación de riqueza y la depredación de la naturaleza.


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Saúl Molina


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