EEUU se la juega con AD

El imperialismo, en su afán de volver a colocar sus garras sobre tierra sagrada, liberada por el Padre Libertador Simón Bolívar y nuestro Comandante Hugo Chávez Frías, está empleando una diversidad de armas que son producto de su amplia experiencia en el derrocamiento de pueblos y gobiernos que no se someten a sus dictámenes. En abril de 2002, golpe cruento y criminal, se valió de la patronal burguesa organizada en Fedecámaras, los medios de comunicación, la central patronal CTV, y en la composición del gobiernillo surgido de dicho golpe, le correspondió al viejo partido burgués: COPEI, tener una mayoría accionaria en la composición del gobiernillo encabezado por Pedro “el breve” Carmona. Con un programa de restauración de la cuarta república y de alto contenido neoliberal, sometido a los dictámenes del FMI; Pedro “el breve”, se proponía desmontar todas las conquistas sociales que hasta ese momento, el pueblo venezolano había obtenido con la Revolución Bolivariana. El pueblo despertó del shock ocasionado y planificado por el propio imperialismo de EEUU, con sus asesinatos ejecutados en las inmediaciones de Puente Llaguno y sus alrededores, 36 compatriotas muertos y 118 heridos, es la data oficial de víctimas de la ambición imperialista de EEUU por colocar sus garras sobre nuestra riqueza energética nuevamente. La muerte de nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez Frías, nuestro Libertador del siglo XXI, dio la oportunidad para que el imperialismo de EEUU, concibiera que había llegado ya, la hora de tomar por asalto nuestra patria. Y con ello, la elección presidencial de abril de 2013, la concibieron como una nueva oportunidad de asaltar la Democracia venezolana. El 14 de abril, fue la fecha seleccionada por el árbitro electoral para tan histórica elección, fue una elección difícil, pues, el candidato de la Revolución Bolivariana, el camarada Nicolás Maduro, no contaba con el pedigrí, por llamarlo de alguna manera, del experimentado candidato de los EEUU en tierras venezolanas, el burgués Capriles Radonski. Las pésimas decisiones económicas del gabinete de entonces, en lo fundamental: Jorge Giordani y Nelson Merentes, pesaron mucho a la hora de la decisión de nuestro pueblo, como bien lo señaló Oscar Shemell, Hinterlaces, en una entrevista para la televisión días antes de la elección: “Por consecuencia de la devaluación del bolívar, se estrecha la brecha. Nicolás Maduro empieza la campaña con una brecha a su favor de dos dígitos y, a medida que transcurre la campaña, pierde alrededor de dos puntos diarios”, en un análisis posterior a dicha elección, Shemell, fue más claro en su pronóstico: "La clave de esta campaña fue la economía. Se acentuó el problema de la inflación, desabastecimiento, especulación y eso fue lo que debilitó las posibilidades electorales de Maduro, no fue por una estrategia exitosa de la oposición, ni siquiera los errores de la campaña, sino no haber gestionado los temas económicos”.

Queda claro entonces, que un nuevo ingrediente se había añadido a la fórmula desestabilizadora: la economía. La estrecha brecha entre el candidato de la Revolución Bolivariana, Nicolás Maduro y el candidato de los EEUU, Capriles Radonski, por apenas 1,83 por ciento (272.865 votos), crearon la certeza en el imperialismo de EEUU, que se abría la oportunidad para derrocar al nuevo gobierno Bolivariano surgido de la elección de abril de 2013. El llamado a “drenar las arrecheras”, hecho por el candidato gringo, Capriles Radonski, propició la violencia en las calles de nuestra patria, sobre la base del llamado a fraude, justificaron una nueva intentona golpista que dejó el trágico saldo de 11 compatriotas asesinados (7 por armas de fuego y 3 por arrollamientos y uno por los golpes recibidos por turbas fascistas de la oposición) y 79 heridos, producto de 4 días de intensa violencia, del fascismo desatado por un llamado a “drenar las arrecheras”. Esa intentona imperialista, se centró en la actuación del partido derechista: Primero Justicia, como protagonista fundamental de esos hechos violentos. A los “leguchinos, petimetres y mariposones” como los calificó Ramos Allup en alguna oportunidad, le confió entonces, la dirección de la oposición el imperialismo de EEUU, en territorio de Bolívar y Chávez. No por casualidad, Capriles se convierte entonces, en el jefe de campaña de las elecciones Municipales de ese mismo año, a quien las calificó como refrendarias, valga decir, Capriles se planteaba la posibilidad de exigir la renuncia del Presidente Maduro, si dichas elecciones las ganaba el oposicionismo, era la prueba máxima del fraude por él denunciado en abril de ese año 2013. El pueblo, se mantuvo incólume en su respaldo a la Revolución Bolivariana, la guerra económica arreciaba, y le dio su respaldo mayoritariamente a las y los candidatos presentados en las fórmulas revolucionarias, alcanzando el 76,42 por ciento del total de las alcaldías en disputa (256 municipios), mientras que la oposición (MUD) se limitaba apenas a un 22,69 por ciento de las alcaldías, apenas 76. Pero, el resultado más dramático de dichas elecciones, lo constituía la totalización de votos nacionales, aunque se trataba de una votación municipal, regional, las y los candidatos del PSUV obtuvieron 5.265.930 votos (48,76 por ciento) mientras que las y los candidatos de la MUD, obtenían 4.410.238 votos (40,48 por ciento), lo que expresaba en resumidas cuentas, que la estrecha brecha de abril se ampliaba a un 7,92 por ciento, con lo cual, se pulverizaba la tesis del fraude esgrimida por el candidato de Primero Justicia en las presidenciales de abril 2013. El plebiscito anunciado por Capriles, lo perdía de manera contundente. Interesante el análisis post elecciones de Luis Vicente León sobre esos resultados: “…con muy pocas excepciones, no representan sorpresas con respecto a lo reportado en las encuestas que se mostraron durante las últimas semanas, ya impactadas por las últimas estrategias del presidente Maduro en materia económica, que vuelven a demostrar que el populismo…es popular. Al menos en el corto plazo”. Así es, las medidas impulsadas por el Presidente Maduro en los meses previos a esa campaña electoral contra los especuladores y hampones del comercio, tuvieron un efecto contundente en nuestro pueblo que reaccionó abonándole su voto de confianza. La economía decidió.

Comienzos de 2014, nos sorprendió con el partido Voluntad Popular de Leopoldo López, agente de la CIA comprobado, convertido en el nuevo líder, en el cual, el imperialismo de EEUU, confiaba entonces, el liderazgo opositor en tierras de Bolívar y Chávez. “La salida”, se convertía en la fórmula desestabilizadora para intentar un nuevo derrocamiento del gobierno del Presidente Maduro quien, apenas avanzaba hacia su primer año de gestión gubernamental. Las güarimbas, se convirtieron en el símbolo de lucha que ese factor político del oposicionismo, empleó a lo largo de cuatro meses de intensa violencia. 43 compatriotas asesinados (33 civiles y 10 funcionarios de distintos órganos de seguridad del Estado), 878 heridos (600 civiles y 278 efectivos policiales y de la GNB), es el resultado más dramático de esta nueva intentona imperialista que refleja cuán ambiciosas son, sus pretensiones de volver a controlar nuestras enormes riquezas energéticas. Como bien lo demostró la experta lingüista Rosa Amelia Asuaje, en su comparecencia ante el tribunal que juzgó al principal responsable de esos asesinatos; Asuaje dejó en claro, que el discurso del dirigente de Voluntad Popular es sedicioso e instiga al odio, más allá de que no realizó llamados expresos a la violencia. López, sentenciado a purgar una pírrica condena de apenas 13 años, 9 meses y 7 días, Sentencia que, por demás, es sumamente benevolente, pues, por los delitos cometidos, si hubiesen ocurrido en EEUU, a Leopoldo López lo esperarían, dependiendo del Estado en que cometió sus delitos, la pena capital o varias sentencias a cadenas perpetuas. EEUU apuesta ahora a “la salida” de su principal agente de inteligencia de la cárcel, las sanciones anunciadas por Obama, sus reiterados llamados a su liberación, la jugada recientemente realizada con el ex fiscal Franklin Nieves, solo demuestran el valor que les da a sus funcionarios de la CIA, Washington. Lo único cierto es, que Voluntad Popular ha sido descartada como principal fórmula política para sus nuevas aventuras golpistas en la República Bolivariana de Venezuela, las cuales no han cesado como lo demuestra la intentona que pretendían ejecutar a comienzos de este año 2015, con el llamado “golpe azul”, develado y desmontado por el gobierno del Presidente Maduro.

El llamado “golpe azul”, lo sustentaba el imperialismo de los EEUU, en una facción militar organizada por Julio Borges, como lo denunció en su oportunidad Patricia Poleo, prófuga de nuestra justicia y presunta autora intelectual del asesinato del Fiscal Danilo Anderson. El propio Borges, como denunció el camarada Jorge Rodríguez, fue quien seleccionó los objetivos a bombardear por un avión tucano que partiría de una de las bases militares de EEUU en territorio de su colonia Colombia. Objetivos todos, ubicados en zonas de alta concentración humana, centro de Caracas, Los Ruices y otras zonas de Miranda. El bombardeo, sería el punto de partida para un conjunto de operaciones militares que conllevarían al derrocamiento del Gobierno Revolucionario del Presidente Maduro y la entrega del país, al tutelaje del imperialismo de los EEUU y sus instituciones financieras el FMI y el BM, quienes de inmediato, iniciarían el desmontaje de las reivindicaciones históricas alcanzadas por nuestro pueblo, gracias a la Revolución Bolivariana. Esa intentona, por fortuna, fue desactivada; sus autores fueron detenidos y hoy están tras las rejas. Aunque, sus autores políticos continúan libres.

Con vista a un nuevo proceso electoral nacional, las parlamentarias del venidero 6 de diciembre (6D), el imperialismo de EEUU se la está jugando fuerte para tratar de convertir, lo que debiera ser una nueva fiesta de la Democracia Bolivariana, en una nueva intentona golpista. Todas las señales, que vienen enviando sus agentes en territorio nacional y soberano, no dejan señal a dudas de que la carta democrática no está en la agenda imperialista. Un nuevo actor, ha decidido el imperialismo de EEUU que sea, el que comande esta nueva intentona: Acción Democrática (AD), el otrora “partido del pueblo”, con amplia experiencia en acciones golpistas exitosas como lo fue en octubre de 1945, fecha en que su actual líder, Henry Ramos Allup, iniciaba su experiencia política. Ramos Allup, candidato a diputado por la MUD, quien desde ya, anuncia que será quien sustituirá al camarada Diosdado Cabello al frente de la Asamblea Nacional, espera que después de este proceso y las acciones golpistas que de él surgirán, el otrora “partido del pueblo”, emergerá triunfante de la mano del imperialismo de los EEUU. Mientras, envían señales a nuestro pueblo que no respetarán los resultados electorales y profundizan acciones de sabotajes al servicio eléctrico nacional y demás servicios públicos en que tiene su gente infiltrada; atacan desde los flancos occidentales y orientales, con gobiernos aliados del imperialismo de EEUU, como el de Santos y Granger; acentúan la guerra económica, que ha sido la principal arma contra nuestro pueblo, con la finalidad de doblegar su expresa convicción de apoyo a la Revolución Bolivariana. De hecho, ante la ausencia de campaña de las y los candidatos de antipatria, se ha convertido el propio gobierno de EEUU, en el principal artífice de la campaña electoral del oposicionismo en estas parlamentarias de 2015, con sus acciones teledirigidas desde Washington. Y si Ramos Allup, ya se vende como futuro presidente de la Asamblea Nacional; Lorenzo Mendoza, se postula como eventual presidente de esa aventura que estiman impulsar, si obtuviesen la mayoría parlamentaria.

Todas las señales apuntan, que una nueva acción golpista ha sido puesta en marcha y toma como excusa, las parlamentarias del 6D. Las declaraciones del jefe del Comando Sur imperialista, John Kelly; la no aprobación en el seno de la Asamblea Nacional del Crédito Adicional para el CNE con motivo de las elecciones del 6D; la no firma del acuerdo pre electoral de respeto a los resultados que emerjan el 6D; la enorme división a lo interno de la MUD; la no campaña por parte de las y los candidatos de la MUD; la acentuación de la guerra económica; las campañas, anunciando desde ya: ¡fraude!, intentando deslegitimar al CNE; en fin, todas señales que apuntan a un fin: propiciar la violencia como mecanismo para dirimir las diferencias políticas, propiciar el caos social y político, que permitiría al general Kelly y sus fuerzas militares del Comando Sur, ahora sí, poder intervenir en Venezuela, en su ansiada “misión humanitaria”. A eso, se reduce la aspiración del imperialismo de los EEUU y es esa, no otra, la misión que le han asignado a AD cumplir post 6D.

No son casuales los grafitis aparecidos en Mérida: “Muerte a los chavistas”, “cuenta regresiva para acabar con el chavismo”, ni el asesinato del joven estudiante Eleazar Hernández por parte de los militantes oposicionistas Yorman Barillas, Carlos Palma y Víctor Ruz. Tratan de crear, un estado de conmoción previo a los comicios que permita ir sembrando en la conciencia oposicionista, un estado tal, que al activarles el llamado a “drenar sus arrecheras”, éstos salgan como autómatas a matar chavistas. Estas señales, conllevan y obligan a la Revolución, los revolucionarios y revolucionarias, a prepararnos para el peor escenario: la violencia imperialista. Esto obliga mucho. Nos obliga a ganar como acostumbraba decir nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez, a ganar por nocaut o como manifiesta el camarada Maduro: “como sea” y las razones, siguen siendo las mismas que ya esbozaba en campañas electorales anteriores nuestro Comandante Chávez, para “continuar por el mismo camino por el que hemos venido en estos últimos ocho años, porque se trata de eso, profundizar en el camino de la Revolución, expandir el camino revolucionario, profundizar la transformación política, social, económica, moral de Venezuela; continuar redoblando el paso” (Hugo Chávez, Discurso cierre de campaña Noviembre 2006, Avda. Bolívar de Caracas). Y al frente, contra el país tenemos la nada, las y los candidatos que siendo diputados negaron sus votos para aprobar el presupuesto de la nación durante 17 años consecutivos, negaron sus votos para aprobar los aumentos del Salario Mínimo Nacional que durante 30 veces en 15 años, ha aprobado el Gobierno Revolucionario para protección del pueblo venezolano y, con ello, negaron también sus votos para que se ajustaran las pensiones del Seguro Social, también negaron sus votos cuando en materia de créditos adicionales se trataba de recursos para las Misiones Sociales, que tanto han beneficiado a nuestro pueblo en salud, educación y viviendas. También en contra tenemos, al imperialismo de los EEUU, sus instituciones financieras el FMI, el BM los TPP.

Esta elección parlamentaria trata de eso, de la lucha del Bien contra el mal, de la República Bolivariana de Venezuela soberana e independiente, contra el imperialismo de los EEUU y su doctrina Monroe, de “la América para los Norteamericanos”, su patio trasero, como nos vislumbran desde Washington. Se trata de una nueva batalla para ratificar, una vez más, nuestra disposición a ser libres y soberanos!!!



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Henry Escalante


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