Con el propósito de comprender la actual situación en Venezuela, es necesario remitirse a las pasadas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre del 2015. Por vez primera la base de apoyo del presidente Nicolás Maduro, el Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV recibió una paliza.
Los seguidores del régimen bolivariano ganaron 55 escaños en la legislatura. El bloque de oposición, Mesa de la Unidad Democrática, MUD obtuvo 109 de los 167 escaños más otros tres que fueron adjudicados a los representantes de organizaciones aborígenes –que también son miembros de la coalición opositora.
Los opositores estaban eufóricos por la derrota bolivariana. Parecía como si el “odiado régimen” estuviese a punto de colapsar. Los dirigentes de oposición estaban seguros que el gobierno de Maduro caería dentro de seis meses a lo sumo. Pero esas predicciones no se hicieron realidad. El presidente Maduro como también los políticos leales a él y que fueron formados por Hugo Chávez, se mantienen la línea.
La confrontación entre la rama ejecutiva (que está en las manos del PSUV) y el parlamento (que está dominado por la oposición ha alcanzado niveles febriles. Por otra parte, la oposición se encuentra adelantando dos planes de acción.
Los dirigentes de la MUD decidieron ejercer su derecho constitucional a montar un referéndum para desalojar al actual presidente, Nicolás Maduro. Sus activistas han comenzado a recolectar firmas entre el electorado con el propósito de iniciar los procedimientos para el desalojo contra el jefe del estado. El Consejo Nacional Electoral, CNE les ha otorgado el permiso oficial para hacerlo. La constitución del país solo permite a los legisladores tal referéndum solo si el presidente en ejercicio ya ha cumplido la mitad de su período para el cual fue elegido. Este tipo de referéndum fue obra maestra de Hugo Chávez y que él mismo sobrevivió a un voto de desalojo en agosto del 2004. Maduro fue elegido presidente el año 2013 y por lo tanto no existen barreras para la realización del proceso.
Se necesita un total de 195 mil firmas que representan al uno por ciento del electorado. Según informes televisados de prensa en Venezuela, la oposición no tendrá dificultad en recolectar votos por el “Si”. El próximo paso será convencer al 20 por ciento de los votantes –aproximadamente cuatro millones de venezolanos—que acepten el referéndum. Pero es muy poco probable que la oposición tenga muchos problemas en esa etapa. La retórica empleada por los dirigentes de la MUD para movilizar a sus seguidores es muy sencilla –el cambio de régimen es su grito de batalla. Ellos sostienen que están por una opción pacífica, sin confrontaciones, choques callejeros, barricadas o ataques contra funcionarios de gobierno. No obstante, un vistazo al pasado reciente indica que semejante compromiso en Venezuela es bastante improbable.
Todos los días los titulares de prensa informan sobre acciones de sabotaje para comprometer al gobierno de Maduro. Existen insistentes indicios acerca de una “agenda oculta” de la oposición que busca provocar una explosión social y el empleo de paramilitares y delincuentes comunes para cometer asesinatos, como ya sucedió en Caracas y otras grandes ciudades de Venezuela durante el año 2014.
El país está inmerso en una crisis política y socio-económica y los esfuerzos del gobierno bolivariano por mantener la estabilidad no han estado a la altura. Los diputados bolivarianos se encuentran en minoría en el parlamento y Maduro y sus seguidores están tratando de reunir a las asambleas de ciudadanos que fueron organizadas cuando Hugo Chávez estaba vivo. Estas células de “democracia de base” pueden enfrentar al parlamento de oposición que el presidente Maduro con toda razón ha denominado el epicentro de las actividades subversivas. Las condiciones en el país se han tornado notoriamente más difíciles debido a los recortes de electricidad cuyo principal origen es la planta generadora del Guri que está funcionando al mínimo de su capacidad. El embalse se está secando rápidamente debido a la prolongada sequía (causada por el fenómeno de El Niño cuyas fluctuaciones de temperatura sobre la superficie del agua en el Pacífico Ecuatorial causan un poderoso impacto sobre el ambiente). A partir del 25 de abril pasado se ha impuesto racionamientos eléctricos de cuatro horas por sectores a través de todo el país. Con el objeto de ahorrar electricidad, las empresas y las instituciones del sector público solo trabajarán los días lunes y martes durante las próximas dos semanas.
Diosdado Cabello, diputado al parlamento, ha denunciado los planes de los conspiradores para derrocar el presidente Nicolás Maduro en su programa semanal de televisión. Cabello señaló que la contrainteligencia venezolana ha documentado los repetidos intentos de los conspiradores para comprometer a militares en sus actividades delictuales. Cabello sostiene que el coordinador de la conspiración, residente en Estados Unidos, es el ex ministro de transporte marítimo, el mayor general Herbert García Plaza. Este sirvió como vice ministro de la defensa durante un período de tiempo y tuvo acceso a informaciones clasificadas. García Plaza pasó toda esta información a los servicios de inteligencia norteamericanos. Su duplicidad causó enorme daño a la seguridad nacional de Venezuela.
Una organización dirigida por Moris Beracha y un grupo de periodistas (entre los cuales Rafael Poleo, Emili J. Blasco y Antonio de la Cruz son bastante conocidos por sus posiciones radicales) dirigen actividades organizativas y difunden propaganda desde Estados Unidos. Esos mensajes son recibidos por los medios de prensa venezolanos los cuales están en un 90 por ciento bajo el control de los conspiradores. El lavado cerebral diario del ciudadano común ha tenido repercusiones negativas. La especie que el político venezolano es incapaz de manejar los problemas que están agobiando al país por todos lados está muy extendida entre el público venezolano. Las circunstancias objetivas que han provocado la crisis son ignoradas, incluyendo la caída de los precios del petróleo que es la principal fuente de ingresos de divisas del país.
El periodista televisivo Mario Silva, que monitorea las acciones de la oposición radical, hace hincapié en que el grupo aquél no tiene la menor intención de mantener un diálogo honesto con el régimen bolivariano. La oposición promueve que las plantas generadoras de electricidad sean saboteadas, que oficinas públicas sean saqueadas e incendian medios de transporte colectivo a las horas pico. Han protestado por los cortes en el suministro de agua potable y por la escasez de alimentos y de otros bienes de consumo básico. Los “asesinatos selectivos” están aumentando donde las víctimas son representantes del gobierno bolivariano, políticos, alcaldes, funcionarios policiales y militares.
Según Diosdado Cabello, ex presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, denuncia que los enemigos del régimen bolivariano tienen programadas para el 15 de mayo estallidos de agitación “espontánea” que deberían ocurrir de manera simultánea en diferentes ciudades del país. Washington presentará un ultimátum al presidente Maduro, justificando su propia interferencia en los asuntos internos de Venezuela aduciendo que la “amenaza de conflictos pudiera extenderse hacia países vecinos”. La Organización de Estados Americanos, OEA será utilizada para encubrir las actividades subversivas. La dirección política venezolana no duda que el secretario general de la organización, Luis Almagro, está involucrado en la conspiración ya que sus frecuentes reuniones con representantes de la oposición son bien conocidas.
Aunque no todo se ha perdido, se trata de una situación difícil para la dirección política venezolana. En la búsqueda de una vía para salir de la crisis política, se debería volver al legado ideológico de Hugo Chávez, particularmente a su campaña para corregir errores. La campaña de las Tres Eres: “Revisión, Rectificación y Reimpulso”. No es la primera vez que los venezolanos se ven presionados por la oposición local o por Estados Unidos. En todo caso, la embajada de Estados Unidos en Caracas se ha abstenido de utilizar eventos en Venezuela como excusa para hacer comentarios lesivos. El presidente Maduro es bien conocido por sus duras reacciones ante cualquier intento norteamericano de interferir en los asuntos internos de su país y existe una larga lista de diplomáticos norteamericanos que han sido expulsados del país.
La autoridad de Venezuela como líder continental en la lucha por la independencia y soberanía nacional no ha disminuido. Y lo más importante, muchos de los cargos de responsabilidad en el país están en manos de una nueva generación de gente joven que fue formada con ideales de justicia social, opuestos al “imperio norteamericano” y que rechazan el modelo económico neo- liberal. “El Socialismo con Rostro Venezolano” sigue vigente. El presidente Nicolás Maduro ha indicado que él intenta dirigir el país hasta el final de su período presidencial de seis años. “Nada de lo que está haciendo la oposición es políticamente viable. Permaneceré en el Palacio de Miraflores por lo menos hasta el 2018”.
*Traducción desde el inglés Strategic Culture Foundation por Sergio R, Anacona