Anomia social bolivariana

La sociedad venezolana, con una ciudadanía desconcertada ante la ausencia de un gobierno que no escucha, encerrado en sí mismo, sin dirección alguna, ha entrado en estos últimos años, particularmente luego de la siembra definitiva del Comandante Chávez, el 5 de marzo de 2013, en un estado de anomia, esto es, de forma más clara, en ¨un conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales y su degradación¨.

Los graves problemas que aquejan a la población en general, conocidos y sentidos en la cotidianidad consumidora de energía, tiempo, disposición, han terminado en una angustia existencial por la consecución de alimentos y medicinas de primera necesidad, para no mencionar siquiera el riesgo de su propia vida en las condiciones de inseguridad a la que hemos llegado en Venezuela.

Múltiples causas originan este complicado problema. A nuestro aviso, la primera y determinante es la crisis de hegemonía que no le permite al gobierno convencer a sus aliados políticos y sociales de sus actuaciones, por demás erráticas, inconsistentes e insuficientes para superar los problemas que cada día que pasa se agravan más, máxime después del desastre electoral del 6 de diciembre del 2015. Y tampoco, poner en su debido lugar a una oposición cada vez más agresiva, desestabilizadora, que calificamos sin ambigüedad de fascista, y, además, apoyada por los intereses extranjeros de sus aliados en USA y en Europa, quienes pretenden intervenir cínicamente en el país como si este fuera su ¨patio trasero¨,  de acuerdo a sus intereses conservadores y reaccionarios, buscando desde el exterior aislar a Venezuela cueste lo que cueste.

Desde hace ya tiempo, primero ante el Presidente Chávez y, luego, desde el inicio de la presidencia de Nicolás Maduro, después de su triunfo electoral en abril de 2013, hemos venido repitiendo hasta la saciedad en escritos y en declaraciones la necesidad de ¨Asumir la crisis¨ con toda responsabilidad y atención, como cuando nos tocó hacerlo junto con el Comandante Chávez a raíz de lo ocurrido en el año 2008, cuando los precios de los hidrocarburos bajaron de unos 140 dólares el barril a mitad de ese año a menos de 40 a finales del mismo año.[1]

A dos años de nuestra salida del gobierno bolivariano continuamos lo que ha sido nuestra conducta de vida en pro de una sociedad socialista, desde nuestros tiempos de estudiante en la Universidad Central de Venezuela frente a la dictadura militar de Pérez Jiménez, y, luego, durante las cuatro décadas de los gobiernos de Acción Democrática y COPEI. Ha sido una trayectoria permanente, a través de la cual nos encontramos siempre decididos a seguir enfrentando a los adversarios de este proceso, como lo decíamos en un artículo anterior titulado ¨Son los mismos o peores¨ publicado en Aporrea el 14 de abril de este año 2016, en http://www.aporrea.org/actualidad/a226244.html.

Allí se afirmaba lo siguiente, que ahora ratificamos plenamente:

¨Igualmente es importante señalar en esta coyuntura, que asumiendo de manera firme e irrenunciable nuestra posición crítica por la depuración, el perfeccionamiento y fortalecimiento del proceso revolucionario, en ningún momento y bajo ninguna circunstancia nos prestaremos a ninguna componenda, maniobra, atajo, alianzas indirectas o en la sombra contra el actual gobierno legítimo y el desarrollo del proceso de transformación política y social en el marco de la legalidad democrática de derecho y de justicia que establece la Constitución Bolivariana¨.

Gobierno bolivariano que debe asumir la crisis, como igualmente lo decíamos en otro artículo del 14 de mayo de este mismo año, en Aporrea, http://www.aporrea.org/ideologia/a227804.html.

Con el agravamiento de la crisis de hegemonía y la ausencia de una direccionalidad adecuada para enfrentarla por parte del propio gobierno bolivariano, y de las organizaciones políticas y sociales que siguen apoyando el proceso revolucionario bolivariano, dicha anomia será cada vez más profunda y dolorosa. Es hora de reaccionar prontamente y defender lo avanzado, radicalizando el proceso y hablándole claro al país, antes de que sea demasiado tarde. Esto se está convirtiendo ya en un clamor popular con cada vez más voces que requieren y solicitan una modificación tanto en la conducta del gobierno como de parte de sus alianzas a nivel del pueblo y de su Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Es necesario actuar antes de que la situación se haga más dramática e irreversible.

 

 

 



[1]Jorge A. Giordani C. Encuentros y desencuentros en una construcción bolivariana. (Caracas. Vadell Hermanos Editores. 2014).

 



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Jorge Giordani

Ex-ministro de Planificación.


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