Obama el cínico y las “joyas del imperio”

La meca del cinismo con sus personajes del factor político devaluados es, sin duda, Estados Unidos. Una nación con 46 millones 700 mil pobres (según cifras del FMI), que incluye niñas, niños, ancianos y ancianas, mujeres y hombres que ese “gran imperio” nada le aporta en seguridad social, como derecho a la salud, educación, trabajo, recreación y mucho menos alimentación, calzado y vivienda, pero se atreve a pedir que se respeten los derechos humanos a otros países.

Su principal figura del momento, el presidente Barack Obama, se da el lujo de criticar a otras naciones, sobre todo si son países que practican la autodeterminación y se declaran libres, soberanos e independientes. A esos 46 millones 700 mil ciudadanas y ciudadanas se le violan los derechos humanos en forma permanente, pero el “cínico” desvía la mirada hacia los supermillonarios que le financiaron su campaña electoral. Les paga el favor de llevarlo a la Casa Blanca, cueva de guerreristas de un gobierno más parecido a forajidos y politiqueros.

El “cínico” pide revocatorio en nuestro país y la liberación de “presos políticos”, tal como si gobernara a distancia o tutelara a la República Bolivariana de Venezuela. Pero se olvida deliberadamente que en su país el Presidente de la Unión es electo en comicios de segundo grado, es decir, no participa el pueblo todo sino delegados. También se olvida que mantiene en prisión, desde hace 35 años, al preso de conciencia y político Oscar López Rivera, cuyo “delito” es luchar por la independencia de Puerto Rico, la última colonia del mundo.

La petición de Obama la comparten el presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien tiene en su haber los 43 estudiantes desaparecidos y los 12 maestros recién asesinados, además de ser el primer país donde más crímenes se cometen contra periodistas en los últimos años, sitial de honor que comparte con la “democrática” Honduras. La solicitud del “cínico” también la comparte el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, quien es el capataz de la Reina Isabell II de Inglaterra.

Y el colmo. A este trío se une el duo de los congresistas del imperio: los senadores Bob Menéndez y Marco Rubio, ambos acusados de supuesta corrupción. El primero afronta 14 cargos por haber prestado ayuda política a un amigo a cambio de donaciones a su campaña.

Este congresista aceptó casi un millón de dólares en regalos de su amigo y donante de campaña, el oftalmólogo Salomón Melgen, quien usó su cargo en el Congreso en beneficio de los intereses de su financista. En la acusación también se destaca la mediación de Menéndez para asegurar un visado estadounidense para varias "novias" latinoamericanas del oftalmólogo.

La otra “joya del imperio”, Marco Rubio,  fue investigado por supuestamente  haber utilizado su tarjeta de crédito del Partido Republicano para fines personales, sin haber declarado estos gastos a Hacienda, lo cual no ha sido probado.

Estos devaluados senadores promovieron ante el Congreso un proyecto de ley de extensión hasta el 2019 de sanciones impuestas a un grupo de funcionarios venezolanos, acción que forma parte de las medidas coercitivas unilaterales e injerencistas contrarias al Derecho Internacional.

Así, el “cínico” y las otras “joyas del imperio”, más los títeres de México y de Canadá, arremeten contra nuestro pueblo mientras que en algunos de sus “personajes” pesan cargos por corrupción y crímenes de lesa humanidad.



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Alcides Castillo

Periodista-Politólogo-Especialista en Sistemas y Procesos Electorales

 acastillo472@hotmail.com

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