Presidente, por muy revolucionarios que seamos e hijos de Bolívar y,
furiosos de valentía, eso no nos exime de aceptar y reconocer la
hegemonía que EEUU ejerce y tiene en América en particular y, habiendo
vivido por años en ese país y, conociendo como conoce su statuto quo,
le da abundante razones, al presidente del Perú, Pedro Kuczynski, de
haber dicho en su ponencia en la Universidad de Princeton en EEUU, en
donde aseguró que, para el país norteamericano, América Latina es un
simpático perro durmiendo en la alfombra que no genera ningún problema
y, lo dijo con tal énfasis cuando recalco sin escrúpulo ninguno que,
"Estados Unidos se enfoca en aquellas áreas donde hay problemas, como
Oriente Próximo. No invierte mucho tiempo en América Latina, pues es
como un perro simpático que está durmiendo en la alfombrita y no
genera ningún problema".
Presidente, él no lo presiente no, él lo acepta como un hecho real
cierto que si a ver vamos está seguro que así es como es y, decir lo
contrario lo deja muy mal parado, para cuestionarlo y pedirle que
rectifique es caer y querer convertirlo en objeto de aversión, burla o
reprobación que, a lo sumo, le salía al considerar tal situación como
tautológico, era decir, serán algunos como tales y señalarlos que en
buen cristiano sería bien entendido, lo dejaba en sí mejor parado sin
picarse ni escandalizar en los términos que lo hizo que, hasta el
perro de la casa se asustó cuando lo oyó a usted blandiendo el sable
de la honestidad pública del Estado.
Presidente, sin contagio ninguno, analice bien la frase que hasta
simpática es desde todo punto de vista y, que lo haya dicho el
presidente de Perú que estuvo reunido por diez minutos con el
presidente Trump que, sabrá que Perú como estado existe, pero dónde
está situado a lo mejor no,ni parte de su historia, pero con cosas más
importantes en presente que saber eso no lo incrimina de un
subjutivismo colonial de estar informado como el Perú fue saqueado
durante tantos años y no por los EEUU que, en la vanguardia de la
retórica del presidente Kuczynski eso murió hace años y recordarlo
como pasado es como un no ser que no reforzaba la línea tangencial de
la esclavitud de aquéllos años y, mejor fue decir, como lo dijo sin
ofender el auditorio de su comodidad que, "esa es la razón por la que
América Latina no es una prioridad para EEUU a excepción de
Venezuela". Ve que eso encaja bien, pues él ve que Venezuela existe y
como parte de América Latina, ladramos con más fuerza con más ahínco
es decir, no latimos echados, y no sabemos, cómo no estudio esa parte
de su ponencia que con todo y lo mal que estamos -sin ofender a nadie-
el presidente de Perú nos observa con dignidad que nos configura como
una raza excepcional, no canina que camina por América Latina que él
quisiera entendernos y, como hombre del mundo capitalista se pierde en
otras dimensiones de arrogancia, tales que:
Presidente, además dijo, en un inglés bien anglo-frisón preciso, que
el mundo está cambiando, está cambiando tan rápidamente y nosotros
-afirmó- en América Latina estamos justo un poco atrasados en
tecnología, pero como somos apenas 650 millones de personas algún día
cambiaremos que será lo más posible que no andamos tan mal
despistados, aunque fue conciso al igualmente expresar, que América
Latina tiene un "gran desafío" en materia educativa, investigativa y
tecnológica. Y en caso de no estar a la altura -¿estará?- empezará a
"estancarse lentamente". Es decir, arderemos de brutalidad nada
específica.
Presidente, además de severo con Kuczynski, no le dio un acercamiento
de amistad cuando, él ha demostrado que no es nada supino y como tal
queda demostrado cuando dijo, que la administración de Donald Trump
debería actuar con cuidado y diplomáticamente, una vez tenga una idea
clara de lo que quiere en la región, allí demostró con quien trató y
porqué y, también descubrió y recordó que EEUU está "en medio de un
enorme cambio" aunque aún no se vislumbra cuál será exactamente esa
transformación que, por otra parte ya está ocurriendo. Más claro no
pudo ser, lo malo, para la región nada afortunado y, es que, la
popularidad del presidente Kuczynski cayó, como si lo hubieran tirado
sin paracaídas desde Washington, pero antes todavía en los EEUU se
bañó de complacencia peruana cuando, señaló como todo un
revolucionario sin excusas ni porfía, al señalar para su país la
necesidad de, "una revolución social con agua, educación y servicios
de salud", pero no una revolución madurista que, pudo haber pensado,
ni de vainas y, menos mal que no lo dijo, y saben porqué no lo dijo,
bien fácil, porque la revolución de Maduro es única y no encaja en
otra parte del mundo, ni de vaina, acá se hace o no se hace, que si a
ver vamos no es lo mismo, pero se lucha y, nos distancia de los EEUU,
lo que Kuczynski no puede hacer en el Perú.