El presidente Maduro y sus inmediatos colaboradores: subestimaron a
Luis Almagro como secretario general de la OEA y, a la vista, bien
pronto vamos a tener los resultados que de por sí, nada bueno para el
país y su gobierno se avecinan..., pero sí a favor de la oposición, a
la que Almagro le lame con agrado, como perrito uruguayo, las afrentas
politiqueras que han cometido en su presencia. Y lo único que él no ha
querido decir como quisiera, entre tantas frases excitantes de
provocación que ha soltado en contra de Maduro y su gobierno es,
Maduro vete ya, consigna como una orden que lo arrulla, preparando el
nido del abandono de su terquedad que, si no es hoy es pronto.

Se pudiera pensar como si hubiera sucedido en el pasado no muy lejano
en su país, aún niño, por un gesto de sabiduría amorosa, encaramada de
aprehensión que cuya progenitora, le haya encomendado en razón a
seguir los pasos de su tatarabuelo Diego que, como conquistador
criminal y exterminador, frotándole ella aceite de castilla en el
ombligo que lo fortaleciera de poderoso dantesco a futuro si llegaba a
ser canciller uruguayo como lo fue que, se apretara bien los
pantalones de su dignidad y le diera rienda suelta a su imaginación y
a sus antecedentes familiares que hoy lo cobijan de acusador y versado
estratega leguleyo contra Maduro como presidente de Venezuela y, no
contento con ello, precisó, miente y ganarás el cielo hijo mío, lo
demás es usura mal habida y, él:

Recién llegado a la OEA, el mismo día: "A ustedes, como representantes
de los pueblos de las Américas, me debo, y les agradezco su voto de
confianza. En mí encontrarán un incansable luchador por la unidad
americana, más preocupado en buscar soluciones practicas duraderas a
los problemas de nuestra región que por la retórica y la estridencia
en las declaraciones guiadas por una u otra ideología". Qué le falto
decir, creo que, a excepción de los problemas de fondo a causar sin
descanso ni intermedio en vez de buscarle solución a su provecho, se
los voy, más bien agrandar al gobierno venezolano hasta verlos de
rodilla fuera de la OEA y, a Nicolás Maduro, como chofer de autobús:
pidiendo colita a ver quién lo acoge. Aplausos y, más aplausos.

La asistencia de la canciller, Delcy Rodríguez, como pañito caliente
en el seno de la OEA que tratara de cubrir de buenas intenciones y
debatir la quijotesca trama que el "Oso" de Almagro junto a sus 18
complacientes representantes de países americanos que nos tiene en el
microonda político gringo en que el Departamento de Estado de los EEUU
nos tuesta lentamente con rabia contra nuestro país y sus gobernates
y, ella y así lo creo, no tiene la arrogancia maquilladora de un verbo
candente como canciller novata de oratoria singular de desentrapar con
subterfugios flamencos y audaces de poner a consideración y respeto de
que nos consideren como país libre que somos, a los demás países que
se han prestado a la acción confabuladora que desde hace tiempo
encabeza Almagro y su indolencia amoral por este país como el ápendice
que es de la CIA, que no es sino por su esplendor de bondades de
peversión a su persona. Y, sino, me remito a la cita:

"Juntos podemos darle a la OEA una credibilidad que hoy todos reclaman
(...) la OEA del Siglo XXI debe ser global, salir al mundo,
relacionarse con países y entornos estratégicos, con organismos
multilaterales globales y regionales". Aquí diría un hermano con
sutileza crítica: ¡Upa cachete!

Y sin querer por la implicación de un ardid bien enmarañado pudiéramos
decir, pareciera ser que Almagro y, los países a su consideración
cuando quieran, se saldrán con la suya, lo que acá no pudo la AN, si
no piamos a tiempo, Almagro nos bota con carta de mocrática o no, y el
Departamento de Estado de los EEUU, se encargará de lo demás. Y,
Maduro, bailando salsa.