Se nos ha venido aplicando la Doctrina Estratégica del Entorno Hostil, una línea hegemónica, "arquitectura de la intriga", que conceptualiza a la OEA, define sus actuaciones como "diferenciación" o "exaltación" de conflictos potenciales entre países.
Vivimos su fase previa es contraofensiva imperialista, para concretar el retiro no se le alertó a tiempo al Presidente Maduro. Navegamos en la espectacularidad mediática, en aguas que se iban "revolviendo", nos defendimos pero, siempre respondiendo a las presiones que nos iban "incitando".
Poco a poco, los adversarios desnaturalizaron a medias la integración latinoamericana y caribeña –Obama y sus aliados- aprovecharon la falta de seguimiento nuestro, respuesta oportunas e indefiniciones vino el "gato por liebre" (Almagro) que nos "contrabandeo" José "Pepe" Mujica y luego la firme alineación de Uruguay al Imperio.
Tenemos iniciativas innovadoras -ALBA, ASA, UNASUR, CELAC- hemos debido retirarnos con cortesía antes pero, no es tiempo para golpes de pecho y las cartas están echadas. Sostenemos que dado que el Alba es la tercera economía después de Brasil y México, con empresas Grannacionales, un mapa de mercado y el Banco del Alba debemos retirarnos en bloque para conservar consensos logrados, afirmar las políticas sociales, frenar los componentes del capitalismo monopólico, preservarnos del neocolonialismo que afectan a factores reales de la producción para seguir preservando las condiciones materiales de vida y frenar el desabastecimiento como contracción de circuitos de producción-distribución.
Buscan reflotar el "Consenso de Washington", construyen un "poder virtual". la ofensiva mediática –guerra psicológica- y los partidos de derecha, grupos y ONG financiadas viven el espectro fantasmal de un "golpe insomne" basado en la homogenización global, propia del pensamiento único. Se trata de revolucionar nuestra política exterior desde lo interno a la visión geoestratégica transitar nuevos caminos.
El Alba otra vez, volvamos a las raíces