La otra liberación de Venezuela

Los últimos acontecimientos vinculados a la Asamblea Nacional Constituyente permiten visualizar la luz al final del túnel. Efectivamente, durante los recientes 4 años, desde que Nicolás Maduro ganó con plena legitimidad las elecciones frente al candidato de la burguesía y de la derecha venezolana, se desataron los demonios en la política, la economía y en fin, en toda la sociedad venezolana. Hemos asistido a todo tipo de eventos de saboteos, boicots, violencia terrorista focalizada, intentos de derrocamiento del gobierno por la vía de la Asamblea Nacional, de la Fiscalía de la República, de las guarimbas institucionalizadas, en medio de una terrible guerra multifactorial como intento desesperado por desestabilizar la patria para lograr una intervención de potencias extranjeras, lideradas por el imperio norteamericano que pretende apoderarse de nuestra riquezas e impedir la soberanía de nuestra nación.

A pesar de todo ello, el pueblo venezolano logró sortear estos asedios y con la sapiencia que lo caracteriza, pudo avizorar los caminos que contempla la legalidad y la institucionalidad venezolana para encontrar la manera de destrabar los problemas y superar los conflictos que amenazaban hasta con una guerra civil de pronósticos inconmensurables e indeseables para la sociedad toda. Creemos que en esto ha tenido una influencia determinante lo que incansablemente aupó el Comandante Hugo Chávez: la formación popular.

Es así como con el influjo de la sabiduría de nuestro pueblo se está viendo una recomposición de los poderes públicos alineados a la Asamblea Nacional Constituyente como órgano plenipotenciario surgido del poder originario del pueblo y desde su misma instalación se ha venido normalizando la situación política, se han reducido al mínimo los brotes de violencia, hemos retomado paulatinamente la cotidianidad de nuestras vivencias y se han venido liberando las calles, avenidas y urbanizaciones de los municipios donde se había instalado la violencia al ir tomando tanto la ANC, como el TSJ decisiones para instalar la legalidad en ellos sancionando a los alcaldes incursos en la instigación de acciones terroristas.

Todo ello, junto con la aplicación de la justicia a los jueces ilegalmente designados por una írrita AN, la destitución de la Fiscal General de la República, ahora incursa junto a su pareja en supuestos delitos graves, el adelanto de las elecciones regionales con la inscripción de cientos de candidatos y candidatas y la declaratoria del desacato de la AN por la Asamblea Constituyente vienen trayendo viento fresco a la sociedad venezolana que no hace caso de amenazas imperiales y reafirma su condición de nación independiente, libre, soberana, y democrática como no hay otra en la faz de la tierra.

No podemos descuidarnos de las apetencias extranjeras. Debemos mantener nuestra independencia como el primer Objetivo Histórico del Plan de la Patria, y que dejó Chávez como legado: "Defender, expandir y consolidar el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años: la independencia nacional" y la Paz como el primer objetivo de la Asamblea Nacional Constituyente, planteado por Nicolás Maduro: "La paz como necesidad, derecho y anhelo de la nación, el proceso constituyente es una gran convocatoria a un diálogo nacional para contener la escalada de violencia política, mediante el reconocimiento político mutuo y de una reorganización del Estado, que recupere el principio constitucional de cooperación entre los poderes públicos, como garantía del pleno funcionamiento del Estado democrático, social, de derecho y de justicia, superando el actual clima de impunidad".



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Cécil Gerardo Pérez


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