12 de Octubre. Día de la resistencia indígena

Se ha repetido hasta el cansancio con respecto a los hechos históricos que la interpretación de los mismos corre en general por cuenta de los que han impuesto su dominación. Por eso se dice que la historia la escriben los vencedores. Por eso cualquier persona entenderá fácilmente que el vencedor nunca estará interesado en revelar las partes oscuras de su victoria, mucho menos si por detrás de esta se encuentran millones de muertes, castigos y la destrucción entera de culturas milenarias que ellos consideraron "inferiores"; culturas que a medida que avanzan los estudios sorprenden a la humanidad por sus habilidades y conocimientos. La tragedia de nuestros indígenas solo revela que ningún criminal, salvo que sea un desquiciado mental, es capaz de revelar a los demás las atrocidades que ha cometido.

La llegada de los Europeos a la Abya Yala (nombre dado a nuestro continente por nuestros pueblos originarios antes que lo "bautizaran" como América), fue cubierta con un manto de cinismo e hipocresía que pretendió ocultar durante siglos el mayor genocidio que haya conocido la historia de la humanidad. Se estima que nuestras poblaciones alcanzaban para 1492 unos 70 millones de personas y que un siglo después, fueron reducidas a unos tres millones y medio. En los años posteriores la matanza alcanzaría la cifra de los 90 millones, sin contar los millones de africanos también asesinados para esclavizarlos.

Ese genocidio de nuestros pueblos originarios, a pesar de la total disparidad en favor de los conquistadores no ocurrió de manera pasiva ni pacífica. Ellos, a pesar de haber sido considerados "inferiores" y "salvajes" por los "civilizados" conquistadores, tuvieron la fineza, la categoría y la altura de enfrentarlos en inferioridad de condiciones, pero con dignidad, luchando y resistiendo como todavía hoy en pleno siglo XXI millones de personas domesticadas y controladas no son capaces de hacerlo. Por eso muchos deberían reflexionar como la dominación se ejerce también desde el propio lenguaje. Si estigmatizas a pueblos libres diciendo que son salvajes, el corolario inevitable es que domesticarlos implica quitarles su libertad. Así que todos aquellos que se revindican como seres civilizados (no salvajes) para diferenciarse de los pueblos originarios, deberían hacer una reflexión profunda sobre como su supuesta civilidad (domesticación) es responsable de los actuales niveles de barbarie que enfrenta la humanidad. Son civilizados para dejarse pisotear y hacerse cómplices de todas las infamias que deberían enfrentar si fuesen seres humanos verdaderamente libres.

Ese es el sentido profundo por el cual el Comandante Chávez promovió e impulsó que se cambiará en el 2002 la denominación que se le daba al 12 de octubre. A partir de ese año el llamado "día de la raza", pasó a llamarse Día de la Resistencia Indígena.

No podía ser de otra manera porque desde la llegada de los conquistadores a nuestro continente, a nuestros pueblos originarios les tocó resistir su embestida. No es poca cosa y no se trata apenas un cambio de nombre si se tiene en cuenta que todavía hoy hay varios países de nuestro continente que siguen llamando al 12 de octubre como el día de la raza. Término que para colmo fue acuñado por un descendiente de los conquistadores. La propuso en 1913 el ex ministro español y presidente de la Unión Íbero-Americana, Faustino Rodríguez San Pedro. Su idea era hacer del 12 de octubre una supuesta celebración que uniese a Iberoamérica y España. Sin embargo, hasta el día de hoy España nunca se ha disculpado por el genocidio que llevaron a cabo y en el 2015 el actual Rey de España supuestamente le reveló al mundo de manera inaudita la unidad que ellos defienden:

"Me gustaría recordar a los iberoamericanos que España todavía está esperando que se disculpen por haber masacrado a miles de conquistadores inocentes. Si no hubiera sido por Colón y Hernán Cortés, los latinoamericanos todavía no sabrían ni hablar. No digo que tengan que disculparse inmediatamente. Sé que ahora mismo estarán ocupados, probablemente canibalizando niños o bailando ‘el perreo’, pero exijo que cuando acaben, pidan perdón."

Resistir y luchar son términos que conocemos los bolivarianos y chavistas y en no pocas ocasiones hemos hecho referencia tanto a la resistencia del pueblo palestino como del pueblo cubano, como ejemplos que nos ayudan a confrontar y relativizar las dificultades que nos ha tocado vivir al ser asediados por la mayor potencia militar del planeta. Hoy debemos recordar como nuestros pueblos originarios hace más de 500 años, solos, sin ejemplos que seguir y sin teorías revolucionarias que orientaran sus acciones fueron capaces de enfrentar a un enemigo tan abrumadoramente poderoso. Esa resistencia original, pura y humana es la prueba más poderosa de nuestras raíces revolucionarias, de nuestras raíces de independencia y soberanía. Ellos que enfrentaron con dignidad a los conquistadores para defender su historia y su cultura se convierten ahora más de 500 años después en una energía indestructible que nos alimenta para enfrentar todos los obstáculos que el capitalismo imperialista nos trata de imponer. Todo el que se sienta latinoamericano y caribeño (abyayalano) tiene el deber de reivindicar con orgullo a nuestros pueblos originarios, porque ellos como dijo Ali Primera "… con flechas y cerbatanas, la tierra venezolana, fueron los primeros en defender"

¡Que viva la resistencia indígena!

¡Que viva la energía revolucionaria original!



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Anisio Pires

Sociólogo venezolano (UFRGS/Brasil), profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV)

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