En días pasados, se le ocurrió al camarada ministro de agricultura y tierras, lanzar una propuesta pública que azuzó al avispero revolucionario en su contra. Wilmar Castro Soteldo, le propuso a las fuerzas patrióticas: "Debemos ir a la construcción de esa nueva burguesía. De una burguesía revolucionaria, transformadora, que alcance los estadíos de liberación económica de nuestro país. Cultivando patria" https://www.youtube.com/watch?v=hndGs_HLeVk(https://www.youtube.com/watch?v=hndGs_HLeVk). Alcanzar una "alianza perfecta", tal cual la llamó, reforzándola con el término de "fórmula perfecta" para transformar la economía nacional. Desconocemos, si el camarada ministro peca de ingenuo o es un perfecto idiota; pero lo concreto es, que el pueblo revolucionario se manifestó –masivamente- contra esa tentativa de conciliación de clases.
Este 07 de octubre, va el pueblo brasileño a las urnas para elegir su Poder Ejecutivo. Dos visiones de país se contrastan; por un lado, los candidatos de la burguesía que se plantean la profundización del ajuste iniciado por Temer y del otro, el candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, quien se plantea la reversión de las políticas neoliberales de Temer y la reconquista de los grandes logros sociales alcanzados por Brasil bajo los gobiernos de Lula y Dilma, que propiciaron la reducción masiva de la pobreza y la construcción de un Brasil potencia mundial, la quinta economía del planeta, hoy, bajo el gobierno de Temer, venida a menos, de crisis en crisis.
Michel Temer, un empresario agroindustrial, que mediante una alianza antinatural logra enquistarse como vicepresidente de la Presidenta Dilma Roussef, no solo que logró neutralizar la gestión de gobierno del Partido de los Trabajadores promoviendo políticas de liberalización de la economía, rechazadas por los trabajadores y trabajadoras brasileñas, políticas que fueron corroyendo las bases de apoyo a un gobierno que se promulgaba de los trabajadores y trabajadoras.
Temer, se convirtió -a la larga- en el caballo de Troya que requeriría el imperialismo y la burguesía brasileña para desestabilizar y derrocar al gobierno del PT. No dudó un instante, Temer, para acudir al llamado del imperialismo y derrocar a la presidenta Dilma, asumir su lugar y desde la instancia presidencial, revertir los grandes logros sociales impulsados por los gobiernos de Lula y Dilma. No se quedó hasta allí, Temer, pues una vez instalado en la presidencia de la república se convirtió en el propio verdugo tanto de Lula como de su antigua compañera de fórmula: Dilma Roussef, quien tiempo después ha repetido en innumerables oportunidades: "Me equivoqué con el vicepresidente", solo que, tamaña equivocación se ha pagado con privatizaciones, despidos masivos, pérdidas de pensionistas, soberanía nacional y si faltaba más, con la prisión del Hno. Lula. No poca cosa le ha costado, tamaño "error", al pueblo brasileño y suramericano, por sus repercusiones en la desintegración del Mercosur y la alianza forjada por Chávez, Lula, Cristina, Evo y Rafael que dieron origen a la UNASUR.
El Comandante Hugo Chávez, nunca tuvo dudas sobre el rol de la burguesía en el proceso revolucionario Bolivariano. En todo momento, alertaba al pueblo venezolano sobre los peligros que representaba el coqueteo con la burguesía: "La burguesía quiere que yo me muera. La respuesta mía es que les voy a vivir largo". Y, cuando esa burguesía pretendía engañar al pueblo, disfrazándose de lobo amable para ocultar su ferocidad y enemistad histórica con los oprimidos de la tierra, Hugo Chávez, los desnudaba: "Habla claro burguesía. Te da miedo burguesía hablar claro. Quieres parecerte a Chávez burguesía, que mal te queda, no, no te queda burguesía, aprovecha el carnaval y disfrázate de chavito por unos días burguesía, disfrázate. Pero que va, eres burguesía mala imitadora, no puedes. Hoy, voy a repetir la canción aquella, al cura de San Juan de Dios le dijo a su monigote: por más que te tongonees siempre se te ve el bojote, ahí va el bojote. El bojote de la burguesía. Hoy más que nunca, Simón Bolívar, seguirá imponiendo su idea, su razón, su verdad, su proyecto y hoy más nunca, nosotros los verdaderos Bolivarianos y Bolivarianas, estamos llamados al argumento, al estudio, a la idea, a la batalla ideológica…" Comandante. Hugo Chávez Frías, discurso con motivo de la Conmemoración del 193 Aniversario de la Instalación del II Congreso Constituyente de Angostura el 15 de febrero de 1819 (15-02-2012) (https://www.youtube.com/watch?time_continue=5&v=mVXIcqYMxlo)
El rol contrarrevolucionario de la burguesía, es de vieja data. Ya, a mediados del siglo XIX, Marx y Engels, sentenciaban que: "Las armas de que se sirvió la burguesía para derribar el feudalismo se vuelven ahora contra la propia burguesía", por tanto, concluyen en el primer apartado del Manifiesto Comunista, "su hundimiento y la victoria del proletariado son igualmente inevitables". El "papel altamente revolucionario" de una clase, la burguesa, "apenas con un siglo de existencia", ya estaba agotado, y su lugar para Marx y Engels pasaban a cumplirlo los proletarios. En fecha tan temprana como 1905, en la Rusia revolucionaria, en aquellos exacerbados debates entre mencheviques y bolcheviques, Vladimir I. Lenin fijaba posición bien tajante sobre el rol de la burguesía en la revolución en curso: "La burguesía en su mayoría, se volverá inevitablemente del lado de la contrarrevolución, del lado de la autocracia, contra la revolución, contra el pueblo, en cuanto sean satisfechos sus intereses estrechos y egoístas, en cuanto 'dé la espalda' a la democracia consecuente (y ahora comienza a darle la espalda)" (Lenin, Obras Escogidas, vol. 1, p. 549. Ed. Progreso. Moscú, 1961). De aquellas aleccionadoras experiencias, los revolucionarios de la lucha anti dictatorial contra Pérez Jiménez tomaron nota, y un revolucionario de la talla de Domingo Alberto Rangel, concluye en entrevista para Debate Socialista:
"DS: ¿Por qué el 23 de enero de 1958 no se pudo hacer una Revolución?"
"DAR: El 23 de enero no se logró hacer una Revolución porque no había revolucionarios. ¿Quién hace la Revolución rusa? Lenin y Trotsky, eran los únicos revolucionarios que tenían los objetivos claros. En aquel momento, estaba planteado un vulgar golpe de Estado, que fue lo que estaba planteado también en Rusia en el año 1917, y que luego Lenin lo convierte en Revolución con un partido revolucionario que no se detuvo en un golpe de Estado, sino que fue más allá. Aquí no ocurrió así, toda la izquierda que no quería plegarse a la burguesía, se plegaron y quienes lo nieguen están mintiendo. Aquí todos nos plegamos a la burguesía. ¿Cómo va a haber Revolución si la burguesía dirige? Yo no criticaría que usted vaya con la burguesía, pero esa es su propia política y debe tirarla por el barranco en la primera oportunidad que aparece, no ir como sirviente o apéndice de la burguesía. Aquí nos convertimos en apéndices de la burguesía porque el Partido Comunista ha sido muy cabrón; buscando a qué burgués van a seguir ¿A Eugenio Mendoza, Rómulo Betancourt, Jobito Villalba o al padre Contreras?"
La experiencia reciente de estos últimos cuatro años ha dejado claro al pueblo venezolano, que al lado del imperialismo y todas sus acechanzas contra el pueblo venezolano, siempre ha estado la burguesía venezolana con su guerra económica, procurando someterlo y debilitarlo para esclavizarlo y rendirlo a las órdenes imperiales. Que pueda haber sectores de esa burguesía, que por motivo de sus intereses no concuerdan el cien por ciento con las directrices imperialistas, claro que los hay, pero se trata de sectores muy minoritarios como bien pudiera ser el caso de Fedeindustria. Pero, en lo que concierne al conjunto de la clase de la burguesía venezolana, mejor no pudo definirla nuestro Comandante Hugo Chávez: "…aquí nunca hubo burguesía nacional, por el modelo capitalista que aquí se creó, un modelo capitalista transnacional, éramos una colonia yanqui pues." (Discurso del Presidente Hugo Chávez: Encuentro con los candidatos del PSUV a diputados la Asamblea Nacional, Teatro Municipal, Caracas 07 de mayo de 2010).