Al punto de no retorno hemos llegado ¿Y ahora?

Si algo demuestra la tentativa –derrotada- de golpe de Estado imperialista, es que no está en los planes del imperialismo, y sus agentes de la derecha, alcanzar el poder político en Venezuela mediante canales democráticos y Constitucionales. Eso, sería una camisa de fuerza invulnerable para sus planes de desmontar –íntegramente- el Estado Social de Derecho y de Justicia, imperante en la República Bolivariana de Venezuela. Acabar con las pensiones y los pensionados, privatizar las viviendas de la GMVV, apagar el Carnet de la Patria y sus beneficios sociales, privatizar la salud, la educación, todas las empresas públicas, en especial, la joya de la corona: PDVSA, en fin, desmontar el Estado Bolivariano de Bienestar que tanto les molesta e impide, a la burguesía nacional y trasnacional, acceder libremente, a la renta nacional en exclusiva. Quedándole al pueblo, tener que conformarse con las pocas migajas que no les apetezca comer al capital nacional y trasnacional, tal cual ocurrió a todo lo largo de la cuarta república. Pero, hay algo más que devela esta nueva tentativa de golpe de Estado, y ello tiene que ver con el protagonismo que han asumido tanto la república de la cocaína, Colombia, como la república del fascismo, Brasil. Ambos países, aspiran al desmembramiento de la República Bolivariana de Venezuela, tal cual se desprende del nefasto comunicado suscrito por el grupete de lima. Colombia, aspira que se le entregue la región zuliana, con la que aspira satisfacer sus necesidades de petróleo para los próximos años; mientras que, el fascismo brasileño ve en el Esequibo, una región factible de explotación y deforestación intensiva, proclive a sustituir a la Amazonia brasileña, en la que la burguesía agroindustrial, posesionada en el poder político con Bolsonaro, aspiran acabar con esa enorme capa vegetal, vital para la vida en el planeta. En resumen, aspiran que el imperialismo de EEUU, descuartice a Venezuela, y ellos ser partícipes de ese festín.

La voracidad y agresividad mostrada por los gobiernos anti venezolanos, no tiene antecedentes en la historia de nuestra región. Muchos de los cuales, Colombia, Perú, Ecuador, Panamá, fueron liberados del yugo español por patriotas venezolanos. No obstante, el mundo ha cambiado para bien. Las tentativas de cubrir de legalidad internacional el golpe de Estado, tanto en la OEA como en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, fracasaron estruendosamente, quedándose en minoría tanto EEUU, como sus doce colonias suramericanas, síntoma de cuán vivo está el Multilateralismo. Síntoma, además, de que la relación de fuerzas hegemónicas en el planeta se ha movido hacia Rusia y China, las dos grandes potencias, uno en lo militar y la otra en lo económico. Ello, hasta ahora, ha privado al otrora hegemón de intentar cualquier aventura militar, tipo Libia, Irak o Afganistán. A lo cual, es importante considerar, el papel jugado por la sociedad estadounidense que se ha soltado a las calles de aquel país para manifestar su rechazo a las políticas injerencistas y golpistas del gobierno de Donald Trump. Lo que, sin duda, representa un cambio cualitativo del nivel político alcanzado por esa sociedad que fue capaz, en algún momento, de parir un presidente fascista y supremacista del cual hoy, se están arrepintiendo con su masivo rechazo y total apoyo a la Democracia venezolana. Hoy, Venezuela, se constituye en referencia mundial de Antiimperialismo y los pueblos del planeta nos ven, como un faro de esperanza de que otro mundo es posible. Y ello, pesa mucho en los mensajes que desde Venezuela, debemos enviarle a ese mundo. Nuestra responsabilidad ante el mundo, se ha acrecentado. Venezuela, hoy por hoy, es una fuerza de Dignidad de primera línea, y ello restringe toda posibilidad de que el imperialismo de EEUU, acuda a sus tradicionales métodos de resolución de conflictos, basados en invasiones y guerras perdidas, que potencian conflictos y destruyen pueblos enteros. No solo Venezuela, sino el mundo entero, ha entrado en un punto de no retorno al unilateralismo. El Multilateralismo es una realidad.

Mediante la segunda ley de la dialéctica, que nos explica a cabalidad la dialéctica del aumento cuantitativo y el salto a lo cualitativo o ley del desarrollo, que se produce tras una acumulación suficiente en cantidad que llega a un punto de no retorno. Al punto, en que no son factibles más aumentos en cantidad sino que ésta se transforma en algo cualitativamente nuevo, que no existía antes. Es, en la cualidad del momento nuevo, en que debemos profundizar para descubrir la esencia interna, estable y diferente a todo lo anterior, sin quedarnos en visualizar la vieja apariencia de lo que está muriendo. Es un punto, en que Marx insiste en alertarnos: "Junto a las miserias modernas, nos agobia toda una serie de miserias heredadas, fruto de la supervivencia de tipos de producción antiquísimos y ya caducos, con todo su séquito de relaciones políticas y sociales anacrónicas. No sólo nos atormentan los vivos, sino también los muertos. Le mort saisif la vif!" (El Capital, C. Marx). El pasado, aún no muerto, insistirá en volver sobre el presente, condicionándolo, frenándolo, si lo permite, pudriéndolo. Las fuerzas reaccionarias del pasado, aún no muerto, siempre serán una realidad activa en el presente, siempre presta a asaltar el presente y destruir las grandes conquistas sociales tenidas como irreversibles por quienes desconocen la dialéctica. Por eso, Fidel, siempre Fidel, grande como él solo, nos señalaba el camino para hacer irreversibles los grandes cambios revolucionarios: "Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado…" Hugo Chávez, ya visualizaba en el horizonte ese punto de no retorno y señalaba el camino que debía seguir la Revolución Bolivariana, proceso en el cual el pueblo venezolano sería su actor fundamental, las Comunas en lo concreto, así lo expresaba en el Plan de la Patria y sus grandes objetivos históricos: "…acelerar el cambio del sistema económico, trascendiendo el modelo rentista petrolero capitalista al modelo económico productivo socialista, dando paso a una sociedad más igualitaria y justa, rumbo al socialismo, sustentado en el rol del Estado Social y Democrático, de Derecho y de Justicia, con el fin de seguir avanzando en la plena satisfacción de las necesidades básicas para la vida".

Lo económico, Nicolás. Volvemos a toparnos con la Economía. El Plan de Recuperación Económica y Social. Desterrar el rentismo de nuestra economía, esa dependencia enfermiza con el dólar imperialista. Atacar la corrupción, la indolencia y el burocratismo. La corrupción, en especial, porque ha mutado en bachaquerismo y especulación. La indolencia, que ha mutado también en inacción del Estado Bolivariano en la aplicación estricta de las Leyes de la República, generando un estado de total impunidad. Y de la impunidad de los delitos deviene la anarquía, poniendo en riesgo la supervivencia de la República. No será el imperialismo, quien acabe con nuestra República Libertaria, sino que el riesgo mayor está en la anarquía que toca nuestras puertas. Requerimos de un Estado sólido, fuerte, inexorable en la aplicación de la Constitución y las leyes de la República Bolivariana de Venezuela. No sigamos convocando al fascismo para que venga a nuestro país a resolver nuestros problemas. Tal cual, hacemos cada vez que los enemigos de la Patria, después de apedrearla y violentarla, se les perdonan bajo la excusa de la paz. ¡Falsa paz!



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Henry Escalante


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