1. Pacto con la Casa Blanca
La declaración del Ministro de Defensa de Venezuela, General Vladimir Padrino López, de que la FANB "es una Fuerza Armada humanista, respetuosa del estado de derecho, la democracia y los derechos humanos" (28.1.), señaliza a Washington, que han aceptado la oferta imperial de sacrificar a Maduro, a cambio de impunidad para ellos. Su mensaje, de que la institución ha "respetado los derechos humanos" y que "el cuerpo castrense continuará trabajando en defensa de la soberanía nacional", manda dos mensajes adicionales a la Casa Blanca: no vamos a matar por Maduro y, no traten de invadir el país, porque iríamos a la guerra.
2. Oferta imperial irresistible
Esta decodificación del discurso de Padrino López es evidente, cuando se lee la oferta original imperialista, expresada por el Jefe del U.S. Southern Command, el Comando Sur de los Estados Unidos, almirante Craig Faller:
"Hay dos maneras de resolver este tipo de problemas. En 1989 nosotros sacamos a Manuel Noriega de Panamá. Y en 1994 depusimos al presidente de Haití… Por otro lado, al final de la década de los 80 cuando Ferdinand Marcos tenía cientos de miles de manifestantes protestando en las calles de Filipinas, nosotros organizamos su salida y le garantizamos a Marcos que no sería enviado de nuevo a Filipinas para ser juzgado allí por los crímenes cometidos. Creo que esa es la vía para salir de Maduro. Tal vez se la puedan proponer alguien cercano a él de otro país… pero necesitamos darle una salida en la que no sea obligado a regresar, y así, posiblemente, salir de este problema sin violencia".
Con un plan contundente, dijo, "no habría violencia", y añadió que tampoco sería necesario el uso "de fuerzas de guerra". "Para lograr el control de las Fuerzas Armadas, es necesario que se le den garantías a los altos mandos, que son esencialmente corruptas. Maduro los está comprando. Pero, para acabar con esa falsa lealtad a Maduro es necesario darles alguna forma de amnistía. Y eso es muy importante. Solo (funcionará), si ellos están convencidos de que la amnistía es verdadera". Es obvio, que se convencieron.
3. La Troika post-Maduro
Mientras Maduro, en su mente infantil-positivista juega a la guerra en la torreta de un tanque, y Diosdado Cabello --el preeminente intrigante anti-comunista de derecha del proyecto de Chávez-- está negociando la fase post-Maduro con los títeres caraqueños de Washington y los militares, la apremiante tarea de la salvación nacional queda diáfanamente clara: la intervención de un Bloque Nacional Patriótico (BNP) en la configuración concreta de las condiciones de transición. La salida de Maduro generará un gran vacío de poder, que no se puede permitir sea llenado por la nueva troika del poder imperial: Juan Guaidó, Leopoldo López y Antonio Ledezma.
4. La batalla decisiva de la guerra
Toda estrategia de salvación posible de los intereses populares y de la soberanía nacional de Venezuela tiene que partir de las siguientes realidades.
1. A la luz de la correlación de fuerzas geopolíticas y nacionales, es obvio, que Maduro perdió la guerra del regime change de Washington, como Yanukovich la perdió en Ucrania. No tiene más salvación que la de una salida negociada al exilio. China, por principios de su política exterior, no le dará asilo político. Moscú es posible en una negociación entre Trump y Putin. Cuba también es posible, pero debería cobrarle el favor a Trump con la congelación del Título tres de la Ley Helms Burton, durante el resto de su mandato.
2. No hay forma de evitar que la actual fase de transición culmine en elecciones generales.
3. Toda negociación con el Imperio y sus títeres gira, en consecuencia, en torno a las condiciones de la transición, que determinan, a su vez, la situación post-guerra o post-madurista del país. En términos militares, la batalla decisiva de la guerra es la actual batalla por la transición.
5. Aparece Mao Zedong
Sólo quedan dos poderes primarios de negociación de la transición dentro de Venezuela: la embajada de Washington y las Fuerzas Armadas venezolanas (FANB). Todo lo demás que existe es secundario. Abstrayendo de la embajada, el centro de gravitación de la batalla para todos los actores es el poder de fuego de las FANB: para los sectores maduristas, las fuerzas patrióticas y chavistas y las fuerzas exógenas: Rusia, China y Cuba. La alianza con las FANB se vuelve determinante, porque una vez más se verifica el aforismo de Mao Zedong: "El poder político nace de los cañones de los fusiles."
6. Decálogo de la Salvación Nacional
Para el pueblo y las fuerzas patrióticas venezolanas es primordial entender, que sólo le queda la "solución sandinista" de 1989, para salvar sus legítimos intereses. Esto significa en concreto, que tiene cuatro imperativos para la fase de transición.
1. Organización de las elecciones bajo una estructura transparente y democrática, que no puede ser manipulada por ninguna de las fuerzas en pugna.
2. Sustitución de la camarilla militar Padrino López-Reverol-Ceballos, por una dirección militar colectiva, formada por los generales de la resistencia democrática y bolivariana, Miguel Rodríguez Torres, Raúl I. Baduel, Cliver Alcalá y otros. Padrino López puede ser miembro de este colectivo que toma las decisiones por voto de mayoría. Este alto mando queda en el poder durante los siguientes cinco a diez años, porque es la única manera, de impedir una matanza de la derecha en la fase post-Maduro. Una estructura semejante conducirá a la policía nacional.
3. Para salvar a PdVSA es necesario poner a Rafael Ramírez a su cabeza.
4. Con vista a la campaña presidencial, Rafael Ramírez sería el único candidato de unión progresista y patriótica disponible, y con la experiencia nacional e internacional necesaria, para conducir el país hacia su refundación.
7. Alianza con China y Rusia
Para esta alianza de negociación con Washington (Guaidó, López) es fundamental que Rusia y China estén presentes. Venezuela ya no es más que un peón geopolítico y geoenergético en la gobernanza mundial y el naciente orden multipolar. De ahí, que para contrarrestar el poder geostratégico del eje imperialista –Estados Unidos, Unión Europea, Japón y sus vasallos latinoamericanos-- en la negociación, es imprescindible contar con el poder económico, político y militar de Rusia y China. Se trataría, entonces, de una "solución sandinista geopolítica", que reflejara las realidades de poder globales y nacionales del momento actual.
Como en cualquier negociación, no se conseguirá el cumplimiento de todas las demandas propias, frente al adversario. Sin embargo, sólo entrando en negociaciones con Washington con una estrategia concreta de este tipo y con el Bloque Nacional Patriótico (BNP), con su doble cabeza de lanza blindada –la Fuerza Armada y la Fuerza Geopolítica Mundial-- se puede evitar las peores consecuencias de la catastrófica derrota, que ha causado la mafia burguesa madurista y sus panegiristas de la izquierda global oportunista, en la Patria Grande.