"Mi padre me dijo en una ocasión
que el respeto por la verdad
es casi el fundamento de toda moral.
Nada puede surgir de la nada, dijo"
Dune
En su canción (Coquivacoa) el inmortal cantor Alí Primera, lo dijo muy claro: "La ignorancia no mata al pueblo, pero tampoco lo salva" y mire que esta corta estrofa cada momento se pone de manifiesto, cuando oímos a personas repetir mensajes prefabricados en laboratorios mediáticos, como es el caso de una señora vestida de blanco, y la gorra ideada por el Comandante Chávez; ahora utilizada por la oposición para confundir; el cual no dejaba de repetir muy alegre, y de manera interesada: ¡La comida está bajando, porque Guaidó, está mandando!. Algunas de las personas presentes, lo único que hicieron fue expresar una sonrisa dejando la incógnita: si, aprobaban o negaban la expresión.
En la historia política de Venezuela, nunca se había presentado un caso, como el del parlamentario Juan Guaidó. Muchos siguen creyendo, que llegó, se autoproclamó como el Presidente "interino o encargado" por simple casualidad, y travesura siguiendo en la onda de las guarimbas. El 23 de enero salió del cascarón de la oposición, y los que no estaban al tanto de lo que iba ocurrir en el sitio de la concentración–la inmensa mayoría– les pareció un show, por el hablar entrecortado sin ningún mensaje, lo único novedoso, era precisamente su presencia como un fantasma para empezar hacer su papel de títere, con la particularidad, que raya en lo vergonzoso por la forma de utilizarlo el imperialismo, que hasta una niñera le colocaron a su lado – Kimberly Breier– y lo acompañó en la reciente gira; esta dama duró 10 años, analista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)
Un amigo de criterio muy propio, y acertado, cuando hace un comentario, me hizo la siguiente explicación: "El jueguito de Guaidó, comenzó en una fecha muy importante para la historia contemporánea de nuestro país, y termina precisamente, cuando el fabricante se dé cuenta, que no funciona en el mercadeo, porque simplemente es una pieza en venta" Esta advertencia parece tener cierta lógica por la cantidad de movimientos de Mister Guaidó, en cuatro países abiertamente comprometidos con la política estadounidense–Argentina, Paraguay, Ecuador, y Brasil– siempre con su AYA al lado, con el rostro serio, dando demostraciones de estar atenta antes cualquier palabra de su dirigido.
En la lucha de los pueblos han aparecido traidores, títeres, marionetas, infiltrados y pare de nombrar, pero ningún había llegado arrastrarse tanto, como este guarimbero; la única actividad en el cual ha destacado (nalgas al aire) y haber formar parte de los encargados de fabricar todo el arsenal, con el cual asesinaron personas inocentes, y destruyeron propiedades del estado y privada, en las guarimbas consentidas, y auspiciadas por el ex gobernador Capriles Radonski.
A este desaforado intrépido, no le queda otra, si no seguir en sus andanzas agarrado de la mano por el imperialismo a través de su institutriz, experta en estas lides, quien apenas se hizo del cargo (subsecretaria para asuntos del hemisferio occidental) nombrada por Donald Trump, lanzó la primera bombita: ¡Venezuela, y Nicaragua son regímenes corruptos! Por algo el gobierno estadounidense a través de sus funcionarios más allegados a la CASA BLANCA no paran de hablar; saben perfectamente la clase de fantoche utilizado para una operación tan delicada y peligrosa: sacar a Nicolás Maduro del poder, en momentos, cuando las aguas se han venido aclarando, y muchos engañados empiezan a darse cuenta de las verdaderas intenciones de uno más al servicio de las clases dominantes y el imperialismo.
Todas las mentiras se caen por su propio peso; no es cierto que este mandando, está haciendo su papel de disfraz diseñado por el imperialismo –acorde para la época–los precios de algunos artículos, bajan por una acción valiente del gobierno: cerrar la frontera con Colombia, y esto obliga a los vende patria, a los comerciantes usureros, quienes ni cortos, ni perezosos al no poder pasarlos tienen que venderlos a precios del mercado–más bajo– para no perderlos; dándole la razón al actor Sir Laurence Olivier, cuando dijo: "El arte del comerciante consiste en llevar una cosa desde el sitio donde abunda al lugar donde se paga cara"