Las predicciones de Negroponte

El hombre que ocupa el segundo cargo en importancia dentro del Departamento de Estado norteamericano acaba de hacer una profecía: nuestro país, "tarde o temprano", va a fracasar en sus esfuerzos por ayudar a otras naciones del área por cuanto, según él, será insostenible para nuestra economía dirigir recursos a auxiliar a terceros. Estamos "degradando" nuestra riqueza, de acuerdo con esa apreciación.

Antes, cuando los reales salían en enormes cantidades hacia las arcas de las multinacionales que eran propietarias hasta del aire que respirábamos, nuestra economía era, como dicen los expertos, viable.

No importaba que la mayor parte de la población viviera en la más absoluta miseria y no tuviera cubiertas sus necesidades básicas. El flujo de recursos hacia el Norte era seguro, confiable, rentable, mientras mantuviera el rumbo. Ahora reorientamos las coordenadas y el dinero va hacia otros lados. Por eso estamos condenados a estrellarnos en el mar de la calamidad, de acuerdo con el ilustradísimo Negroponte. No sé de qué me extraño: ¿acaso los gringos saben de solidaridad? Ya el hombre hizo maletas y comenzará otro periplo, continuación del que hicieron con anterioridad Rice y Bush, para tocarle la puerta nuevamente a Colombia. Quedaron anotados en agenda, también para el mismo viaje, Perú, Ecuador y Panamá. Negroponte va a seguir la línea, emprendida hace ya varios meses, de hacer las advertencias en persona acerca de las amistades inconvenientes.

Menos mal que Rafael Correa acaba de recibir un espaldarazo popular, porque esa visita será un preaviso de lo que le espera si sigue lineamientos bolivarianos con su asamblea constituyente. Colombia, sumida en una dolorosa mansedumbre, se consolida como la base de operaciones contra Venezuela. Sobre el Perú de Alan García no vale la pena decir nada.

Las páginas de la historia reciente hablan por sí solas. Y Panamá, por su importancia geopolítica, ya sabemos que tiene cortas las riendas de la soberanía.

El subsecretario de Estado anunció que su estrategia estaría fundamentada en fortalecer sus relaciones con otros países de Latinoamérica, "mientras observamos la situación en Venezuela". ¿Cuál situación? ¿Qué será lo que van a observar? ¿Esperarán con un submarino en el Caribe y sus aviones en La Orchila por si acaso el 28 de mayo se repite un 11 de abril? Como han demostrado no ser en absoluto originales, no me cabe duda de que andan merodeando por ahí.

A Negroponte no se le ocurre cómo Chávez puede ayudar a otros "existiendo pobreza en su propio país". Mayor cinismo, imposible. Debe ser que esa pobreza tiene apenas ocho años poblando los cerros, porque antes lo que nos llegaba de allá era pura ayuda humanitaria a cambio de nuestro petróleo; apoyo que se traducía en escuelas, en dispensarios, en vasos de leche, y en todas esas cosas que nuestra terquedad nos lleva ahora a ofrecerle a otros.

El corolario de las declaraciones de John Negroponte esta semana no pudo ser más ocurrente, muy de acuerdo con su acostumbrado descaro: su país tiene que evitar provocar a Chávez. ¡Menos mal!

mlinar2004@yahoo.es


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Mariadela Linares


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