Sr. Vicepresidente, me permito escribirle la presente para ejercer mi derecho a la Libertad de Expresión, en virtud de unas palabras que dijo ud., al referirse al individuo que vino invitado con gastos pagados, a un evento de Conindustria el día 19/06/07. No debo entrar en detalle en cuanto al discurso que el mencionado individuo leyó ante la audiencia que le pagó su entrada a nuestro país, para enfocarme directamente en el calificativo que usó ud., para referirse al mismo, el cual es el objeto de esta carta abierta.
Ud., señor Vicepresidente, llamó a ese personaje que según dicen, es Juez, (lo cual no me consta), Payaso!! Que cosas, yo siempre pensé que un Payaso es un personaje que asume ese rol con el fin de sacar sonrisas de las caras de quienes lo ven y oyen, ya sean niños o adultos…pero acá no me quedó claro, el porque de esa expresión, para dirigirse a ese Juez (que debería mostrarme su titulo), porque yo desde muy pequeño tengo una concepción de un Payaso muy diferente a la de este personaje que leyó un discurso que creo le escribió Rafael Marin o el ex gobernador William Dávila en su reciente estancia allá en Madrid. Sr. Vicepresidente, tocayo, si ud me permite, debo recordarle lo mucho que los niños y adultos disfrutamos y nos divertimos en la presencia de un Payaso, eso es algo diría yo, Mágico!!, ante un Payaso y su publico, se establece una especie de conexión, de empatía que es lo que permite el fluir espontáneo de las risas y carcajadas de cuantos lo ven, pero en el show que Conindustria montó para celebrar no se qué, no hubo absolutamente nada de eso. Creo Sr. Vicepresidente, que a Ud. se le fue la mano llamando así al mencionado Juez, además pienso que les debe unas disculpas al gremio de los Payasos, porque un Payaso tiene ética y profesionalismo para cautivar las sonrisas de la gente y este dizque Juez, sin considerar que su lectura seria vista y oída por una importante tele audiencia, irrespetó las más elementales normas de ética que cualquier persona observaría, para dirigirse a un pueblo extranjero en su propia tierra.
Además, la sensación que dejó en la mayoría de los que lo tuvimos la desagradable oportunidad de verlo, fue de lastima, de horror, de pena ajena, de impotencia ante quien te escupe la cara en tu propia casa. A eso Sr. Vicepresidente no se le puede llamar: Payaso!! Discúlpeme tocayo!!, pero a ese individuo yo le llamo: Canalla!!
josorio2004@hotmail.com
