Baltasar Garzón, rebuznó en Caracas y, en Méjico, como al alimón diríamos, lo hizo Aznar. Y no hay por qué extrañarse ante tal sincronía, los dos juegan para el mismo bando, la derecha española.
Es verdad que el juez español alcanzó simpatías con el caso Pinochet, porque “el hombre sabe hacer el juego”, como dijo el escritor boliviano, Sergio Cáceres, quien le llamó “gavilán y paloma”. Pues “ordenó detenciones arbitrarias y permitió la tortura en el país vasco.” (1)
Y la historia sigue; denuncian las “Asociaciones de derechos humanos contra la hipocresía del juez” (2), que pese a ser autoridad para perseguir torturadores “emana de él mismo la orden de incomunicar a las personas acusadas de terrorismo” y agregan, “en verdaderos espacios de impunidad en que se producen brutales torturas”.
Y lo siguiente deja descalificado al Juez Garzón. Para el año 2003, estando en el cargo que aún ocupa, el Relator Especial de la Cuestión de la Tortura en la ONU, Theo Van Boren y el Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa (CPT), consideraron que “el Estado Español no ofrece garantías suficientes contra la tortura en las dependencias oficiales”.(3)
Garzón en Bogotá, propuso al gobierno colombiano que incomunicase a todo sospechoso de terrorismo; le dejase sin contacto con abogado alguno, hasta sacarle información. Lector, ¿esto no le recuerda el proceder en la cárcel gringa de Guantánamo?
Y a Garzón, el Subcomandante Marcos, de los zapatistas mejicanos recriminó diciéndole, se pone al “servicio de una causa justa y noble, o sigue donde está, recibiendo las caricias de quienes de arriba son porque lo son sobre la sangre y el dolor de los de abajo”. (4)
Esto forma parte del perfil del juez español, quièn curiosamente, no vino a Venezuela invitado por nuestro Poder Judicial, universidad venezolana o institución vinculada a sus funciones sino por Conindustria, un organismo mercantil, abiertamente enfrentado al gobierno y de esos de arriba, como dijese el líder zapatista. Esto no pega ni con cola. Huele a contubernio. Por eso preguntó la presidenta del TSJ, ¿a qué vino?, y uno agrega, ¿para qué lo trajeron? Está claro, a reforzar a los actores que dicen que aquí gobierna un arbitrario. Y con cinismo, quien ha amparado la tortura en España y la ofreciò como buena a Colombia, dijo refiriéndose a nuestro Poder Judicial, “no podemos ser meros acólitos del poder de turno”. Para él, aquí hay una dictadura; el presidente tiene controlado todos los poderes. Lo curioso del caso es que Garzón siendo juez, desde España, sin averiguación ninguna, sólo atendiendo al discurso opositor venezolano y opiniones poco respetables del Partido Popular, que lo es del franquismo, oyendo sólo una campana, como nunca debe actuar un juez, decidió en un madrugonazo que aquí no hay libertades.
Con razón, Luisa Estella Morales, presidenta del TSJ dijo “vino como un mercenario a parcializarse con una posición”.
¡Y qué curioso! Allá en Méjico, Aznar quien estuvo metido en el golpe contra Chávez, expresó que en Venezuela “se está viviendo un retroceso a un régimen autoritario”. (5) Y como Garzón fundamentó sus argumentos en el asunto RCTV.
Uno sabe que cómo Aznar, así actúa un franquista y por los antecedentes arriba mencionados y lo dicho por Luisa Estella Morales, en el caso Garzón, lo hace un mercenario. Es decir, los burros se juntan a rascarse y a rebusnar.
1. - www . La Haine.org 08-08-03)
2. - Insumissia, WWW.antimilitaristas.org, del 8-05-07)
3.- Bogotá. Agencias La Haine, 7-08-03
4.- Carta del Subcomandante Marcos a Baltasar Garzón. Google, 7-12-02
5.- Agencia AP, Méjico. Diario El tiempo, 20-06-07
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