Un grupito de ignorantes extravagantes-Rosales y Andrés Velásquez, entre otros-ya no tienen más embustes que decirle al pueblo venezolano, y ni siquiera tienen un RIF moral que los identifique, que los califique, por eso se han ido a USA como “visionarios ciegos” a hablar necedades, porque aquí, nadie les hace caso.
Pero- ¡ojo!- la cuestión no es nada inocente. Se trata de un “bonsái político”.
El bonsái no depende de sí mismo ya que es un producto manipulado. Me parece contrario a la naturaleza, impedir deliberadamente el crecimiento de una planta, y en este caso, por extensión, Rosales, Velásquez y demás pérfidos engendros, conforman el “bonsái político” que el Pentágono y el Departamento de Estado Norteamericano ha diseñado, elaborado y puesto en práctica.
El Subsecretario de Estado Norteamericano para Asuntos del Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, se entrevistó hace pocos días con el Canciller venezolano Nicolás Maduro, y eso es lo correcto, pero luego monta la opereta bufa recibiendo pomposamente a este grupito de sinvergüenzas. Debe saber Shannon que Maduro representa a todo el país, legítimamente, y eso debe ser considerado por nuestra diplomacia. La política exterior venezolana la dirige el Presidente por intermedio del Canciller, así que las provocaciones de Shannon, al recibir a los guarimberos, deja mucho que desear, de la política exterior norteamericana porque, precisamente, se trata de un “tira y encoge” que es el mecanismo mediante el cual, ellos recurren a la manipulación, para tratar de seguir anestesiando al pueblo venezolano e impedir que nosotros aprobemos abrumadoramente, la Reforma Constitucional en cierne.
De todos modos, el placet que Shannon ofrezca a estos bandidos, equivale a otorgarle la libertad a un grupo de parapléjicos porque nuestro pueblo ya no come cobas.
No hay dudas de que ese grupito de escuálidos ha salido de un molde nefasto, hecho por Bush.
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