Ya, casi en el final de la XVII Cumbre Iberoamericana, realizada en Chile, se suscitó un intercambio de palabras inusual en estos actos, entre los presidentes Chávez y Rodríguez Zapatero y en el cual intervino, tomando parte a favor del segundo, el rey Juan Carlos de Borbón quien groseramente, mandó a callar al primero.
Según ha dicho Chávez, en esa sesión que era la que cancelaba el evento, él no tenía previsto hablar. Contó que le dijo “Chacho” Álvarez a él, que tenía que irse pero que quería oírle antes de su partida, a lo que él le contestó que no tenía pensado hacerlo pues ya lo había hecho en la sesión anterior, y sin tener nada nuevo que agregar a lo ya dicho, que mejor decir que el silencio.
Pero, oyendo a Rodríguez Zapatero hablar y decir que la causa de la desgracia de la pobreza había que buscarla en el interior de las naciones y no en el exterior, fue que decidió decir unas palabras pues no estaba de acuerdo con lo que manifestó Rodríguez.
Chávez denunció, una vez más, la franca y abierta conspiración que Aznar, quien fuera el anterior jefe de gobierno de España, mantiene contra Venezuela y contra él específicamente. Hay que ser muy ingenuo, incauto, cándido o idiota, para no conocer las andanzas de este anquilosado alabardero, plegado sin ninguna dignidad a los caprichos de Bush. Es muy triste, o debiera serlo para un español, ver el nivel de servilismo al que ha llegado el señor José María Aznar respecto a EEUU.
No tiene ningún reparo para entrometerse en la política interna de cualquier país de América, según sea su antojo o la creencia de que le es útil con ello a su amo. Con preferencia tiene a Venezuela para lanzar sus dardos de puntas mochas tales los resultados que ha obtenido.
Oírle argumentar sobre la excelencia de políticas económicas ya fracasadas en la práctica, que han sido francamente dañinas y lesivas en todo país donde fueran aplicadas, a los intereses nacionales en primer lugar, al apoderarse de servicios básicos esenciales para el desarrollo de todo país, y luego al de las masas más rezagadas inhibidas de recibir servicios tales como luz eléctrica, agua, telefonía. Oírle entonces promocionando esas políticas ya experimentadas sin ningún éxito, después de haberlas sufrido, es, por decir lo menos, una insolencia.
Pero, como buen siervo que es, no es sólo Venezuela quien merece sus desvelos. América también le preocupa y hacia toda ella extiende sus cortas miras, tales sus proposiciones. El año anterior este pícaro visitó México, en plena campaña electoral para promocionar a Felipe Calderón, candidato del PAN, en una abierta violación de la ley electoral mexicana.
En estos días estuvo por Colombia, donde para no variar su conducta, peroró contra los gobernantes que están procurando reivindicar a sus pueblos hasta ahora postergados. No puede ni quiere entender que haya naciones que traten de romper el dogal que les ahoga e impide su desarrollo y una mejor distribución de la riqueza.
Está tratando de crear para enfrentar tal impertinencia, si es que no lo ha logrado ya, algo así como una Internacional de las Derechas y para ello, está buscando lo que ha sido la escoria, lo más degradado de la política latinoamericana, casi todos, como él, más cerca de la cárcel que del bronce.
Sin duda que Chávez erró por defecto, al mencionarle como lo hizo. Pero España, que también erró lo hizo por exceso. Chávez, cuando adjetivó como fascista a Aznar, lució como generoso con el tipo. Hablamos, cuando lo hacemos de Aznar, de un asesino, de un criminal, de un personaje que si hubiera realmente una justicia internacional de verdad, verdad, el mundo lo vería en esos estrados como reo por genocidio entre otros tantos delitos.
Extraño sí resulta ver a quien se tiene como honesto, ajeno a la mendacidad, emblematizando a Aznar como lo español, haciendo hincapié en el hecho de haber sido elegido el personaje en unos comicios, eventos estos que no califican la naturaleza moral de ningún individuo en ninguna parte del mundo. Rodríguez Zapatero lo sabe muy bien, Aznar es más que un honor y un mérito, una afrenta, un baldón para el gentilicio español.
Cuesta trabajo creer si es que es así, que Rodríguez Zapatero no conozca en detalle las actividades delictivas del gobierno español, y de su embajada en Caracas, en los nefastos hechos de abril de 2002, lo que nos permitiría entonces comprender el porqué de su defensa. Rodríguez Zapatero no puede atribuir al azar, el nombramiento hecho como embajador ante Venezuela, el 23 de febrero de ese año, de Manuel Viturro de la Torre.
Viturro de la Torre ingresa en la diplomacia de la mano de Fraga Iribarne, tras su fracaso académico en la Escuela Diplomática. Pesaron, influyeron para su entrada en ese campo, no sólo por ser diplomático franquista su padre, sino su condición de miembro de las fuerzas de choque de los comandos parafranquistas de DEFENSA UNIVERSITARIA, de la cual era integrante. Su embajada en Caracas fue sitio de reunión para quienes conspiraban, contando con la presencia de Viturro de la Torre que, seguramente evocando aquellos días de golpizas y otras lindezas de ese tipo en sus tiempos de estudiante, habrá hecho sus buenos aportes.
El corresponsal en Venezuela de RADIO NACIONAL DE ESPAÑA, accidentalmente reveló una reunión sostenida entre Viturro y Shapiro, el ex embajador de EEUU con Pedro Carmona Estanga luego que este hubiera disuelto las instituciones, en la cual le manifestaron el respaldo al Golpe de sus gobiernos. El día 12 los gobiernos de ambos países emitieron una declaración que concluye así:” (…) expresan su deseo de que la excepcional situación que experimenta Venezuela conduzca en el plazo más breve a la normalización democrática plena”. Si esta declaración no es un apoyo al Golpe de Estado…
El departamento de migración encargado de entradas y salidas de España, le podrá dar la información a Rodríguez Zapatero del ingreso en enero o febrero de 2002, de Pedro Carmona. Si revisa la edición de Cambio 16 del 29 de abril de ese año, verá reseñada la visita que el golpista volvió a realizar a España, el 9 del mismo mes a escasas 48 horas del golpe. Allí verá que le reseñan que el personaje fue recibido como futuro gobernante de Venezuela. Más, aún. El “efímero” se hizo confeccionar en ese país, la banda presidencial que murió sin estreno. De lo tanto que omitimos, uno es el comunicado que Josep Piqué, responsable del Departamento Iberoamérica, envió por el sistema de telegramas cifrados a los diferentes estados miembros de la UE.
La abundante información existente, que muestra el vínculo de los golpistas con el gobierno español del momento, hace innecesario su enumeración. La responsabilidad mayor ¿quién podría dudarlo?, le cabe completa a Aznar. Pero, esto que referimos de Venezuela, como demostrativo de que estos sujetos jamás pueden emblematizar un gentilicio, es mucho más amplio.
Hoy, aquellos que medianamente se informan con los medios de comunicación que padece la población mundial, saben que existe un acta que reseña una charla entre Clinton y Aznar, y en la cual, este último le sugiere al primero bombardear la estación serbia de televisión cuando le instiga a iniciar el ataque. Existen documentos que avalan lo que hemos afirmado ¿Los conoce Rodríguez Zapatero?
Aznar cubrió de ignominia a España en las Azores, por lo que de ahí se derivó y esto fue un hecho marcado para la posteridad. Tres mediocres, tres bandidos, tres asesinos mentirosos y además cobardes, violaron, no sólo la legislación internacional que sí hicieron, sino toda posibilidad futura de siempre enmarcarse dentro del ámbito que ella establece para resolver las diferencias entre países. ¿Qué le impide hoy, a una nación muy superior militarmente a otra, resolver una controversia que tenga con esta con las armas, obviando el camino de la ley? Ayudó Aznar con su colusión, a establecer la ley de la selva como regulador de conflictos. ¿Discrepa, Rodríguez Zapatero, con lo que aquí hemos afirmado?
Los tristes hechos del 11M, que dejaron tanto dolor en España, lo mostraron a Aznar, con su faz más cruel, no solo negando la autoría de los hechos a quienes todos los organismos se los atribuían, sino que peor aún, pretendiendo confundir aún más a la población para no perjudicarse electoralmente, lanzó sus acusaciones contra ETA, sabiendo muy bien que esa organización nada tenía que ver con ello.
Es que es tan sinvergüenza este canalla, que todavía hoy sigue negando lo que es ya una verdad. Puso en su empeño a mentir a medio gobierno. Así se vio a Acebes manipular maliciosamente la información con el único propósito de desconcertar aún más a la población. Ana Palacio no fue menos en su intento de lograr una condena de la ONU contra ETA, que daría a Aznar el fundamento para tratar de perpetuar su engaño.
El Congreso español le ha solicitado a su gobierno, toda la información referente a los vuelos secretos de aviones estadounidenses que pisaron suelo español, trasladando personas secuestradas por la CIA muchas de ellas en la propia Europa. Esto tan denigrante, y en lo cual casi todos los gobiernos europeos han participado, el servir de base para que una nación delincuente vulnere los derechos humanos de cientos de individuos, impide a esos países erigirse mañana como defensores de los DDHH, como en el colmo de la sinvergüenzura, todavía pretenden hacer. ¿Quién puede, en su sano juicio negarle a Aznar su responsabilidad en estos horrendos actos de inhumanidad?
Tiene Aznar incoado ya un juicio penal en su contra que, si la justicia
España actuara ajustada a derecho y sin favoritismos de ninguna índole, nos permitiría ver al bandido muy pronto como reo. Pero, debemos decir que estas denuncias que a nadie habrían salvado de purgar su pena en la cárcel, para Aznar no tendrán ningún efecto. Sabemos, pues conocemos muchos casos, no sólo de España sino de la mayoría de los países europeos, donde la justicia sigue siendo aplicada a los débiles, nunca a los poderosos. Solo eso salvará al delincuente de los barrotes, pero a Rodríguez Zapatero, lo escaso de lo reseñado ¿no le obligarán ya a buscar otra simbología para resaltar lo español
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