Los aberrantes fines del modelo imperial



Hay que andar con mucha cautela y prudencia por que el enemigo está herido y acorralado, y más con el omnímodo poder que en su agónica horcas caudinas todavía detenta. Hay que estar atento contra los diabólicos movimientos que se facturan desde la White House, porque a decir de lo que asomo ayer Fidel Castro, arreció contra Chávez a raíz de los últimos acontecimientos de Chile y de la Cumbre OPEP en Riad un estricto seguimiento de inteligencia, con el fin de llevar a cabo el perverso magnicidio en su contra.

No es una sorpresa para nadie que la demanda petrolífera del mundo, y en especial la de los EEUU, es cada vez más creciente por haber adoctrinado e inculcado a sus generaciones actuales el consumo desmedido del petróleo barato, obtenido por cierto en décadas pasadas, a expensas del férreo control imperial. Y verbigracia haberle hecho saber a sus connacionales que ese creciente y voraz consumo energético nunca acabaría.

Por tanto el imperio, tiene ahora ante sí una papa caliente a la que tiene que asir y buscarle su acomodo, por cuanto el fracaso de Irak-Afganistán, sus golpes hipotecarios de reciente data, sus menguadas finanzas y un dólar en picada hacia los mil infiernos, lo hacen proclive hacia una aparatosa caída como nación rectora de las finanzas mundiales. Es decir, las colocaciones en divisa verde de casi todos los países del mundo en las arcas estadounidenses, el petróleo regalado que obtenía mediante el chantaje y el descarado robo de cuello blanco, llegó a su fin.

La situación económica por la que está pasando ese imperio es harto difícil y embarazosa, por cuanto ante el orgullo de no dar su brazo a torcer de un modelo que fracaso, es más difícil para ellos dar la cara ante la vulnerabilidad que ello representa ante su pueblo y el mundo. Y más aún se le sumamos el nudo gordiano de dejar de consumir de golpe y porrazo el preciado “oro negro”, y no estar precisamente preparados para ese brusco cambio consumista. Preocupación que pone contra el suelo al diabólico gobierno de Mr Bush y Asociados, por encontrarse inebitablemente atrapado en su propio fraude (cual tigre de papel), debiendo enfrentar el negro panorama que tiene ante su pueblo y ante el inapelable reclamo que le hace la historia.

Las políticas que implementa el imperio norteamericano a través del mundo, tienen o siempre han tenido un premeditado fin colonialista para justificar sus diabólicos fines. Ellos desde sus filosóficas políticas neoliberales, se han fijado como norte el interés de poseer y sentirse dueños no tanto de lo que les pertenece sino de lo que no les pertenece.

No tienen moralidad ni principios y la poca que tenían la perdieron con el pasar del tiempo. Y qué decir de sus valores, que a través de sus ideológicas andanzas colonialistas de subyugación y sometimiento le hicieron cometer todo tipo de yerros.

En Venezuela, como en tantos otros países de este y otros continentes –siempre y cuando haya un fin o interés de por medio— el imperio le aplica (mas que todo a los países pobres) las recetas de dominación neoliberales, con el ex profeso efecto de hacer que se sometan a sus pueriles prácticas de sumisión y servilismo.

Sabemos y es de todos conocidos lo que hace a diario esta potencia imperial contra Venezuela, contra sus instituciones democráticas, contra el proceso revolucionario de cambios democráticos y contra las Reformas a la Constitución Bolivariana. Y es también de todos conocido lo que quieren hacer contra Chávez y contra el proceso de cambios que él personifica, porque en el fondo todos sabemos que vienen por Chávez aún a costa del magnicidio que se ha planeado en su contra desde Washington.

El dinero verde está comprando nuevamente la podrida conciencia de los antinacionales y apátridas traidores. Serviles lacayos quienes en su papel de mejor postor le venden su negra alma a la Bestia imperial, y se ofrecen de manera vil y rastrera al servicio del malévolo imperio, entregándole en bandeja de plata sus mejores oficios de sumisión y entreguismo.

Hay un reacomodo de las fuerzas del bien y del mal y una puja de poderes a nivel mundial, que hacen de Venezuela por su inmensa riqueza petrolera, un apetecible manjar que otrora lo fue para EEUU y los grandes capitales.

En cuanto a ese tema –es decir el tema energético– vale señalar que por ser el petróleo de vital importancia para todos los venezolanos, se le debe mirar con mucho celo y cuidado vista la rápida declinación de los energéticos a nivel mundial. En este sentido, el pueblo venezolano debe estar enterado de los oscuros manejos financieros que se elaboran desde los centros de poder del mundo, con los EEUU a la cabeza de esos malévolos planes.



Hay que andar con mucha cautela y prudencia por que el enemigo está herido y acorralado, y más con el omnímodo poder que en su agónica horcas caudinas todavía detenta. Hay que estar atento contra los diabólicos movimientos que se facturan desde la White House, porque a decir de lo que asomo ayer Fidel Castro, arreció contra Chávez a raíz de los últimos acontecimientos de Chile y de la Cumbre OPEP en Riad un estricto seguimiento de inteligencia, con el fin de llevar a cabo el perverso magnicidio en su contra.

No es una sorpresa para nadie que la demanda petrolífera del mundo, y en especial la de los EEUU, es cada vez más creciente por haber adoctrinado e inculcado a sus generaciones actuales el consumo desmedido del petróleo barato, obtenido por cierto en décadas pasadas, a expensas del férreo control imperial. Y verbigracia haberle hecho saber a sus connacionales que ese creciente y voraz consumo energético nunca acabaría.

Por tanto el imperio, tiene ahora ante sí una papa caliente a la que tiene que asir y buscarle su acomodo, por cuanto el fracaso de Irak-Afganistán, sus golpes hipotecarios de reciente data, sus menguadas finanzas y un dólar en picada hacia los mil infiernos, lo hacen proclive hacia una aparatosa caída como nación rectora de las finanzas mundiales. Es decir, las colocaciones en divisa verde de casi todos los países del mundo en las arcas estadounidenses, el petróleo regalado que obtenía mediante el chantaje y el descarado robo de cuello blanco, llegó a su fin.

La situación económica por la que está pasando ese imperio es harto difícil y embarazosa, por cuanto ante el orgullo de no dar su brazo a torcer de un modelo que fracaso, es más difícil para ellos dar la cara ante la vulnerabilidad que ello representa ante su pueblo y el mundo. Y más aún se le sumamos el nudo gordiano de dejar de consumir de golpe y porrazo el preciado “oro negro”, y no estar precisamente preparados para ese brusco cambio consumista. Preocupación que pone contra el suelo al diabólico gobierno de Mr Bush y Asociados, por encontrarse inebitablemente atrapado en su propio fraude (cual tigre de papel), debiendo enfrentar el negro panorama que tiene ante su pueblo y ante el inapelable reclamo que le hace la historia.

Las políticas que implementa el imperio norteamericano a través del mundo, tienen o siempre han tenido un premeditado fin colonialista para justificar sus diabólicos fines. Ellos desde sus filosóficas políticas neoliberales, se han fijado como norte el interés de poseer y sentirse dueños no tanto de lo que les pertenece sino de lo que no les pertenece.

No tienen moralidad ni principios y la poca que tenían la perdieron con el pasar del tiempo. Y qué decir de sus valores, que a través de sus ideológicas andanzas colonialistas de subyugación y sometimiento le hicieron cometer todo tipo de yerros.

En Venezuela, como en tantos otros países de este y otros continentes –siempre y cuando haya un fin o interés de por medio— el imperio le aplica (mas que todo a los países pobres) las recetas de dominación neoliberales, con el ex profeso efecto de hacer que se sometan a sus pueriles prácticas de sumisión y servilismo.

Sabemos y es de todos conocidos lo que hace a diario esta potencia imperial contra Venezuela, contra sus instituciones democráticas, contra el proceso revolucionario de cambios democráticos y contra las Reformas a la Constitución Bolivariana. Y es también de todos conocido lo que quieren hacer contra Chávez y contra el proceso de cambios que él personifica, porque en el fondo todos sabemos que vienen por Chávez aún a costa del magnicidio que se ha planeado en su contra desde Washington.

El dinero verde está comprando nuevamente la podrida conciencia de los antinacionales y apátridas traidores. Serviles lacayos quienes en su papel de mejor postor le venden su negra alma a la Bestia imperial, y se ofrecen de manera vil y rastrera al servicio del malévolo imperio, entregándole en bandeja de plata sus mejores oficios de sumisión y entreguismo.

Hay un reacomodo de las fuerzas del bien y del mal y una puja de poderes a nivel mundial, que hacen de Venezuela por su inmensa riqueza petrolera, un apetecible manjar que otrora lo fue para EEUU y los grandes capitales.

En cuanto a ese tema –es decir el tema energético– vale señalar que por ser el petróleo de vital importancia para todos los venezolanos, se le debe mirar con mucho celo y cuidado vista la rápida declinación de los energéticos a nivel mundial. En este sentido, el pueblo venezolano debe estar enterado de los oscuros manejos financieros que se elaboran desde los centros de poder del mundo, con los EEUU a la cabeza de esos malévolos planes.



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José Agapito Ramírez


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