Dedicado a mi amiga “la escuálida”
A veces nos sorprenden las reacciones de nuestras(os) lectores; hemos recibido epítetos poco agradables que, posteriormente, sus autores han corregido; en otras ocasiones, algún que otro análisis bastante serio desde la óptica ideológica de derechas; otras veces han sido, simplemente, panfletos con vocabulario usado en las hosterías de camino del siglo XVII francés; en fin, de todo un poco pero lo que mas nos ha sorprendido, últimamente, es el comentario de nuestra amiga “la escuálida” o sea, la ciudadana de oposición a cualquier cosa que suene, huela, miente, figure, incida con “chavismo”. Nuestra “caríssima” enemiga nos ha acusado de que usamos el lenguaje “chavista”; es decir, nos ha acusado de que nuestros escritos son “chavistas”, por esencia, además, nos manda a comer “coca”(sic). La verdad que, además de sorprendernos, nos molestó porque siempre hemos tratado de analizar el contenido de lo que, públicamente, dicen los “think tank”, la prensa, y las declaraciones oficiales de la “derecha actual”; es decir, los llamados “neocons” tanto de una orilla como de la otra del Atlántico.
Posteriormente, reflexionando sobre su comentario, mas nos sorprendimos del calificativo “chavista” usado para descalificar los contenidos analizados. Llegamos a una conclusión tan simple que mas nos sorprendió por la claridad ideológica de nuestra “amiga ubicada en la acera de enfrente” (políticamente hablando). La verdad es que el uso de los contenidos fraseológicos usados por los seguidores de esta Revolución Bolivariana, son “chavistas”; es decir, contiene una ideología que podríamos conceptualizar como “chavista”. ¿qué tratamos de trasmitir con nuestro osado comentario? Pues que la fraseología usada por el Comandante Hugo Rafael (nom de guerre, para que se entere nuestro “camarada” don Álvaro) que se la ha denominado “chavismo”, contiene, en si mismo, una calificación ideológica que, por ahora, no nos hemos atrevido a analizar sin tapujos.
Es verdaderamente impresionante la comunicación y la comunión entre el “líder y la masa” (a decir de aquel centroeuropeo).Cualquiera que haya asistido a un mitin de Hugo Rafael y/o lo haya seguido por televisión, aquí, allá y acullá, no se explica esa empatía entre el orador y los oyentes; quizás esa sea la “rabia malintencionada” de la oposición continental y extra-continental hacia la persona (Hugo Rafael) y al contenido de sus oraciones cargadas de ideología que nos permitimos denominar como “ideología popular”. Así lo hacemos porque es la única conclusión a la que hemos llegado para entender, explicar y comprender esa empatía entre “el líder y el Soberano”.
El discurso de Hugo Rafael alcanza simpatías entre los Soberanos del continente y extra-continente por que, debe ser, además de todo eso que explica Elías Canetti en ”Masa y poder”,
su contenido que, además de comprendido, es el “lenguaje llano” con contenido ideológico (de ideas concretas y posible de alcanzar en su praxis). Para decirlo en forma más sencilla: lo que propone Hugo Rafael son contenidos de esperanza a la cotidianidad de los necesitados en cualquier manifestación de necesidad que el conglomerado espera alcanzar sea el lugar geográfico en el cual esté presente el líder de la Revolución Bolivariana. Pero no es, solamente, el contenido de las oraciones, per se, sino, también, el contenido del significado ideológico de su propuesta. Básicamente, se habla del “Ideario de Bolívar” (que pensó, escribió lo que pensó y propuso con ideas políticas concretas para una realidad nueva en nacimiento en un continente Occidental: con ideario judeo-cristiano conjuntamente con el contenido ideológico de los subconscientes colectivos afro-descendientes y los aborígenes continentales) y de las propuestas de sociedad que provienen del “blanquismo” en evolución filosófica y en su praxis hasta nuestros días.
Claro, cuando nos remitimos a páginas web como, por ejemplo, “Analítica” (www.analitica.com) y leemos el contenido de cualquier autor publicado, no encontramos, muy seguido, artículos con contenido ideológico de derechas sino críticas de “casa de vecindad” que no permite a los seguidores de los ciudadanos de oposición al Proceso de esta Revolución Bolivariana obtener un ideario serio para proponer políticas que convenzan al Soberano nacional. De nuevo, saliendo de nuestras fronteras hacia países muy cercanos y observamos los comportamientos de sus gobiernos y los alcances de sus decisiones de Política de Estado que son aplaudidas por, solamente, un sector de sus sociedades, observamos similitud a aquellas políticas de enfrentamiento con saña contra procesos de independencia, auto-gobierno, respetos a las características nacionales de sus nacionales que se observan en la otra orilla del Atlántico. Solo se permiten, se promueven, se apoyan y se ¿legalizan? si estas nacionalidades están en concordancia con una política global de “aislar a los enemigos de las maravillosas propuestas de los neo-cons” como sucedió, recientemente, con Kosovo.
Cuando nos regresamos a nuestro continente libertado por la conjunción: “Bolívar-San Martín”, y analizamos los impactos que el “ideario de Fidel” y las políticas implementadas en aquella sociedad; cuando analizamos el “impacto Chávez” tanto a lo interno de Venezuela como en las sociedades y las dirigencias políticas continentales: sudamericanos, centroamericanos y caribeños e incluso en los Estados Unidos de América y las consecuencias negativas que ellas (las políticas en praxis actualmente en curso en el continente) tienen para el “patio trasero” de Washington, entendemos las “acciones desestabilizadoras“ del “país del Norte”. En este orden de ideas, debemos reconocer que Washington propone una “ideología” (“Big Stick”, siglo XXI) que es dictada y ésta aceptada y puesta en su praxis por los grupos de presión de derechas del continente. Aquí debemos hacernos una sencilla pregunta: ¿Rómulo Betancourt propuso una ideología latinoamericana o, simplemente, aderezó sus ideas de “desarrollo socio-económico nacional” con los intereses del capitalismo impuesto desde Nueva York?
Nuestro “camarada” George ha propuesto dos ideas que viene implementando en varias partes del globo terráqueo como son, por ejemplo, Afganistán y las Revoluciones Pluricolores; éstas son: “asuntos internos” y “persecución en caliente”.
Lo de “asuntos internos” se traduce en los slogans que a cada momento nos repite el “ideólogo” del Occidente del país, comúnmente, denominado: “filósofo” (debemos dejar claro nuestro respeto por Primero Justicia y su líder, Julio Borges). Pero para George, ello significa algo más que slogans. El va mas allá, trata de convencer que “Dios y la Democracia (de Bush)” son algo así como “uno y dúo”.
George habla de que cuando la sociedad de un país se siente amenazada de “picadas de mosquito” hay que ir a su rescate. Sobre todo, cuando tiene petróleo como pasa en Ecuador y Venezuela. ¿Por qué no se mete con Brasil ahora que consiguió petróleo y, posible, que se adhiera a las políticas de la OPEP?
Por supuesto, después del elevado costo del mantenimiento de las “Guerras Iraq-Afganistán” y la continuada negativa de los europeos de involucrarse mas allá de sus actuales actuaciones en aquellos países, no se atreve a realizar, directamente, una intervención militar para “castigar” a Venezuela por venderle “uranio” a las FARC para que lo procesen en las “usinas” del Putumayo….George alcanzó unos acuerdos, que suponemos están firmados como “Tratados” y/o “Acuerdos”, con los cuales ha logrado, George, alcanzar un matrimonio de “primus inter pares”. Cualquiera que medio conozca la “Tabla Redonda” recuerda como Arturo mandaba a sus “caballeros” a que fueran a liberar a las “doncellas” que habían sido secuestradas por los “dragones de fuego”. Es decir, “persecución en caliente”…!!!!!!
delpozo14@gmail.com