CINCO PROPUESTAS EXPUESTAS POR LA AMERICAN ENTERPRISE INSTITUTE FOR PUBLIC POLICY RESEARCH
(Una aproximación a la seguridad latinoamericana, centroamericana y El Caribe)
La bruma se está levantando y las realidades políticas comienzan a verse con mayor claridad. La derecha está en pleno apogeo como hemos conocido con las acciones de guerra llevadas a cabo por el Gobierno colombiano en territorio del Ecuador y la reunión “libertaria” de los señores dueños de medios de comunicación pro green-go´s que se realizó en la ciudad de Caracas esta última semana del mes de marzo. A este condumio se le agregan las diferentes declaraciones del propio señor Presidente de los Estados Unidos de América, don George W. Bush, y del ex-Presidente de los Estados Unidos de Méjico en la Universidad de Stanford el día 05 del presente mes de marzo. Ambos caballeros de la Santa Inquisición (por ahora, José María Aznar, ha callado) han expuesto ¿argumentos muy sólidos? (sacados de una laptop biónica a prueba de bombas inteligentes, made in USA) sobre el Comandante Chávez Frías. No vamos a repetir las calificaciones sin demostración que han venido circulando desde el asalto y, definitivamente, el asesinato del Comandante Reyes de las FARC. Decimos asesinato porque quien teme entregar a su viuda legal el cuerpo del occiso para su sepultura en acto familiar, es porque tiene que temer que una posible autopsia del cuerpo de Reyes pueda “hablar” como dicen los forenses criminólogos.
Consideramos como un comportamiento naïve, el pensar que las acciones recientes de carácter bélicas de las fuerzas militares y policiales de Colombia son un “ejercicio aislado” de capricho de un señor belicista. Así mismo, el considerar, según los informes militares sobre el armamento usado, que los militares de los Estados Unidos de América, bien en Colombia bien en Ecuador, no estén informados e incluso, probablemente, involucrados en dichas acciones militares. Involucrados tanto en pasivo como en activo. Si las bombas fueron “inteligentes” (absurdo considerar un objeto inanimado como inteligente; desde luego, a quien se le ocurrió denominar así a dicho objeto mortífero, no cree en Dios, por razones teológicas), cabrían dos preguntas: ¿conoce el ejército colombiano el manejo de esos aparatos bélicos y toda la tecnología y logística que ello requiere? ¿Dejaría el ejército del Comando Sur, en presencia en Colombia y Ecuador, que su tecnología militar de punta sea manejada por “ignorantes” (tal como ellos nos consideran)? Los colombianos ponen al ser humano y los Estados Unidos de América dan las órdenes.
Frente a estas “acciones y movimientos” adicionando las decisiones alcanzadas tanto en Quisqueya (República Dominicana) como en la Organización de Estados Americanos (Washington) donde con la no presencia de algún representante del Gobierno de los Estados Unidos de América en la reunión del Grupo de Río (aunque si hubo presencia de Francia) y el rechazo a cualquier propuesta contraria a los alcances aprobados y aceptados por los Presidentes y Jefes de Gobierno en el Grupo de Río en la reunión de Cancilleres en Washington; el tour de la Dra. Condoleezza Rice a Brasil y Chile y la propuesta de Brasil de un TIAR latinoamericano a futuro; la propuesta del Comandante Daniel Ortega de una Organización de Estados Latinoamericanos; la necesaria reunión propuesta por el Comandante Chávez Frías al Presidente pro-tempore del Grupo de Río en los temas energía y alimentos; deben haber logrado que el Poder (Müller Rojas, dixit), definitivamente, tome con seriedad los procesos políticos, sociales y económicos que se vienen desarrollando en aquellos países que ellos han denominado “patio trasero” y cuyo concepto pareciera está en profunda crisis. (¿Qué pensarán de ello Cardozo, Romero, Gerbasi, Oscar Hernández y Ochoa?)
Sí analizamos con criterio “científico” (aplicando la dialéctica) la situación real y objetiva actual de los Estados Unidos como nación y, en lo particular, como Gobierno, es decir, la profunda crisis estructural económica (del propio sistema capitalista como bien decía el Presidente del Banco Nacional de Cuba en el programa Dando y Dando); el deterioro evidente de la figura y del significado del Presidente del Gobierno en la Casa Blanca; el resultado muy negativo en lo militar en Iraq y no nos referimos a los ya 4 mil soldados muertos, jóvenes con futuro, sino a la verdadera crisis institucional del ejército norteamericano con el rechazo de una intelectualidad militar estadounidense que cuestiona la realidad militar en desarrollo en Iraq y Afganistán; la reciente renuncia de un alto jefe militar de los Estados Unidos de América en comisión en Iraq y la animadversión de la juventud a enrolarse para morir lejos del hogar; el fracaso del combate a la producción de “amapolas” (base para la producción de opio y heroína) en Afganistán y de cocaína en América Latina como se viene publicando en sendos informes elaborados en los propios Estados Unidos de América, repetimos, frente a estas realidades, no entendemos la propuesta de la “Iniciativa Mérida” del Presidente George W. Bush a los Presidentes de Guatemala, Oscar Berger y Felipe Calderón de los Estados Unidos de Méjico, en marzo del 2007 en la ciudad de Mérida de Méjico.
¿Cuáles objetivos y qué significaría, de aprobarse por el Congreso de los Estados Unidos de América, la “Iniciativa Mérida” para toda, repetimos, toda la Región Americana, especialmente, desde Méjico hasta Argentina? En el informe de la “American Enterprise Institute for Public Policy”, del mes de marzo, 2008, N° 1, titulado: “Cinco perspectivas acerca de la Iniciativa Mérida: Qué es y por qué debe alcanzar el éxito” según presentaciones de: Henry Cuellar; Robert “Bobby” Charles; Roberta Jacobson; Armand Peschard-Sverdrup. Y Ted Brennan con la asesoría de Roger F. Noriega; Megan L. Davy y Christy Hall Robinson en idioma castellano y en ocho (8) páginas, se señalan como los objetivos fundamentales de la Iniciativa Mérida, lo siguientes: “Combatir las amenazas del tráfico de drogas; el delito transnacional; el terrorismo en el Hemisferio Occidental”.
El Informe a título de Introducción, nos señala que “…el abuso de drogas y el delito relacionado con ellas se cobra casi 95 mil vidas de ciudadanos estadounidenses y drenan 180.000 millones de dólares de nuestra economía (se refiere a la economía de los Estados Unidos de América)…[por año]” Para solucionar tamaño problema, el Presidente Bush propuso la Iniciativa Mérida (IniMe, de ahora en adelante). La propuesta radica en un paquete de ayuda a Méjico de US$ 1.400 millones distribuidos en varios años a un promedio, aproximado de US$ 500 millones anuales; es decir, el 0.78% del monto total del aporte del tráfico de estupefacientes en la economía norteamericana al año.
¿Por qué es muy importante para el Poder de los Estados Unidos de América (EEUU; de ahora en adelante) la propuesta de la IniMe? Según Charles “…el problema de la droga afecta a todos los distritos electorales del país (se refiere a los EEUU)…[el] 80% de los delincuentes que están hoy en prisiones de Estados Unidos pueden catalogarse dentro de una de estas tres categorías: la de los narcotraficantes, la de quienes cometieron delito estando bajo efectos de drogas o la de quienes cometieron un delito para comprar drogas…” (Idem, p. 4)
Frente a esta realidad, Jacobson informa que “…el año pasado (en Méjico) mas de 2.600 muertes fueron atribuidas a la violencia relacionada con los narcóticos…y mas de 250 de los muertos fueron funcionarios, militares y policías…” (Ibidem, p. 4) Por ello, entre otras variables, comenta que la IniMe “…incluirá financiamiento para acciones de seguridad tanto en Méjico como en América Central…” (Idem, p.4) Es por ello que “…el paquete consta de tres componentes principales: lucha contra el narcotráfico, la lucha contra el terrorismo y la seguridad fronteriza; la seguridad pública y la aplicación de la ley; y el fortalecimiento institucional y el estado de derecho…” (Ibidem, p. 4)
Peschard-Sverdrup considera la necesidad que el Congreso de EEUU apruebe la propuesta del Presidente Bush de ayuda por el monto arriba en mención por que la IniMe “…está diseñada para fortalecer un amplio espectro de las instituciones mejicanas orientadas hacia la seguridad –como la Secretaría de Seguridad Pública, la Procuraduría General, Aduanas de Méjico y el Instituto Nacional de Migración- y para profesionalizar el personal de aplicación de la ley…” (idem, p. 5). La necesidad de fortalecer los órganos de seguridad mejicanos busca “…garantizar que las amenazas potenciales se detengan en Méjico mucho antes de que lleguen a las fronteras o comunidades de los EEUU [de América]…” (Ibidem, p.5) es por ello que la IniMe “…ayudará a garantizar la seguridad colectiva de ambas naciones contra amenazas futuras…” (Ibidem, p.5)
En este mismo orden, Ted Brennan, director de Asuntos Gubernamentales y Mundiales de la sede Washington, D.C. de Tew Cárdenas LLP., considera que la propuesta de IniMe “…llega en un momento crítico para Estados Unidos y Méjico. Los carteles de la droga tienen el virtual control de los pueblos ubicados cerca de la frontera…dado que Colombia (se refiere al Plan Colombia) y los países de la Región Andina fueron el principal foco de la atención en la última década, gran parte de la zona de tránsito –Méjico y América Central- se descuidó y se convirtió en un punto débil para Estados Unidos en relación con el narcotráfico… aunque el Plan Colombia tuvo éxito, aún quedan cosas por hacer. Muchas de ellas podría lograrse agregando un plan exhaustivo para combatir la droga que llega de Colombia a Méjico y América Central. La Iniciativa Mérida es el complemento ideal para el Plan Colombia.” (Idem, p. 7) Brennan considera que la situación social que vive Méjico es la que se desarrollaba en Colombia “…hace cinco años…” (Ibidem, p.7) La violencia callejera, la corrupción y el malestar civil en Méjico “…está haciendo tambalear a esa próspera y democrática nación…” (Idem, p. 7)
Consideramos que la Iniciativa Mérida es parte de una práxis en la que a su vez forma parte el Plan Colombia donde ambos están incluidos dentro de un Plan General de Seguridad del Hemisferio Occidental diseñado en los Estados Unidos de América para bloquear cualquier intento de poner en riesgo al propio sistema capitalista bajo la égida del Poder de los Estados Unidos de América; de ahí vienen las frases de la Dra. Rice cuando manifiesta que el Gobierno de los Estados Unidos busca “tener y mantener relaciones “normales” incluso con gobiernos de izquierda” en tanto y cuanto no pongan en peligro el “stablishment” (status quo). Pero vayamos al fondo de la propuesta y tratemos de analizar las realidades implícitas en la propuesta de la Iniciativa Mérida como complemento del Plan Colombia.
Decíamos mas arriba que la IniMe estaba diseñada para “combatir el tráfico de drogas, el delito transnacional y el terrorismo” en el Hemisferio Occidental, según palabras de Henry Cuellar. Con ello, se busca combatir el “tráfico de drogas” para que no llegue a los mercados de los EEUU de América como bien manifiesta Peschard-Sverdrup cuando dice que es necesario garantizar que las amenazas “…se detengan en Méjico…”. Si el 90% de la droga que llega al mercado norteamericano, llega, por tránsito, desde Centroamérica y Méjico, y la IniMe busca controlar y frenar ese flujo inmenso de droga hacia los mercados de los EEUU, la propuesta tendría, en cuanto al tránsito, dos efectos: que la droga se quede en Méjico y Centroamérica con los terribles efectos que ello implica para sus sociedades; y que se busquen desvíos que permitan su traslado por otras regiones geográficas hacia ese mercado de US$ 180.000 millones anuales.
La segunda amenaza se refiere al “delito transnacional”. Es decir, en el tráfico de drogas están involucrados ciudadanos de diferentes países que son, evidentemente, ciudadanos de diferentes países de la Región; es decir, que si la droga proviene de Colombia y de la Región Andina, necesariamente, están involucrados ciudadanos de dichos países sin descartar la incorporación de ciudadanos de otros países latinoamericanos y del Caribe y otras regiones del mundo al ser un negocio “globalizado”. Es decir, que es necesario un sistema judicial globalizado que permita la persecución, captura y traslado a las Cortes Federales de los Estados Unidos de América de todos aquellos que delinquen en este sector de la economía globalizada.
El tercer elemento de desestabilización de la “seguridad interna” de los Estados Unidos de América, es, of course, el “terrorismo”. Si consideramos, como bien lo asevera Ted Brennan, que “… La Iniciativa Mérida es el complemento ideal para el Plan Colombia…” tendríamos que el tráfico de drogas está profundamente sintonía con la parafraseada palabra: “narcoterroristas”, mutatis mutandi, las FARC y sus acusados acólitos (sic). Al introducir este elemento de complementariedad de la Iniciativa Mérida al Plan Colombia, ello tiene una lectura, por demás, muy “sensible”, por no decir, “peligrosa”. Es decir, que una va con el otro. Un análisis nada superficial del Plan Colombia, su desarrollo e implicaciones tanto a lo interno como a las acciones externas del mismo, si trasladamos esas experiencias a Méjico y su agregado, es decir, los países de Centroamérica, fácilmente, nos llevaría a un posible desarrollo bélico para-militar-policial en persecución de narco-terroristas y sus adherentes (¿cuáles serían?) que llevarían a las acciones de persecución, represión, “traspaso (sic) de fronteras”, etc., en función de “…garantizar que las amenazas potenciales se detengan en Méjico mucho antes de que lleguen a las fronteras o comunidades de los EEUU…”. En otras palabras, lo que está en “juego” detrás de la frase “amenazas potenciales”, sería la de proteger y mantener la seguridad interna de los EEUU de América y, por tanto, la permanencia y perpetuidad del sistema en crisis capitalista.
Un adendum a lo arriba expuesto sería el análisis de los ¿costos? de la Iniciativa versus los montos arriba informados del impacto del negocio del narcotráfico y consumo de estupefacientes en la sociedad norteamericana y sus efectos socio-políticos a lo largo y ancho de aquella nación; o sea, desde Nueva York hasta Los Ángeles. Estamos hablando de una significativa cifra de US$ 180.000 millones de dólares americanos devaluados. El Gobierno de George W. Bush propuso un paquete para la Iniciativa Mérida del 0,78% del monto total que circula en las finanzas internas de los Estados Unidos de América producto del negocio de las drogas; es decir, “un pelo de…” Como dice José Vicente Rangel: ¡Cínico!
Regresando a los montos exorbitantes de dinero “sucio” proveniente del negocio de la droga en la economía interna de los Estados Unidos de América, cabría la pregunta: ¿Cómo diablos puede circular tan inmensa cantidad de dólares americanos en la economía de ese país, en sabiendo y declarando públicamente que ese es el monto con el cual participa el negocio de la droga y sus colaterales en dicha economía? ¿Desconocen las autoridades, a lo largo y ancho de aquel país, quienes son las personas, instituciones involucradas (nadie tiene tal cantidad de dinero debajo del colchón) y la corrupción (que debe haber para poder “mover” tal cantidad de kilos de billetes en la economía de consumo globalizado en Walt Disney´s land)?
Pero regresemos a las
consecuencias del desarrollo de la Iniciativa Mérida en la Región
geográfica que se desplaza desde el norte de Méjico hasta el norte
de Chile. Si se acepta esa correlación entre la Iniciativa Mérida
y el Plan Colombia y el desarrollo bélico de este último y el impacto
que ha tenido, tiene y seguirá teniendo por las decisiones permanentes
del Gobierno del Palacio de Mariño, no resulta de extrañar las “reclamaciones”
del Gobierno peruano de Alan García a la nación chilena sobre “delimitación
de aguas marinas…”; como tampoco resultan extrañas las acciones
de la armada colombiana en aguas territoriales de Nicaragua. La seguridad
interna de los Estados Unidos de América obliga que se involucren en
ese diseño de Seguridad del Hemisferio Occidental todos los países
del continente americano. Es por ello, necesario y urgente, que Brasil
asuma su rol de líder continental e impulse un sistema de seguridad
para la Región dejando en el umbral a los Estados Unidos de América.
Como también es imperativo que la propuesta del Comandante Daniel Ortega
de una Organización es Estados Latinoamericanos con exclusión de los
Estados Unidos de América, sea tratada, con la seriedad y el rigor
correspondiente, en la próxima y, ojala, cercana reunión del Grupo
de Río para tratar, además de los temas de energía y alimentos, el
de la seguridad continental en función del desarrollo económico sostenido
en un ambiente de paz y relaciones armoniosas.