"Los Estados Unidos de América parecen predestinados
por la providencia para plagar de miseria
nuestros pueblos".
(Simón Bolívar.)
Una vez más, se presenta el mismo escenario del año 2002, con el cual ciertos sectores políticos de ultraderecha piensan asaltar el poder, ante la imposibilidad de poder ganar unas elecciones de manera justa y legal.
Están cocinando una serie de acciones violentas, en las cuales están involucrados oficiales activos y en retiro de los diferentes componentes de la Fuerza Armada, especialmente aquellas generaciones de oficiales vinculados de una u otra forma con la Cuarta República. Muchos de esos oficiales, están vinculados a sectores políticos de la derecha venezolana de Acción Democrática y COPEI. Ellos mantienen vínculos familiares con esa vieja dirigencia política de derecha que saquearon al país a su antojo.
Hoy nuevamente, recurren a la violencia y al terrorismo, financiados por los Estados Unidos y las trasnacionales petroleras, entre las cuales se encuentran las empresas de la familia Bush y de sus aliados políticos.
Se programaron de manera conjunta acciones desestabilizadoras en los países de América latina, en un intento de hacer que los pueblos del mundo se olviden de Allende y del asesinato de miles de personas en las Torres gemelas del World Trade Center de Nueva York, por parte de los grupos de seguridad e inteligencia de los Estados Unidos.
La decisión de la expulsión del Embajador o procónsul imperial norteamericano, reveló de manera clara, los intentos de iniciar un plan terrorista de desestabilización de nuestro continente latinoamericano. Los embajadores norteamericanos en toda América latina están conspirando contra nuestra región en el intento de provocar el caos político, en un supuesto de invasión por parte de la Cuarta Flota norteamericana en el Caribe, que cumple una función estrictamente propagandística.
Para que pueda fracasar la Revolución en América latina, es imprescindible la muerte o magnicidio del Presidente Chávez de Venezuela. Para esto están tratando de reactivar las nefastas dictaduras en nuestro continente, que les daría el control de la inmensa cantidad de recursos que posee el territorio latinoamericano.
Los medios privados de Comunicación, la oligarquía venezolana y los sectores fascistas de los sectores militares golpistas, están armando el plan terrorista de apoderarse de las inmensas fuentes de hidrocarburos que posee nuestro país, para entregárselas a las trasnacionales y al imperio.
Están desesperados, porque saben que lo que les viene en noviembre 2008, es de derrota a todas las formulas políticas que han presentado para las próximas elecciones en nuestro país. Se olvidan que nuestros pueblos no son los mismos del tiempo en el cual los partidos políticos tradicionales en Latinoamérica, por mandato del Departamento de Estado norteamericano. Se repartían el poder alternativamente y entregaban las riquezas naturales de nuestros países a las compañías trasnacionales que representan en verdad la verdadera cara del Imperio.
Ciertos sectores policiales en algunas regiones, también están vinculados a estos intentos golpistas, facilitando el traslado de paramilitares y otros grupos terroristas, entre los que se encuentran muchos contratistas norteamericanos vinculados abiertamente con la oposición golpista y con el gobierno norteamericano.
La muerte de Chávez, representaría la muerte de todo un proceso revolucionario que se vive en toda la América Latina y en otras latitudes. Representaría la muerte de una esperanza de liberación e integración de nuestros pueblos. Eso lo sabe el imperio norteamericano, es por eso que desde las bases militares norteamericanas en los países vecinos esta armando la posibilidad de derribar el avión presidencial, con aviones norteamericanos o de otro país aliados, pintados con insignias venezolanas. En esta acción también pueden estar involucrados gobiernos de países vecinos a Venezuela.
Este es un ataque terrorista simultáneo, que en los próximos días también se harán acciones desestabilizadoras en otros países como Nicaragua, Paraguay, Honduras, Ecuador, Argentina, Uruguay y Brasil.
Los métodos israelitas de infiltración y exterminio o limpieza racial, también son evidentes. Demostrando así, que los aliados contra la Revolución latinoamericana son diversos y de diferentes partes e ideologías de derecha. El estado Israelí tiene gente infiltrada en muchas instituciones en nuestro continente, están camuflados como latinoamericanos y están entrando de manera firme en las diferentes fuerzas armadas.
Lógicamente, que ahora se hace necesario que el estado venezolano, tome el control directo de los puertos, aeropuertos y carreteras, para evitar el tráfico de armas y de personas que puedan reforzar el terrorismo de los sectores golpistas venezolanos.
Por algo se hizo, por orden del Departamento de estado norteamericano, la desmovilización de los grupos paramilitares de Colombia, para poder disponer de personal terrorista entrenado, que pueda camuflarse como venezolanos y atentar contra las instituciones democráticas de nuestro país.
Por algo, el desespero de los sectores golpistas, coincide con la destrucción de las pistas clandestinas, por parte de las Fuerzas Armadas Bolivarianas de Venezuela. Estas eran pistas con las cuales los Estados Unidos y sus aliados movilizan el narcotráfico en todo el mundo, y las armas y terroristas, que vienen a asesinar supuestamente a nuestro presidente y al pueblo venezolano. Esas pistas eran imprescindibles para el plan terrorista que pensaban implementar en nuestro país los sectores golpistas de derecha alentados por el moribundo gobierno norteamericano por allí entrarían los refuerzos y contratistas o en todo caso esas serían las pistas de escape, de fallar como falló el plan terrorista de asesinar al presidente Chávez.
¡El Pueblo Nunca Olvida!