El General Alberto Mûller Rojas lo ha dicho hasta el hastío: “Es el Poder (con mayúscula) el que dirige la política en los Estados Unidos de América”. Se lo hemos escuchado en las clases que dicta en el Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual”, lo hemos leído en sus artículos de opinión, escuchado en entrevistas; a pesar de ello, pareciera que muy pocos “ideólogos” le han prestado la suficiente atención a la importancia y al fondo de tal aseveración. El mencionado Poder nace con la “Comisión Trilateral”, en Tokyo, en 1973.
La “crisis financiera del verano 2008” ha llevado al “Viernes rojo” (03 octubre, 2008) con la aprobación definitiva del “rescate de los ricos y el empobrecimiento de los pobres” de la sociedad norteamericana y su impacto a nivel mundial. El “Viernes rojo” ha demostrado la inviabilidad de las tesis del “neoliberalismo” y ha demostrado que, en las variables del capitalismo, la intervención del Estado es una condición sine qua non para el rescate y supervivencia del capitalismo como sistema socio-económico y político (léase el artículo de Simón Alberto Conserve titulado: “El imperio entra en penitencia”. El Nacional, 05, octubre, 2008, Mundo-16). Como lo dijo el propio “camarada” Bush: “Yo creo en la no intervención del Estado en la dinámica de la economía pero hay momentos de crisis cuando el Estado se ve en la imperiosa necesidad de intervenir para salvar la economía nacional”; es decir, “to be or not to be, that`s the capitalism”.
En ese contexto se extraen varias lecturas. La primera es que el neoliberalismo es una necesidad de la fase superior del capitalismo para empobrecer a las naciones y a sus sociedades utilizando la especulación, el consumo, la corrupción, la alienación, y las guerras de ocupación y control. Es, dentro de la fase superior del capitalismo, un estadio de importancia vital que le muestra al propio imperialismo sus internas y profundas debilidades y contradicciones. Como segunda lectura, nos enseña que, a pesar de los “dimes y diretes” a favor de la praxis del neoliberalismo, el propio capitalismo, en última instancia, asume la necesidad de recurrir al Estado para reestructurarse; es decir, recurre a los “costos sociales”, los impuestos, y el dinero inorgánico para sostenerse como sistema capitalista. La tercera lectura son las “alegrías tísicas” tanto de “tirios como de troyanos” creyendo los unos que la intervención “temporal” del Estado es la panacea para sus propios fracasos producto de las especulaciones; mientras que los otros consideran que la crisis financiera actual es el principio del fin del sistema capitalista en las propias razones de ser del imperialismo; es decir, “the end of the end”. ¡Peligrosa ilusión!
Hugo Rafael Chávez Frías viene avisando sobre las crisis en las economías mundiales que producirían dos variables económicas: los precios del petróleo y la crisis del dólar. La “merengada” conformada por esas dos variables mas la crisis alimentaria producto de políticas ecológicas no asumidas y negadas, han conformado un polígono de crisis mundial que, evidentemente, está afectando el funcionamiento del sistema capitalista. Es obvio que la “soberbia” que arropa los diseños de crecimiento económico capitalista es intrínseca del sistema capitalista. ¿Le importa al Poder que para el mes de septiembre, en la propia cuna del sistema imperial capitalista (EEUU de América), en su estadio neoliberal, se hayan perdido más de 159.000 puestos de trabajo y que desde el mes de marzo hasta la fecha del presente año en curso, la cifra de puestos de trabajo perdidos alcanza los casi 800.000 desempleados? Por algo, en algún e-mail a la cadena CNN, un ciudadano norteamericano proponía, con una lógica brutal, que se utilizaran los US$700.000 millardos para cancelar las cuotas pendientes de los créditos otorgados para las viviendas adquiridas. ¿Le importa al Poder que ciudadanos norteamericanos hayan tenido que abandonar sus casas y vivir en sus automóviles como lo comentaba Chávez Frías en Margarita? ¿Sabía usted que las poblaciones afroamericanas y los mal llamados “hispanos” son los dos sectores de la sociedad norteamericana que más se han visto afectados, por ahora, con la crisis financiera del verano? ¿Le informaron que los gobernadores de los diferentes estados de la Unión no van a tener dinero para pagar los sueldos y salarios de los policías, bomberos, empleados públicos?
En los Estados Unidos de América hay una crisis profunda mientras que la Revolución Bolivariana está llevando a cabo una “Revolución de cambios estructurales profundos” que abarca allende nuestras fronteras con las solidaridades de PetroCaribe, el proyecto del Banco del Sur, UNA, el Banco del ALBA, las Misiones, pero, fundamentalmente, la solidaridad a las sociedades en crisis como las realizadas con Argentina, Bolivia, Nicaragua, Paraguay, naciones de El Caribe y Centroamérica y sectores sociales de Norteamérica. Ahora es cuando se demuestra que la solidaridad de la Revolución Bolivariana hacia nuestros hermanos americanos tiene un sentido social, ético y moral, económico y ejemplar. Pero regresemos al impacto de la actual crisis ¿estructural? de la economía norteamericana que ha bañado a las economías de Europa, Asia y África. De América Latina debemos aceptar que los países: Méjico, Colombia y Perú, directamente, están siendo afectados por la crisis gracias al “bolero pegao” que bailan sus entes decisorios con la Casa Blanca. En ese contexto, posiblemente, Chile sienta los efectos pero en otra dimensión.
El “Viernes rojo” ha permitido a la ciudadanía norteamericana tomar conciencia de sus propias realidades socio-económicas. Todos los analistas y comentaristas en aquellas latitudes comentan sobre la cantidad de correos electrónicos y llamadas de votantes a sus representantes en el Congreso de los Estados Unidos de América solicitándoles que no votaran a favor del “rescate financiero”. Por otro lado, encuestas señalan como entre los indecisos a votar para las próximas elecciones de noviembre, el número de aquellos que han decidido “no votar” por ninguno de los dos candidatos está “in crecendo”. “Misterios de la Ciencia” diría aquel simpático crítico del capitalismo.
¿Qué podría significar que la sociedad norteamericana tome conciencia de sus propias realidades y asuman “la crisis” como una realidad ajena a sus propias decisiones como sociedad en un país cuyo “status quo” se jacta de “gritar a los cuatro vientos” que el pueblo norteamericano es libre de tomar sus propias decisiones, que ejerce sus derechos humanos a través de su participación democrática en las decisiones públicas y que decide el rumbo de su economía gracias a la “libertad de mercado”?
¿Está en crisis el capitalismo o el neoliberalismo globalizado? ¿Es equivocado que dentro de los mecanismos de funcionamiento del capitalismo intervenga el Estado en función del “bien social”? ¿Qué enseñanzas se alcanzaron en Suecia, por aquellos años de los 1970`s, cuando el sistema capitalista funcionaba como Capitalismo de Estado y cómo estas enseñanzas podrían ser validas para el funcionamiento de la economía norteamericana y, por ende, para la economía global actualmente? Las tesis Reagan-Thatcher han entrado en una profunda crisis con visos de “desequilibrio” para el propio sistema capitalista. ¿Qué hacer? Se deben estar preguntando Barack Obama y John MacCain, el caballero quien considera a Rodríguez Zapatero, presidente de una nación miembro de la NATO, un cuasi-comunista.
En ese marco de ideas, nos atrevemos a comentar que, en los actuales momentos a nivel global, hay tres pensamientos socio-económicos en discusión: las derechas representadas por Bush, Brown, Sarkozy, don Álvaro Uribe Vélez, Alan García, y el “charro”. Los que proponen una dirección hacia un “capitalismo de Estado con variables actualizadas”; y la izquierda mundial con una fuerte presencia en América Latina; algunos países del Asía, Rusia y países aledaños y en África. En última instancia, de lo que se trata es del “desarrollo de las fuerzas productivas” y las decisiones de Estado que cada Gobierno de cada país decida para sus sociedades. Al mismo tiempo, las relaciones que esos desarrollos tecno-económicos produzcan a lo interno de las sociedades respectivas; quizás sea por ello que cuando se menciona a China y su apertura económica tanto a lo interno del país como hacia el exterior, se la califica, en el Occidente capitalista, como de ser un país en proceso de cambios hacia el capitalismo. Es decir, para que no se presten a confusión nuestros comentarios, en China, a partir de 1978, se vienen imponiendo políticas económicas que “tocan” directamente el desarrollo de las fuerzas productivas en el marco de las políticas socialistas aprobadas por el Partido Comunista Chino e implementadas por el Gobierno Central; una consecuencia de ello es, por ejemplo, el alto monto de las reservas internacionales, una la balanza comercial sustantivamente negativa para los Estados Unidos de América y a favor de China y las recientes declaraciones oficiales del Primer Ministro, Wen Jiabao, en entrevista en CNN, comentando a favor de una salida apropiada a la crisis norteamericana.
¿Cuáles serán las políticas que decidan los países imperialistas pro-neoliberales para “paliar” las crisis generadas en las propias estructuras del sistema capitalista a nivel del mundo globalizado? Las contradicciones entre la Casa Blanca y la Comunidad Europea están surgiendo por motivo de las muy profundas diferencias, en cada lado del Atlántico, por las decisiones alcanzadas en Europa para afrontar la crisis financiera y las consecuencias que dicha crisis impacta en toda la estructura económica capitalista europea como también en sus propias sociedades. Los sindicatos europeos más “adelantados” en la Europa occidentalizada están analizando las causas y consecuencias de la actual crisis y las posibles respuestas laborales que deberían asumir los sindicatos para que, como lo dijo un dirigente laboral español, poder afrontar y proteger los sueldos y salarios de sus afiliados, con una frase que representa, muy al estilo de Lope de Vega, todo el impacto que la crisis tendrá en los sectores más débiles de las sociedades europeas: “nos obligan a ir a la procesión y nos roban la cartera”.
Frente a estas objetivas realidades, la oposición venezolana sigue en línea con sus partidos políticos, es decir, los medios de comunicación apoyados, en la reunión de la SIP, reunida en Madrid, con la anuencia del Rey de España. ¡Los españoles no aprenden! En vez de analizar las causas de la crisis financiera que ha impactado a la propia estructura del núcleo del Poder económico mundial radicado en la “Gran Manzana”, centran sus críticas en la Revolución Bolivariana, en Hugo Rafael Chávez Frías, y las decisiones socio-económicas, democráticamente alcanzadas, por las sociedades del continente americano. José Vicente Rangel lo expresó, claramente, en su columna en el matutino “Últimas Noticias” (lunes, 06 octubre, 2008). Definitivamente, ¡¡¡no hay peor sordo que el que no quiere oír!!! ¿Hasta dónde debería llegar la paciencia política hacia un sector comunicacional que practica, permanentemente, la teoría del caos? Si el “patriotismo” es una “virtud humana”, los representantes de ese sector anti-nacionalista, no es, definitivamente, católico.
Seguiremos.
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