Por supuesto que el ministro polaco del medio ambiente Maciej Nowicki debe ser tremendo escuálido (¡Me perdonan si no es así!), pero, a estas alturas de la vida y del siglo XXI venir a decir que “La humanidad, por sus comportamientos ya empujó al sistema del planeta tierra hasta sus límites”, equivale a decir que es un individuo, de una u otra manera, que está comprometido con lo que llaman capitalismo salvaje.
Es decir, que Maciej le echa el carro a la humanidad porque (presuntamente ésta) no tiene el suficiente coraje (pudiéramos ponerle nombre a ese carácter) para resolver los problemas ambientales y entonces se hace el loco y no culpa directamente a los países desarrollados, es decir, a los verdaderos jodedores del ambiente y de la vida y a sus propios líderes, de ser los causantes de los males de la humanidad.
Recuerdo en nuestros días en que recorríamos la avenida Fuerzas Armadas (por supuesto, nada que imaginar a buhoneros ni manteleros), en que se hablaba y se comentaba acerca de los extranjeros a quienes recibíamos muy bien y congeniaban con nosotros, pero alguien a veces de salido, decía que quienes huyeron y vinieron a nuestro continente era porque carecían de testosterona.
En realidad no lo creímos ni lo aceptamos hoy. Nuestros extranjeros en el pasado son nuestros venezolanos de hoy y nada tienen que ver con este individuo que se llama Maciej y que no sabemos a quien complace, cuando él sabe, que la mayoría, por no decir el 99 por ciento de los daños ambientales lo han ocasionado los países desarrollados, los que llaman industrializados, esos que forman parte del gran conglomerado capitalista del mundo, cuya consigna es ganar y ganar y los pendejos que no pueden comprar que se aparten.
No creo que podamos ser tan tontos ni tan cipayos como algunos europeos, citamos el caso de algunos españoles (¡No todos, por Dios!), pero al menos, como latinoamericanos debemos tener la cabeza muy fresca para reconocer, de nuevo, (algunos por primera vez) que el sentido de la colonización de los europeos no lo han perdido con relación a nosotros. Ellos (pese a las mentiras y la hipocresía, que se pierden de vista) aunque no lo confiesen, nada quieren saber de los latinoamericanos, salvo para que seamos sus empleados en este siglo XXI y podamos producirles beneficios, esto es, mano de obra barata y nada más, es decir, que les limpiemos las pocetas.
A veces complican los sentimientos. Pensar que los demás son tan tontos y ni siquiera se imaginan cuán manipulados han sido y son, es, al menos en Venezuela, un trabajo de la revolución bolivariana, porque en este país ha existido una gigantesca manipulación con los jóvenes realmente destructiva.
¡Da o no dolor ver a un hijo con un arete en una de sus orejas, sin entender el sentido del arete, sin ser indio, ni indígena, ni miembro de alguna etnia, solo porque algunos empresarios dijeron que “este negocio es mío” y enredaron a media humanidad en el negocio y porque algunos vivos “vieron el tatuaje de miembros de etnias y tribus” alrededor del mundo y se dijeron que allí había un negocio y lo copiaron y lo tecnologizaron, por emplear mal el idioma.
Entonces este individuo, Maciej Nowicki, como no tiene suficientes riñones o a lo mejor se acostumbró a la mentalidad colonialista europea, le echa el carro o, en español sin jerga, acusa a la humanidad entera de que le queda un año para salvar al planeta.
En realidad, para entender el asunto, hay que decir que es un mediocre empleado que busca promoción en la prensa, pero que en modo alguno le importa qué cosa le pasa al mundo, mientras a él no le llegue. Hay que tener testosterona extraña para declarar lo que ese señor declaró.wwwpertinentes.blogspot.com
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