Un soberano zapatazo para Olmert

C uando el colega iraquí Muntadhar al-Zeidi se quitó su par de zapatos y se los lanzó a Bush en plena rueda de prensa en Bagdad, probablemente no imaginó que su acción se convertiría en un símbolo de rebeldía, de genuina y valiente protesta contra el cinismo del mandatario gringo.

Transcurridas apenas cuatro semanas desde ese hecho, sueño con que millones de zapatos salen disparados desde los cuatro puntos cardinales del orbe, con destino a Tel Aviv.

Imagino montañas y montañas de chancletas usadas, apiladas junto al palacio de Gobierno israelí. Pienso en que si el mundo tuviese un poco más de dignidad y solidaridad, las calles israelitas se harían pequeñas para amontonar tanto calzado junto. Seguro que si pensásemos un poco más en los demás y menos en el bolsillo propio, preferiríamos quedarnos descalzos a seguir viendo lo que estamos presenciando.

Dentro de nueve días se mudará a la Casa Blanca un hombre negro. Barack Obama, quien para más colmo tiene a Hussein como segundo nombre, ha preferido mantener "discreto" silencio frente al horror que sufre la nación palestina. No ha querido interferir en la política exterior de su ya casi predecesor, el nefasto Bush, para reservarse la expectativa que sobre su posición con relación a la agresión sionista contra la nación palestina, tiene el mundo entero. Todavía hay unos cuantos ingenuos por ahí que piensan que el cambio en el color de la piel del mandatario del país norteño, implica también una modificación en las estructuras del poder norteamericano. Esa es una ilusión tan grande como el sueño mío de los zapatos voladores. Obama tuvo que pasar el exigentísimo examen del "lobby judío" para poder acceder a la primera magistratura estadounidense, por lo que no dudamos que sus estrategias no diferirán mucho de las actuales. Ya durante su campaña preguntó a una audiencia prosionista que lo escuchaba qué podría hacer él por Israel. Debe tener la respuesta en la punta de nuevos misiles.

Venezuela dio esta semana una nueva muestra de valentía y dignidad. En un gesto ni siquiera emulado por otras naciones árabes, mandó al Embajador israelí a hacerle compañía al diplomático norteamericano que habíamos expulsado meses atrás. Seguro ambos estarán reunidos ahora pensando en la forma cómo nos van a cobrar el atrevimiento. Ya estamos desde hace rato anotados en la lista de los "terroristas", que nos alinea automáticamente con Hamas, Hezbolah, Al Qaeda, los cubanos, los sandinistas, los iraníes, los bolivianos, los afganos y todo ese montón de piedritas soberanas atravesadas en el camino de los judíos.

Pero también esta semana, el "dictador" que nos gobierna se nos volvió repentinamente democrático y le arrebató el bocado de la enmienda constitucional a la oposición. Una cosa y otra acontecieron en tan sólo 24 horas. Todavía siguen los fascistas criollos buscando la manera de responder ambas jugadas. Se solidarizan con los israelíes y responden a la propuesta de postulación continua con argumentos que desdicen de sus propias posiciones anteriores. Si acaso quisieran buscar asesoría sionista para tratar de enmendar sus desaciertos, ya yo tengo mi par de zapatos preparados.

Mlinar2004@yahoo.es


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Mariadela Linares


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