Las opiniones que sobre Venezuela dieron Barack Obama y Hillary Clinton días antes de la cumbre de Trinidad y Tobago, reforzaron a quienes decimos “gringos ignorantes go home”. El afrodescendiente de nombre musulmán pretendió hacerle aceptar al mundo que olvidemos las barbaridades cometidas con los países al sur del Río Grande, a tiempo que la esposa del ex Presidente Clinton, tragándose sus referencias anteriores contra la revolución bolivariana, reconoció con franqueza el fracaso de Washington intentando aislar el proceso venezolano. En Venezuela los pitiyanquis lloraron porque su “negrito” -como lo llaman-, no pudo con ese “barinés bembón” nacido en Sabaneta a quien mencionan con odio irracional. Los acontecimientos ocasionados por el dirigente venezolano cultor de la doctrina bolivariana-martiana-sanmartiniana-morazaniana-farabundiana-tupacamaruana o como se le llame en exigencia libérrima, sorprendieron a la empecinada oposición vende patria empeñada en intentar ridiculizar el gesto caballeroso de Chávez, quien frente al calculado discurso de Obama pidiendo “olvido del pasado”, en actitud de quien da una lección a la evidente falta de conocimiento o analfabetismo funcional tradicional de los estadounidenses respecto a nuestras tierras, le obsequió el famoso libro “Las venas abiertas de América Latina” del uruguayo Eduardo Galeano. La cordialidad diplomática entre Obama y el revolucionario del sur Hugo Chávez, dieron la vuelta al mundo y el libro bate récord de venta internacional. Las naciones del ALBA que anunciaron la no firma a una declaración final triunfaron, pues a excepción del primer ministro anfitrión en Trinidad y Tobago nadie más firmó, confirmando que era una declaración preparada desde hace dos años cuando mandaba Bush, para asegurarse que en la cumbre del 2009 signaran un documento complaciente, el cual fue inteligentemente ironizado por el presidente ecuatoriano Rafael Correa cuando afirmó que firmar era lo mismo que aceptarle a alguien que le pregunte si quiere a su abuelito… Desmontada la hipocresía prepotente de Washington, el capitalismo imperialista quedó desnudo o cuando menos “como la guayabera”, es decir, fuera de la realidad. Realidad que durante tantos años pretendieron ocultar y explotó con la crisis mundial provocada por ambiciones capitalistas salvajes, esencialmente de la política estadounidense sin orientación ni ideas, solicitando que “de ahora en adelante” hagamos borrón y cuenta nueva, precisamente cuando el mundo sufre un gigantesco colapso debido a la hipocritocracia capitalista del sistema que boquea al borde del nocaut, buscando desesperadamente oxígeno para sacarse la andanada de golpes ideológicos y nacionalistas, conectados por una nueva América Latina representada en Trinidad y Tobago, evento que culminó deliberaciones justo el día de celebrarse en Venezuela 199 años del 19 de Abril de 1810, fecha inicial del movimiento patriótico formal que por primera vez en las colonias de esta parte del mundo exigía la independencia y mostró al mundo el propósito de sacudirnos aquel otro imperialismo, el colonialismo español. En definitiva, no podemos “olvidar” porque a alguien le interese por razones de barata politiquería, pues vale recordar y recordar siguiendo el ejemplo bolivariano, las razones del socialismo del Siglo XXI, expandiendo su influencia en América y prácticamente en el mundo entero. Por algo el Presidente Lula le recomendó a Hillary Clinton y a Barack Obama no guiarse por lo que digan de Chávez y Venezuela medios de comunicación social y pésimos asesores diplomáticos, que se niegan a ver e informar la auténtica realidad venezolana.
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