¿El nuevo modelo de antiguas políticas?

Obama: política exterior en desarrollo

El reciente huésped de 100 días en la Casa del Pueblo, Barack Obama, definitivamente, ha marcado diferencias, en la tradicional Política Exterior de los EEUU de América, con su antecesor George W. Bush, hijo. No lo decimos nosotros sino connotados intelectuales, expertos en temas referidos, incluso, algunos de ellos, con trayectoria burocrática del más alto nivel en la Administración norteamericana. Nos referiremos a Richard N. Haass, Madeleine K. Albright y Colin L. Powell. Ninguno de los tres expertos necesita presentación.

El primero de los mencionados, el señor Haass, escribió un artículo para el diario “The Daily Star”; los otros dos intelectuales-burócratas, publicaron su análisis en “The Wall Street Journal”. Richard H. Haass tituló su artículo como “Realism is back, because democracy is an uncertain proposition” (“El Realismo regresa porque la democracia se encuentra en una situación incierta”); mientras que el artículo de ambos ex-Cancilleres norteamericanos, Albright y Powell, fue titulado: “Don't Forget About Foreign Aid, Prosperity depends on stability” (“No se olviden de la Ayuda Exterior, el Desarrollo depende de la estabilidad [nuestra y de los países que reciban la ayuda norteamericana]”).

A titulo de introducción podríamos referirnos a otros cuatro análisis realizados por Thomas P.M. Barnett, Steve Clemons, Anthony H. Cordesman, Nikolas Gvosdev y Joshua Muravchik pero nuestro análisis se sustentará en los arriba referidos por considerarlos centrados en la Teoría de las Relaciones Internacionales y las propuestas de los “pesos pesados” de la Política Exterior del Poder (Mûller Roas dixit) de los EEUU de América.

Richard N. Haass comienza refiriéndose sobre las dos visiones que estarían, permanentemente, discutiéndose en los círculos intelectuales norteamericanos: “aislamiento” versus “internacionalismo”. Pero Haass profundiza en su tesis: “…But no debate is more persistent than that between those who believe that American foreign policy's principal purpose should be to influence the external behavior of other states and those who hold that it should be to shape their internal nature...” (“...Pero no hay un debate más persistente que en el que se enfrentan aquellos que consideran que el objetivo de la política exterior norteamericana debería ser influir en el comportamiento en las políticas exteriores de otros estados [países] y aquellos que consideran que se debería influir en la política interna [de los países buscando imponer la democracia representativa según las normas norteamericanas]…”) Es decir, el enfrentamiento entre las dos escuelas norteamericanas, la “realista” y la “idealista”, han desenvainado sus afiladas “dagas” para imponer sobre el otro sus objetivos políticos con todos los intereses que ello implica. Esa actitud se viene manifestando por diferentes declaraciones desde la Casa Blanca y otros organismos públicos norteamericanos cuando se han referido a las propuestas de Barack Obama con respecto a Irán, Israel, Iraq y, por supuesto, Hugo Rafael Chávez Frías.

Richard H. Haass expone sus tesis comentando que “…George W. Bush was the most recent "idealist" proponent of making democracy promotion the main priority for US foreign policy...” (“...George W. Bush [hijo] ha sido el más reciente [politico] “idealista” que ha impulsado la promoción de la democracia como fundamento principal de la política exterior de los EEUU [de América]...”) Frente a esas políticas se encuentra aunque sea difícil de aceptar por lo aparentemente inverosímil, el ex–Presidente George H. W. Bush a quien considera Haass como un seguidor del “realismo” en política exterior.

Richard N. Haass, para sustentar su propuesta, se refiere a las políticas que ambos Presidentes, padre e hijo, impulsaron para Iraq; mientras que Bush hijo consideraba que con el derrocamiento de Sadam Hussein, inmediatamente, se iba a imponer la democracia que a su vez iba a ser ejemplo y modelo para los demás países del área: “…He expected regime change in Baghdad to lead to a democratic Iraq, a development that would in turn transform the region when people elsewhere in the Arab world saw this example and forced their own governments to follow suit…”. Mientras que el padre Bush consideraba que “…intervention would have placed US soldiers in the midst of a complex domestic struggle, one that would have cost enormous resources to sort out if it could be sorted out at all...” (“... [la] intervención colocaría al ejército norteamericano en medio de una lucha domestica compleja que conllevaría un alto costo en recursos para su solución si es que se podría alcanzar una solución…”)

Basándose en los argumentos arriba expuesto por Haass, éste considera que la Política Exterior que viene impulsando Barack Obama está en el marco del “realismo” quizás, diríamos nosotros, con algunas variables que serían las diferencias entre las propuestas de Obama frente a las “normas tradicionales” que se han venido desarrollando, históricamente, desde, a nuestro criterio, la mitad del siglo XIX con aquella política y su significación de “América para los americanos” cuando se refería, en última instancia, que todo país al sur del rio Bravo era considerado “patio trasero” de las políticas de Estado de los EEUU de América.

Señala como argumentos a sus tesis, Richard N. Haass, las diferencias en las políticas que se buscan impulsar con respecto a las realidades de Afganistán y, por carambola, Paquistán. Barack Obama considera, según Haass, lo que los ejércitos norteamericanos (no se refiere a los ejércitos de países miembros de la OTAN no norteamericanos que están presentes en Afganistán) deberán realizar, en sus prácticas de guerra, “…"We have a clear and focused goal: to disrupt, dismantle, and defeat Al-Qaeda in Pakistan and Afghanistan, and to prevent their return to either country in the future…" (“… [Obama] tenemos un objetivo claro y focalizado: quebrar, desmantelar y derrotar a Al-Qaeda en Paquistán y Afganistán y prevenir su recuperación a futuro en ambos países…”)

En ese mismo orden, Haass se refiere al acercamiento del Gobierno de Barack Obama a China y Rusia. En cuanto el objetivo primordial en las relaciones de los EEUU de América con China, la política norteamericana será la de mantener la presión sobre el gobierno chino en el tema de los Derechos Humanos pero se colocaría como objetivos secundarios de esa política realista. Nosotros consideramos que dentro del esquema “realista”, el Gobierno demócrata de Barack Obama ha puesto “los pies en el suelo” aceptando las variables adversas para los EEUU de América en las relaciones bilaterales con China como son las inversiones chinas en Norteamérica, la balanza bilateral comercial negativa para los EEUU, las inversiones y transferencias de tecnologías norteamericanas en territorio chino, el tema de Taiwan, el tema nuclear con respecto a la llamada, popularmente, Corea del Norte y las nuevas políticas que en los temas de “seguridad y defensa” que se viene desarrollando en el área de Asia y el Pacifico, especialmente, con respecto a las rutas marítimas comerciales, como ya lo ha mencionado el Primer Ministro de Australia cuando defendió su nuevo presupuesto militar.

Las relaciones con Rusia, a pesar de las más recientes contradicciones entre la OTAN y Rusia, Barack Obama, en Londres, durante la reunión del G-20, propuso que las relaciones bilaterales se sustentaran en “…the rule of law, respect for fundamental freedoms and human rights, and tolerance for different views," placed far greater emphasis on reducing nuclear arms, addressing Iran's nuclear program, and stabilizing Afghanistan. US support for Russia's admission to the World Trade Organization was unconditional...” (“...el imperio de la ley, respeto a los derechos fundamentales de libertad y los derechos humanos y tolerancia a diferentes visiones [políticas] pero poniendo el mayor énfasis en la reducción de las armas nucleares, alcanzar acuerdos con respecto al desarrollo nuclear de Irán, y la estabilización de Afganistán. Además, los EEUU apoyarán la entrada de Rusia a la Organización Mundial del Comercio sin condiciones previas…”)

Mas “realista” imposible. Pero, como bien lo advierten y proponen Madeleine Albright y Colin Powel, la llamada “Ayuda Exterior” es fundamental en el nuevo marco de la Política Exterior demócrata y del Gobierno de Barack Obama post-Bush hijo. Dicen los autores que “…Our country's economic health and security are inextricably linked to the prosperity and security of the rest of the world... But pulling back from global engagement is not an option. Stability and prosperity go hand in hand... U.S. efforts to promote development and reduce poverty around the world make up a vital component of what Secretary of State Hillary Clinton has called the "three Ds" of U.S. foreign policy: development, defense and diplomacy...” (“...nuestra salud económica y nuestra seguridad están íntimamente ligada a la prosperidad y la seguridad del resto [de los países] del mundo...alejarnos de la política de “compromiso mutuo [engagement] sería un error. La estabilidad y prosperidad [de los EEUU de América] van de la mano…los esfuerzos de los EEUU para promover el desarrollo y disminuir la pobreza alrededor del mundo es una política de vital importancia en lo que la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha definido como [la “política de] las tres “D” en la Política Exterior de los EEUU de América: el “Desarrollo”; la “Defensa” y la “Diplomacia”…”)

Al combinar ambos textos podríamos llegar a algunas conclusiones. La primera es marcar las diferencias en la Política Exterior actual del Poder (Mûller Rojas dixit) de los EEUU de América de las políticas impulsadas por Bush hijo e incorporarlas a las actuales en proceso del Gobierno de Barack Obama. En segundo lugar, según los expertos norteamericanos, la Política Exterior norteamericana ha girado de la “ideológica idealista” a la “pragmática realista”. En tercer lugar podríamos colocar las realidades actuales de la economía norteamericana y las consecuencias a lo interno de la sociedad norteamericana además de las consecuencias que esas políticas financiero-económicas globales han impactado a las economías de los países de economía de exportación como China, Japón, los Tigres, Chile, Colombia, Méjico, Perú, países europeos, por nombrar. En cuarto lugar, es “lugar común” particularmente en el contenido de los discursos de las derechas internacionales que la “crisis de las economías” tendrán consecuencias graves en los sectores sociales que podrían desarrollar situaciones parecidas a las vividas en países europeos en años precedentes del siglo XX.

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Miguel Ángel del Pozo


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