Hasta los más escépticos ya no tienen duda, las bases militares estadounidenses en Colombia no persiguen otro objetivo que no sea un plan preconcebido de agresión a la revolución bolivariana y su líder Hugo Chávez. El portal web de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL) desde hace un buen tiempo viene denunciando al presidente Uribe sobre sus prácticas y malas costumbres; distintos escritores han plasmado en obras la biografía negra del presidente colombiano, su oscuro pasado, su gestión al frente de la aeronáutica civil colombiana, cargo que fue aprovechado para facilitarle las cosas a los capos del narcotráfico y hoy, personalidades como el ex presidente Samper expresan al mundo su preocupación ante el papel que el imperio le pone a Colombia, Colombia la hermana, Colombia la bolivariana, hoy desgraciadamente pisoteada por paramilitares y narcotraficantes que vienen siendo la misma cosa y haciendo el triste papel de peón imperial, por lo menos en eso la quieren convertir.
La amenaza contra Venezuela ya no es el producto de una prolija imaginación, lo acaecido últimamente en la frontera, el desenvolvimiento de un conjunto de hechos nos corrobora que la estrategia imperial está absolutamente develada, no hay ninguna lucha contra el narcotráfico, hay una lucha por apoderarse de la riqueza de Venezuela si, y una lucha por detener el faro que nuestro país representa en esta hora de pueblos levantiscos que persiguen su independencia incluso transitando caminos labrados por la propia burguesía, caminos electorales, que durante largo tiempo estuvieron secuestrados a favor de las clases dominantes, hoy son la punta de lanza de los pueblos para conseguir su independencia con gobiernos progresistas, todo eso aterra al imperio y por eso acelera la marcha para agredirnos, a costa de una o cuantas guerras sean necesarias y es en ese contexto donde hoy le toca a Colombia, lanzada al abismo por su clase dirigente, transitar en una marcha sin retorno al oscurantismo. Ya otrora el imperio ha recurrido a tácticas nefastas, la derecha internacional recurre a su verdadera esencia fascista y guerrerista cada vez que son amenazados sus intereses y ante el avance de los pueblos en su lucha por la liberación e independencia, por eso no es extraño observar lo que hoy observamos con la hermana república de Colombia secuestrada por una banda de narcotraficantes disfrazados de estadistas.
El plan imperial no es nuevo, desde hace rato preparan el terreno, para ello su primera avanzada fue captar un grupo de venezolanos de la oposición que juegan el papel de la quinta columna dentro de Venezuela y ese plan ha sido complementado con el ingreso, desde hace rato, de paramilitares (brazo armado del narcotráfico), y con ello, sería ingenuo negarlo, la penetración de droga a Venezuela se incrementa, con la finalidad de generar desestabilización y descomponer nuestras instituciones al extremo de seguir el camino de las instituciones colombianas, penetradas hasta los tuétanos por el narcotráfico. Al imperialismo norteamericano le conviene este tipo de situaciones, forman parte de su plan estratégico para golpear a Venezuela y con ello la insurrección de los pueblos Latinoamericanos, reiteramos, por lo tanto, hoy, difícilmente algún analista opine lo contrario, salvo los "analistas" propagandistas que el imperio, en perfecto contubernio con el narcotráfico, pagan muy bien.
El tema de las bases militares en Colombia es una prueba de fuego para todos los revolucionarios, pero también para los connacionales de la oposición, aunque sus cabezas dirigentes, por lo menos los más visibles mediáticamente hablando, con un discurso ambivalente interpretan el tema de manera superficial porque no les conviene ir a las profundidades de las causas, lo medios de comunicación de la burguesía hacen el resto, banalizando el tema y presentando las denuncias del presidente Chávez y el gobierno revolucionario como algo "exagerado", pero las bases de la oposición, e incluso cuadros medios de ésta, si a boca de jarro le interrogamos su opinión sobre este macabro plan imperial y apoyados por sus dirigentes, seguramente no estarían de acuerdo con tan despreciable forma de entregar la dignidad, por el contrario la cúpula opositora mantiene el discurso imperial, hilvanado perfectamente por la maquinaria propagandística del imperio. Ese discurso opositor ya lo oficializó el funcionario gringo Thomas Shannon al considerar "exagerada" la reacción de Venezuela, por su parte, los pitiyanquis nuestros ya desde hace rato intentan minimizar lo grave de la situación, mientras tanto, le abren una cabeza de playa a la penetración del paramilitarismo a nuestro territorio y promueven indirectamente la invasión de droga proveniente del vecino país.
No podemos negar que dentro de las filas opositoras de Venezuela hay personas que seguramente no comparten la manera entreguista como la mayoría de la dirigencia antichavista venezolana apoya la tesis imperial, ese sector de la oposición que no está comprometido con la basura del narcotráfico debería expresarse y, aún cuando puedan tener divergencias con nosotros, los socialistas de Venezuela; en este caso particular, donde se trata de la soberanía nacional, donde se trata de mantener la paz y de no caer en la violencia que enfrenta al hermano pueblo colombiano, ese sector opositor, si de verdad cree en el país, si de verdad cree en la patria, en la soberanía y la democracia, está obligado a pronunciarse en contra de los opositores que pretenden crear un escenario de guerra para que el imperio justifique su agresión contra la patria de Bolívar, la patria de todos.
El acuerdo de cooperación militar de Colombia con Estado Unidos persigue un objetivo estratégico para el imperio, los colombianos no hacen sino jugar el juego estadounidense y a cambio el imperio les garantiza obtener todos "los triunfos electorales" y las reelecciones que Uribe y la clase dirigente colombiana quieran, en esos acuerdos hay sectores de la clase política colombiana que no terminan de aceptar la entrega del país al imperio, además de la insurgencia colombiana que resiste en las montañas y los movimientos sociales de ese país, no obstante, el poderío económico que genera el narcotráfico y la estela de podredumbre y corrupción que deja a su paso este flagelo, hace de la hermana república un país frágil para que el imperio con sus bases hagan lo que se les venga en gana. Los sistemas electrónicos que instalarán allí les permitirán a los imperialistas mantener un control y vigilancia de los gobiernos vecinos, fundamentalmente Venezuela; en sus planes primordiales contra la patria de Bolívar está la generación de una guerra con algunas características parecidas a la guerra de los contra en Nicaragua, con la diferencia que la misma será llevada a cabo en avanzada por los brazos armados del narcotráfico, los paramilitares y apoyada desde dentro por los quinta columna, es cuando entonces no es difícil suponer que dentro de Venezuela pretenden consolidar "un frente civil" donde estará sin duda el gobernador del Táchira y el del Zulia actuando en concordancia a los planes imperialistas hasta llegar a un punto en donde soliciten "la intervención de países amigos"....ya Pérez Vivas comenzó solicitándole a Brasil, Chile y Uruguay su intermediación, sin duda que son países amigos estos, pero cabe preguntarse ¿Son estos países el objetivo final de la oposición y del discurso y plan de Pérez Vivas? Si analizamos el tema en frío podemos concluir que este planteamiento, absurdo por demás, tomando en cuenta las buenas relaciones de Venezuela con estos países, sin embargo, no perdamos de vista el desarrollo ulterior de esta tesis de Pérez Vivas, el objetivo es preparar el terreno para luego mostrar sus verdaderas intenciones, crearle una cabeza de playa a las fuerzas militares gringas apostadas en Colombia, los forcejeos diplomáticos los darán en otros escenarios, solo basta interpretar el desenvolvimiento de lo ocurrido en Honduras y díganme sino es menester pensar de esta forma y con esta desconfianza. Este planteamiento en principio parecerá algo "inocente", el llamado a los países amigos, pero nos permite elucubrar un poco hasta concluir que el próximo "país amigo" invitado será EEUU que para entonces ya contará con 7 bases acondicionadas para actuar "en defensa de la democracia" y siguiendo los lineamientos imperiales arremeterá contra Venezuela, para lo cual, esta clase dirigente opositora nuestra se bajará los pantalones con tal y salir de Chávez.
Seguramente habrá integrantes de la oposición venezolana que no comparten la forma como son capaces de entregarse a los designios imperiales algunos políticos de derecha, en este sentido se debe generar opiniones que vayan dirigidas a estos sectores, que si bien no están de acuerdo con Chávez y el gobierno socialista, tampoco imaginamos que estén de acuerdo con las tratativas de sus dirigentes como Pérez Vivas y otros. Solo basta con imaginarse una situación de enfrentamiento en la frontera, incluso, en nuestro propio golfo de Venezuela, según opinan algunos analistas, sin duda, un escenario de este tipo no hará otra cosa sino recrudecer el enfrentamiento entre una oligarquía como la colombiana, capaz de utilizar brazos armados como los paramilitares para diezmar pueblos enteros a punta de sierra y las prácticas más aberrantes, y el bravo pueblo de Venezuela que dará sin duda la batalla hasta su última gota de sangre. A la vez, los pueblos de Latinoamérica están convocados a esta batalla, todo indica que si hipotéticamente llegara a caer Venezuela en manos del imperio, todos los procesos de liberación de nuestros pueblos se verán truncados, lo advierten pensadores como Fidel y ya es bastante decir, una de las mentes más lúcidas e informadas de este continente. Sin duda que esta batalla a la cual se enfrenta Venezuela no es solamente nuestra, es de todos y todas los patriotas y las patriotas de nuestro continente, de esa batalla que estamos obligados a dar está el futuro de nuestras sucesivas generaciones, por ello, salvar a Venezuela es obligación de todo patriota Latinoamericano.
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