Los locos y locas de la oposición, se están alebrestando más de la cuenta. En todos los espacios donde se encuentra un energúmeno de estos, lo primero que hace es pelar el oído, y al primer comentario de alguien, aunque sea para quejarse por el calor, inmediatamente sacan las ponzoñas y dicen que es culpa de presidente Chávez o de los chavistas. Yo los tengo bien medidos, tengo la fortuna de habitar cerca a la casa de uno de sus dirigentes, por lo que puedo decir que los tengo ¿ploteados? - como dijo aquel general cobarde y traidor en el golpe del 2002, refiriéndose a los círculos bolivarianos - se reúnen, fijan estrategias, se informan las ultimas ordenes que les emanan de los centro de poder que los controlan y de allí van a la calle con el DC (disco compacto) cargado. Los veo como salen diciéndose unos a otros, “yo voy para tal sitio, yo para este otro, etc.” Uno me ve, me saluda y luego comenta en viva voz “¡ahora si se va Chávez!”. De esa manera transcurre el vaivén del tiempo para estos infelices títeres. Su otra estrategia es plantar debate publico, escuchar los planteamientos, falsear las palabras dichas y desde allí desarrollar un discurso preñado de mentiras y medias verdades. Por supuesto que como toda mentira, hasta los pocos o muchos expectantes se dan cuenta de la trampa y rápidamente se lo echan en cara. Esta es la vergonzosa realidad de los cuadros bajos y medios de la oposición. Viven de ficción en ficción
Pero ayer pude constatar otra conducta inmoral de esta gente. Cuando cerca de ellos hay alguien que pueda influir en su posición personal de trabajo, estudio o relaciones publicas, los muy cínicos, cambian su discurso, tal como si cambiaran de camisa. La otra modalidad de estos zánganos, consiste que cuando se sienten acorralados, se molestan y acusan los demás de promover la violencia y discriminación. Todos manejan el mismo discurso, las mismas señas y los mismos gestos
Lo procedente en esto es seguir generando la discusión pública y abierta en base a la verdad; con eso tenemos garantizada que la mentira recule y la gente descubra el juego maquiavélico. No caer en las provocaciones de violencia y odio que ellos usan como forma de cerrar el debate, siempre tratarlos con respeto, pero ser contundentes en la argumentación. Es necesario aprender a usar el verbo adecuado en el momento propicio, he descubierto, que la mayoría d ellos tiene un lenguaje limitado, y a cada palabra nueva agregada a la discusión, los saca de quicio y se descontrolan, reaccionando de manera irracional e unos casos y desconcertadamente en otros. En los inicios del debate, solo digamos los argumentos de menos peso, {ellos siempre esperan que se les digan las cosas para luego responder con los consabidos argumentos aprendidos de los DC, luego cuando les exponemos puntos de más peso, se vuelven una maraña de contradicciones, al no poder coordinar las respuestas automáticas aprendidas. Incluso en muchos de ellos he visto unos cambios de conductas y una disposición a ser más críticos con su propia gente, cosa que es buena. Incluso hay unos que se vuelven unas ladillas en internet, pero tristemente para ellos manejan el mismo tipo de argumentos absurdos, banales y rallados de otros espacios. Siempre están a la expectativa de lo que dice, hace o no hace el presidente, para luego tener un poco de motivación para ripostar, pero de manera manipulada y engañosa y no puede ser de otra manera, por que tienen las patas cortiiiicas; como la mentira que son
Pero en algo hay que serles sinceros, cuando dicen que no les dan puestos de responsabilidad en algunas misiones u órganos del proceso: es que ellos no tienen la capacidad moral, intelectual, política e ideológica para impulsar y defender este proceso. No se les puede seguir dando posiciones de liderazgos y decisivas como se ha hecho en algunos espacios. Las veces que se ha dado,- que son muchas - , lo utilizan contra nuestras bases revolucionarias, diciendo que “dentro del proceso no hay gente capaz de hacer el trabajo”
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