Barack Obama se olvidó de la nobleza de la Paz

Consideramos, si nos lo permiten, el discurso del Presidente de los EEUU de América en la Academia Militar de West Point, como una importante pieza política de la Política de Estado estadounidense. En nuestro anterior proponíamos que el discurso contenía dos ideas “encontradas y divergentes”: las propuestas-necesidades del sector militar (léase: industria militar, Pentágono y Secretaría de Defensa) y su propuesta electoral, la de Barack Obama, de “reforma estructural” de las realidades globales del “Imperio y su imperialismo” con la mirada hacia adentro de la superpotencia estadounidense. Barack Obama como Presidente estadounidense complació y se complació tomando dos decisiones importantes: lo que la prensa, la intelectualidad y los factores políticos de aquel país han denominado como “Af-Pak policy” (la Política hacia Afganistán-Paquistán) que nosotros nos permitiríamos traducir como: el “Síndrome Af-Pak”. Es decir, la política guerrerista estadounidense en el escenario que abarca a ambos países: Afganistán y Paquistán. Y la segunda decisión sería, en nuestro criterio, la decisión ejecutiva de Obama al haber decidido la fecha de retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán.

Cada una de las decisiones tiene “sus interioridades”. Al regresar al pasado histórico post-11/09 y la decisión de George W Bush de atacar a los Talibanes y al-Qaeda en Afganistán, nunca se mencionó que la “guerra” se extendería a la región geográfica fronteriza con Paquistán, en territorio paquistano, como ha venido desarrollándose en fechas, relativamente, recientes bajo el argumento de que miembros de los grupos islámicos adversos a la presencia militar occidental en Afganistán y en el mundo islámico, en general, han ocupado espacios geográficos paquistanos. La dialéctica que se ha venido desarrollando gracias a ese objetivo escenario con antecedentes previos de presiones occidentales sobre el gobierno de Islamabad nos estaría señalando los reales objetivos de los “…alcances de nuestros intereses, y la estrategias que mi administración implementará…” (Barack Obama dixit en West Point) que son contrarios, evidentemente, a los deseos expresados por el Presidente Barack Obama, en el mismo discurso en la academia militar referida, con respecto a la futura y temprana retirada de los contingentes militares estadounidenses y de sus aliados de los países miembros de la OTAN de Afganistán: “…And as Commander-in-Chief, I have determined that it is in our vital national interest to send an additional 30,000 U.S. troops to Afghanistan. After 18 months, our troops will begin to come home...” (“…y como Comandante en Jefe, he decidido que es vital para nuestro interés nacional enviar un contingente de tropas de 30 mil hombres [y mujeres] a Afganistán. Después de 18 meses [de misión y acciones de guerra en Afganistán y, por ende, en Paquistán], nuestras tropas comenzarán sus regreso a casa [a los EEUU de América]…); ¿será que el Presidente de los EEUU de América, Barack Obama, es naïve? ¡Insólito!

Para que no quedara duda sobre el significado de su decisión “ejecutiva” sobre el “ir y venir” de tropas estadounidenses a aquella zona de “guerra” como el propio Obama la calificó, en su discurso de aceptación del Nobel de la Paz (la Academia sueca no nos aclaro a cuál “paz” se estaba refiriendo ni si era un premio al presente y/o al futuro de las actividades ejecutivas del Presidente de los EEUU de América, independientemente, sea cual sea el inquilino de la Casa Blanca; nos explicamos. Durante el proceso histórico de la “Guerra de Vietnam” fueron varios los Presidentes estadounidenses que tomaron decisiones ejecutivas sobre aquellas masacres a ciudadanos vietnamitas, violación de los Derechos Humanos y evidentes y comprobadas acciones contra la Naturaleza), nos informó que tenía las bendiciones de las tesis de San Agustín sobre las “guerras justas”. Es necesario explicarnos. San Agustín, africano, Doctor de la Iglesia, hombre de mundo, autor de la “Ciudad de Dios”, propuso la tesis de la “Legítima Defensa y Guerra Justa” (http://www.arbil.org/100dbplo.htm) que, en seguro conocimiento, Barack Obama esgrime como justificación a lo que el propio Barack Obama define como “la guerra”. Es evidente que si no existe guerra, no se podría esgrimir el fundamento de “la guerra” como justificación para, no solo mantener presencia militar activa, es decir, como acción de guerra, sino que no se podría justificar la “profundización e intensificación” del accionar militar-violencia contra la población afgana habitante de la geografía afgana; como tampoco se podría justificar decisiones militares de guerra más allá de las fronteras de Afganistán con Paquistán, es decir, en propio territorio paquistano.

¿Necesita Barack Obama justificar la “guerra” allende las fronteras de Afganistán con sus vecinos? En absoluto, porque hay, en la reciente historia de la guerra, un accionar militar cuando tropas y equipos militares estadounidenses y colombianos actuaron mas allá de la frontera de Colombia sobre suelo patrio del Ecuador y, sucedido ello, ninguna organización internacional (léase: Naciones Unidas y Organización de Estados Americanos) ejercieron sus autoridades correspondientes. Más allá, el propio Presidente de la República de Colombia, don Álvaro Uribe Vélez, acaba de declarar su “decisión ejecutiva” de perseguir a supuestos guerrilleros colombianos en “países vecinos”, según el matutino colombiano “El Nacional” en el día del Libertador (17 de diciembre, 2009).

Pero deberíamos, obligatoriamente, preguntarnos ¿Por qué los EEUU de América y los países miembros de la OTAN están empeñados en profundizar la guerra en Afganistán y trasladarla a territorio de Paquistán? El general Stanley MacChrystal, responsable de la guerra en Iraq, es el militar responsable de esa profundización de la guerra en el llamado “Vietnam de la URSS”. Fue el propio general MacChrystal quien le solicitó a Barack Obama aumentar el contingente de tropas estadounidenses en Afganistán en un número no menor de 40 mil hombres y mujeres. Fue conocido el enfrentamiento entre Barack Obama y MacChrystal por posiciones encontradas; pero, y acá demostramos lo que ha venido aceptando la opinión pública revolucionaria sobre dónde radica el verdadero Poder (Müller Rojas dixit) norteamericano, fue la solicitó de McChrystal la que se impuso en el escenario político estadounidense, es decir, Barack Obama y miembros del partido demócrata norteamericano, fueron derrotados; es decir, se impusieron las “tesis guerreristas”. A título de ejemplo del accionar guerrerista, les proponemos repasen las noticias en este link: http://updatedfrequently.com/afghanistan-war-news-updates-december-5-2009 y la llamada “Operación Cobra”.

Regresando a nuestra inquietud del porqué el Imperio y los post-imperios eurocéntricos estaría empeñados en desarrollar “la guerra” contra pastores, campesinos, miembros de las sociedades urbanas y semi-urbanas en Afganistán y Paquistán, mientras que permiten el desarrollo de la economía del opio y la heroína, de la corrupción, por ellos mismos denunciada; porqué del empeño de profundizar el accionar militar contra un pueblo que, evidentemente, derrotó a los ejércitos soviéticos dejando in-situ una estela de asimetrías estructurales incomprensibles por las ignorancias históricas occidentales ¿El escenario geoestratégico es por el petróleo? ¿Ello significa, solamente, por y en consecuencia del desarrollo del islamismo radical y su expresión militante y extrema contra la presencia occidental en sus predios? ¿La obligada, por evidente, presencia militar de tropas occidentales, estadounidenses y de países miembros de la OTAN, se circunscribe y se circunscribirá, únicamente, a sus accionar militar contra los militantes islámicos del Talibán y de al-Qaeda? ¿Cuáles son las realidades que se están desarrollando en Asia Central que, dentro de la lógica del capitalismo global, se hace necesaria la presencia militar, efectiva y militante, occidental en una región que, históricamente, ha estado acostumbrada a “guerrear” bien por invasiones, bien por expansiones, bien por trashumancia? (Gumilev, L.N. “La búsqueda de un reino imaginario”. Drakontos, Crítica. Barcelona, 1994, pp. 467) (Legg, Stuart. “The Barbarians of Asia”. Barnes & Noble Books. New York, 1970, pp. 350)

Una noticia recorrió el mundo del petróleo: “China y Asia Central consolidaban sus relaciones bilaterales con la inauguración de un gasoducto de 1.833 kilómetros que servirá ciudades como Beijing, Shanghai y Hongkong” via la provincia de Xinjiang, al occidente de China (http://opinion.globaltimes.cn/editorial/2009-12/491848.html) Con la presencia de los Presidentes de China, Kazacastán, Uzbequistán y Turmenistán, el lunes 14 de diciembre, 2009, al inaugurar tan extenso gasoducto, la geopolítica del Asia Central comenzaba a escribir una historia diferente a los altibajos ocurridos durante los siglos XIX y XX. La realidad, evidentemente, va a impactar, en primera instancia, a las relaciones de Rusia con las Repúblicas del Asia Central, las necesarias relaciones con Europa y, en segunda instancia, la geopolítica de Asia Oriental y el Pacífico y el propio desarrollo del sistema capitalista mundial.

La realidad objetiva que acabamos de mencionar, nos obliga, nos referimos a Venezuela, a la Revolución Bolivariana y al propio pueblo venezolano, a asumir nuevas realidades y nuevas responsabilidades. Con esa noticia, quizás, podamos comprender, con mayor profundidad, las realidades que se han venido desarrollando al sur del rio Bravo por el accionar del Imperio, las derechas continentales y extra-continentales, las realidades e implicaciones de la “base estadounidense colombiana” y el futuro de las revoluciones autóctonas de los pueblos latinoamericanos, centroamericanos y caribeños.

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Miguel Ángel del Pozo


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