Eslabón débil

La gira que la Secretaria de Estado los Estados Unidos, Hillary Clinton, realiza por varios países de Nuestra America, evidencia la desesperación que tiene el gobierno de Barak Obama y el aparato militar industrial norteamericano, por la consolidación de la revolución bolivariana y el crecimiento del proceso de cambios soberanistas, independentistas, democráticos y de Justicia Social, que se viene desarrollando en América Latina y el Caribe, y cuya expresión más representativa lo constituye el reciente acuerdo histórico de Cancúm, México, para construir la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe.

La escogencia de los países de Centroamérica para su gira, evidencia, no solo el interés de legitimar a su nuevo “cachorro” hondureño, Porfirio Lobo, sino, especialmente, la intencionalidad de obtener lealtades de sus gobernantes de este “eslabón débil” de Nuestra América que, por los impactos negativos de la crisis global del capitalismo, las debilidades estructurales de sus economías agro-monoprocutoras y, la histórica relación de dependencias de los Estados Unidos, pudieran ser presionados con el fin de impedir su participación en el procesos de rompimiento de la vieja hegemonía imperialista en el continente.

Ofrecimientos de ayuda financiera condicionada, tratamiento especial a las exportaciones de sus oligarquías, acceso de los gobiernos a líneas de créditos del Banco Interamericano de Desarrollo controlado por los Estados Unidos, programas sociales de la UASID, prórroga de la permanencia de los cientos de miles de inmigrantes no legalizados en territorio norteamericano; son parte de los instrumentos de la política exterior del gobierno de Barak Obama-Clinton para tratar de enfrentar y derrotar en Centroamérica, las tendencias soberanistas y de integración que parecen irreversible en la actual situación económica regional y mundial.

Esta política imperialista no se puede neutralizar no derrotar con discursos de buenas intenciones. Es necesario sostener el desarrollo de una generosa y efectiva política de solidaridad y cooperación de los hermanos pueblos de América Latina y el Caribe con esa parte de Nuestra América, que sea capaz de ayudarles a enfrentar los actuales problemas coyunturales y estructurales de sus economías, favoreciendo la atenuación de los gravísimos problemas sociales que se han acumulado en esas sociedades pauperizadas, por cuanto es precisamente ese escenario el que favorece que el imperialismo y sus aliados, desarrollen las maniobras divisionistas y neo-coloniales dirigidas a hacer retroceder la voluntad de esos pueblos y gobiernos de proseguir su apoyo a la construcción de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe.

Mantener y ampliar el Pacto de Petrocaribe, aún en situaciones políticas controversiales, internacionalizar las Misiones Sociales de Salud, Educación y Producción, movilizar los recursos financieros en favor del mejoramiento de la infraestructura de servicio hacia los grupos sociales organizados, mantener el impulso alfabetizador e incrementar las ofertas y proyectos de estudios universitarios a los sectores sociales excluidos, abrir los mercados y facilitar financiamientos para el intercambio comercial justo de la producción social; son parte de la necesaria acción política de la revolución bolivariana, sus aliados de ALBA y de otros gobiernos progresistas de la región, para desbaratar la conspiración divisionista del imperialismo sobre los pueblos y gobiernos de Centroamérica para que avancen, resueltamente, en el proceso de construcción del sueño histórico de los Libertadores: Nuestra América.


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Yoel Pérez Marcano


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