Puede resultar doloroso para las generaciones de palestinos y palestinas que viene sufriendo la expulsión de sus tierras y la agresión sistemática del ejercito y los servicios secretos terroristas del Estado de Israel, pero pareciera que ha llegado el momento de tomar decisiones realistas que conduzcan a la unificación de su pueblo y organizaciones políticas y sociales, en el propósito de fundar hoy, la República Democrática de Palestina en los territorios que la Comunidad Internacional reconoció en 1948, para su pueblo, sin que ello implique renunciar a los derechos históricos a reconstruir las histórica convivencia pacifica entre todos los pueblos de la histórica Palestina y defender los derechos a la tierra, a la repatriación y a la identidad nacional de los millones de palestinos árabes expulsados de sus tierras en las guerras terroristas de “limpieza étnica ejecutadas por el ejército de Israel y los servicios de seguridad.
Israel no es ni será jamás un Estado Nacional porque su existencia no fue mas que el fruto de una conspiración imperialista y de sus grandes aliados del capital sionista internacional, dirigida a introducir en el seno del mundo árabe y musulmán, un ente identificado con sus propósitos de dominación mundial, que fuera capaz de promover la división y la desestabilización del mundo árabe y musulmán, cuyas riquezas, unidad cultural y poderosa religión musulmana, estaba destinada a convertirse – y los hechos posteriores lo han confirmado - en el desafío mas grande a la dominación euro-americana sobre los pueblos y riquezas de la región.
Reconociendo la valentía y entrega del pueblo árabe-palestina en su lucha por la tierra y su identidad nacional, todos los elementos que hoy se manifiestan en la escena regional y mundial, demuestran que la causa palestina, aunque justa y heroica, y gozando aún del aprecio y la solidaridad de la mayoría de los pueblos y gobiernos del planeta, pierde capacidad para avanzar en sus propósito de liberar la otra parte del territorio de la Palestina histórica, a causa de la hegemonía imperialista en el planeta, las divisiones intestinas de sus liderazgos y organizaciones, los enfrentamientos fraticidas entre sus combatientes y la disminución de los apoyos de sus hermanos árabes y musulmanes de la región y el resto del l mundo.
Estas dolorosas circunstancias para la causa árabe-palestina anima la conducta agresiva del enemigo sionista y sus aliados del imperialismo euro-norteamericano, que se resisten al reconocimiento de los derechos históricos del pueblo palestino, a la aplicación de las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas de 1948 y 1967 y que pretende imponerle a los palestinos expulsados de su territorio, la renuncia a su tierra, el robo de Jerusalén, como su capital espiritual y a su identidad como pueblo milenario, a favor del proceso de colonización y limpieza étnica que siguen adelantando en los sionista encabezados por Simon Peres y Benjamin Netanhyua,
Este año debe ser el año del Estado Democrático Palestina, con Jerusalén Este como su capital, para lo cual contará su pueblo con el reconocimiento, la solidaridad y la defensa de la inmensa mayoría de la comunidad internacional, expresada en la voluntad general de los gobiernos del planeta, expresada en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas, con lo cual se abrirá un nuevo capitulo histórico, no importa si de decenas, centenas o miles de años, para que la unidad de Palestina, la Paz entre sus Pueblos y la hermandad entre sus habitantes, se impongan sobre la bestia terrorista del sionismo y el imperialismo.
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