En la red social Twitter y en los medios de comunicación venezolanos se hacen alabanzas o se rechaza la nueva Ley Orgánica del Trabajo. Se afirma su carácter justo al evitar las subcontrataciones y promulgando una medida que favorece a las madres trabajadoras, pero...todo lo que sabemos de la nueva Ley lo hemos visto o bien en la cuenta de Twitter @chavezcandanga o los informan los medios privados y estatales.
Para que yo pueda opinar acerca de una Ley, creo que es justo que la conozca. La discusión sobre la nueva Ley del Trabajo, digamos que me agarró de sorpresa. Que es inclusiva, dicen, que no discrimina. ¿Como voy a saber si eso es verdad si ni siquiera pudimos ver el anteproyecto?. ¿Como poder opinar sin guiarnos por los criterios únicos del Dr Pérez Pirela o del señor de "La Hojilla". En casa, casi siempre tenemos a mano "El Correo del Orinoco" o el "Diario Vea", además de algún medio privado. Mal puede la diputada Gladys Requena hablar de que esa Ley "fue producto de un amplio debate en la sociedad venezolana" si esos y otros medios jamás trajeron un ejemplar del anteproyecto de Ley y no pude ver uno en formato informático. Dicen que se discutió en círculos de trabajadores en empresas del Estado y privadas. ¿O es que fue "cocinada" entre círculos de sindicaleros y no nos dimos cuenta?.
Pero mi intención NO es cuestionar una Ley de la que conozco apenas lo que ya sabemos. Es que una costumbre enraizada en nuestra sociedad el callar cuando dejamos de ser víctimas de una situación injusta. Y es una costumbre que se debe desterrar para que se pueda hablar de eso que aún parece una utopía: "el pueblo legislador".
Todos sabemos que existen empresas transnacionales que se basan en el abominable modelo ventas piramidales como en los casos de OmniLife, HerbaLife, RenaWare, AmWay, etc. El cuento está en que el futuro "empleado" trabaje de manera independiente. En los "cursos de inducción" de los farsantes que prometen empleos, se le habla a la gente de supuestos testimonios de "famosos estudiosos" en el tema laboral y un largo etcétera. Se habla de grandes ventas que uno puede hacer, de los niveles de "bronce", "plata", "oro", "uranio" o que se yo y del hecho de que quienes sean convencidos a meterse a esta pirámide terminan pagándole su sueldo a los "de arriba".
Hablar de beneficios sociales es impensable, «¿para qué desear beneficios de personas asalariadas si se puede ganar mucho dinero e incluso, "fabulosos premios" como electrodomésticos, computadoras y viajes?». Lo que no se dice es que esos "premios" los financian los mismos ganadores. Y, seamos sinceros, eso de "beneficios laborales" no existe porque el empleado, no es más que un "distribuidor independiente", definición infame que las mencionadas empresas usan para eludir beneficios laborales. Pregunto entonces, ¿también estos "distribuidores independientes" están contemplados en la nueva Ley?. Una pregunta razonable que no tiene respuesta.
Y para cerrar, si hemos visto que el Estado no pudo impedir el sabotaje petrolero, no encarceló a los militares de la Plaza Altamira, no impidió la desaparición del Plan Venezuela Móvil, no congeló los precios al entrar en vigencia el Bolívar Fuerte y no puede desarmar maleantes, ¿como puede evitar, entonces, que las empresas de ventas piramidales sigan aprovechándose de sus "distribuidores independientes"?, ¿como va a evitar que las empresas privadas no quieran contratar damas solteras o casadas?.
Pasará, al final, como en el cuento aquel, que todos se hacen la misma pregunta y nada atinan a hacer: «¿Quién le pone el cascabel al gato?».
PD: EPA, la que "construye hogares" y vende a "precios bajitos todos los días" ya empezó la "revancha". ¿Quien sigue ahora?
¡¡¡QUE NO VUELVAN JAMÁS!!!
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