El 15 de enero de 1919, Luxemburgo y Liebknecht, dirigentes ya del Partido Espartaquista alemán, fueron aprehendidos por la policía de la recién instaurada República de Weimar, tras el fallido intento de impulsar un levantamiento revolucionario entre las masas berlinesas. Los agentes los llevaron al hotel Eden, donde los torturaron. A Liebknecht le aplicaron la ley fuga. A Luxemburgo le rompieron el cráneo a culatazos y después le dieron el tiro de gracia. Su cuerpo fue lanzado desde un puente al canal de Landwehr y permaneció flotando en el agua durante dos semanas. David Arrabali, ha hecho una descripción pormenorizada de esos últimos momentos que viviera Rosa Luxemburgo, la Rosa Roja como le llamaban: “Uno de los soldados que la rodeaban, le obligó a seguir a empujones, y la multitud burlona y llena de odio que se agolpaba en el vestíbulo del Hotel Eden le saludó con insultos. Ella alzó su frente ante la multitud y miró a los soldados y a los huéspedes del hotel que se mofaban de ella con sus ojos negros y orgullosos. Y aquellos hombres en sus uniformes desiguales, soldados de la nueva unidad de las tropas de asalto, se sintieron ofendidos por la mirada desdeñosa y casi compasiva de Rosa Luxemburgo, "la rosa roja", "la judía". Le insultaron: "Rosita, ahí viene la vieja puta". Ellos odiaban todo lo que esta mujer había representado en Alemania durante dos décadas: la firme creencia en la idea del socialismo, el feminismo, el antimilitarismo y la oposición a la guerra, que ellos habían perdido en noviembre de 1918. En los días previos los soldados habían aplastado el levantamiento de trabajadores en Berlín. (…) La empujaron y golpearon. Rosa se levantó. Para entonces casi habían alcanzado la puerta trasera del hotel. Fuera esperaba un coche lleno de soldados, quienes, según le habían comunicado, la conducirían a la prisión. Pero uno de los soldados se fue hacia ella levantando su arma y le golpeó en la cabeza con la culata. Ella cayó al suelo. El soldado le propinó un segundo golpe en la sien. El hombre se llamaba Runge. El rostro de Rosa Luxemburgo chorreaba sangre. Runge obedecía órdenes cuando golpeó a Rosa Luxemburgo. Poco antes él había derribado a Karl Liebknecht con la culata de su fusil. También a él le habían arrastrado por el vestíbulo del Hotel Eden. Los soldados levantaron el cuerpo de Rosa. La sangre brotaba de su boca y nariz. La llevaron al vehículo. Sentaron a Rosa entre los dos soldados en el asiento de atrás. Hacía poco que el coche había arrancado cuando le dispararon un tiro a quemarropa. Se pudo escuchar en el hotel. La noche del 15 de enero de 1919 los hombres del cuerpo de asalto asesinaron a Rosa Luxemburgo. Arrojaron su cadáver desde un puente al canal. Al día siguiente todo Berlín sabía ya que la mujer que en los últimos veinte años había desafiado a todos los poderosos y que había cautivado a los asistentes de innumerables asambleas, estaba muerta. (…) Pocos meses después, el 31 de mayo, se encontró el cuerpo de una mujer junto a una esclusa del canal. Se podía reconocer los guantes de Rosa Luxemburgo, parte de su vestido, un pendiente de oro. Pero la cara era irreconocible, ya que el cuerpo hacía tiempo que estaba podrido. Fue identificada y se le enterró el 13 de junio”. (http://mujeresporlademocracia.blogspot.com/2009/01/rosa-luxemburgo.html).
96 años después, en la Patria de Bolívar y Chávez, reaparece el fascismo con nuevos rostros, jóvenes ellos y ellas, pero de mentalidad envejecida por una ideología que solo trasmite odio y violencia: el fascismo. Tantos años pasados y es, en la República Bolivariana de Venezuela en que ha germinado un brote de la enfermedad más siniestra que pueda padecer una sociedad. Así como Rosa, estamos presenciando en territorio patrio la misma saña contra la humanidad, en el asesinato de Giselle Rubilar, compatriota de la Patria Grande, chilena de nacimiento, quien desde su perspectiva de mujer patriota y bolivariana, se atrevió a enfrentar a los güarimberos que colocaron barricadas cerca de su residencia en Mérida; mientras limpiaba su calle, allí llegarían las bandas fascistas en motos cercenándole su vida con un balazo en la sien. Cuatro pequeñines dejan sin su madre las bandas fascistas que azotan la Patria. En otra localidad de nuestro territorio patrio, como lo narra en su cuenta Facebook el cultor popular Gustavo Colina describe lo ocurrido al director de orquestas Havid Sánchez, quien sufre de problemas pulmonares y cardíacos, además de estar en silla de rueda, en la cual se dirigió con su perro mascota hacia los güarimberos que colocaban barricadas cerca de su residencia, y reprenderlos de su error, la respuesta que obtuvo de las bandas fascistas fue su acorralamiento, quienes optaron por tomar su mascota y lanzarla al fuego de las barricadas, muriendo carbonizada. Así actúa el fascismo, nunca tuvo mayor vigencia aquella consigna que nos legara Rosa Luxemburgo que, en la Venezuela Bolivariana: ¡Socialismo o Barbarie!
“La función histórica del fascismo es la de aplastar a la clase obrera, destruir sus organizaciones, ahogar la libertad política, cuando los capitalistas ya se sienten incapaces de dirigir y dominar con ayuda de la maquinaria democrática. El fascismo encuentra su material humano sobre todo en el seno de la pequeña burguesía. Esta última se ve totalmente arruinada por el gran capital. Con la actual estructura social no tiene salvación. Pero no conoce otra salida. Su descontento, su indignación, su desesperación, son desviados por los fascistas del gran capital y dirigidos contra los obreros. Se podría decir que el fascismo es el acto de poner a la pequeña burguesía a disposición de sus peores enemigos. Así, el gran capital arruina primero a las clases medias y después, con ayuda de demagogos fascistas a sueldo incitan a la pequeña burguesía, en estado de desesperación, contra el proletariado. El régimen burgués es capaz de mantenerse sólo con métodos asesinos como estos. ¿Durante cuánto tiempo? Hasta que sea derrocado por la revolución proletaria”. (¿A dónde va Francia?, L. Trotsky). Importante tenerlo en cuenta. “El fascismo es la forma más salvaje y abominable del imperialismo”.
Una actuación similar de estas bandas fascistas contra el pueblo y las instituciones de la Patria, buscando derrocar entonces a nuestro Comandante Hugo Chávez ocurrió en diciembre-enero de 2002-2003, con el denominado paro-sabotaje petrolero. De aquellas luchas contra la reacción fascista que pretendía destruir el país, la unidad nacional se concretó alrededor del liderazgo del Presidente Chávez contra las fuerzas de la antipatria. Los trabajadores y las trabajadoras de la Patria, comprendieron que la lucha contra el fascismo organizado entonces en la Coordinadora Democrática y recibiendo directrices desde Washington, sería más potente sobre la base de la unidad sindical, concretándose la misma en el nacimiento de la Unión Nacional de Trabajadores y Trabajadoras, la UNETE. El 05 de Diciembre de 2009, realizaría su Primer Congreso, más de mil delegados y delegadas debatieron en la sede de la UBV, en Caracas. Con la participación de Federaciones y sindicatos nacionales, como los eléctricos, los de transporte (camioneros), la construcción. Lo mismo que dirigentes del sector petrolero y sindicatos del sector petroquímico. Y las representaciones de la Unión regionales de Trabajadores de los 12 estados que están organizados. Con los principales sindicatos de las industrias básicas, y todas las ramas industriales como alimentos, metalurgia y minería, finanzas, empleados públicos, comercio, salud y muchos otros, que eligieron más de 1000 delegados, el congreso de la UNETE mostró, sin ninguna duda, que era la central mayoritaria del país, en ese entonces.
La democracia de base, la autonomía del Estado y de los partidos burgueses y pequeño burgueses, el internacionalismo y la solidaridad internacional, la defensa de los derechos de género, figuran entre los principios fundamentales que fueron debatidos y aprobados en el congreso. La reivindicación de la clase obrera como sujeto histórico de la revolución socialista y la defensa de las reivindicaciones sociales, laborales y socio económicas de los trabajadores como también de las tareas transicionales que aporten a la profundización, rumbo al socialismo, de la revolución bolivariana, cruzaron los debates sobre programa, según resalta en un artículo suyo, el camarada Stalin Pérez Borges (Congreso Extraordinario de la UNETE, Aporrea, 24-12-2009).
La UNETE, desde su nacimiento se convirtió en la Central Sindical que aglutinó a la dirigencia de la izquierda sindical, un referente nacional contra la derechista CTV y la reformista Central Socialista de Trabajadores del PSUV. Una atada con fuertes lazos a la burguesía y el imperialismo, mientras la otra, fuertemente atada al aparato de Estado burgués y la tecnoburocracia. Ambas caras de una misma moneda, sindicatos amarillos que colocan una camisa de fuerza a las fuerzas liberadoras de la clase trabajadora. De los procesos divisionistas que han caracterizado nuestra movimiento obrero, no escapó la UNETE, de las tendencias que la conformaban, apenas se mantuvieron hasta el presente el CTR y el PCV.
Hoy, que vivimos una situación similar a la del paro-sabotaje de 2002-2003, de acechanza fascista contra la Democracia Participativa y Protagónica proclamada por la Constitución Bolivariana, la UNETE ha optado por aliarse a las fuerzas de la derecha fascista, abandonando su postura de izquierda. Esto, se desprende del Manifiesto a la Nación, que han hecho público en conjunto con la CTV, CGT, Codesa, Fapuv, Fenajupv, Colegio de Ingenieros, Ccura, Mosbase, ASI, Fadess, Fapuv, Apucv, Flec, Sntp, en el que denuncian “uso y abusivo y desproporcionado de la violencia para acallar sus demandas”, siendo ésta: ¡Maduro vete ya!, es la única demanda que han levantado en sus güarimbas. Un Manifiesto en que amenazan al país con la intervención de la OIT en nuestros asuntos internos, además de avalar toda la violencia que han desatado contra el pueblo venezolano y sus instituciones públicas. Se asumen como independientes y autónomos de clase, pero en dicho Manifiesto defienden la libertad de expresión de los dueños de los medios de comunicación de la burguesía, exigen respeto a la contratación colectiva pero, atacan el mejor Contrato Colectivo que han tenido en toda su historia las y los trabajadores universitarios. Desde la trinchera del fascismo, la UNETE se dirige a las y los trabajadores de la Patria, enarbolando la bandera de guerra a muerte que hoy les ha ordenado enarbolar el general guaya, desde su mansión del Este mirandino. Triste papel está jugando esa Central Sindical que fuera un referente importante para la izquierda sindical en nuestro país y en el mundo, pues forma parte de la Federación Sindical Mundial. Triste papel realiza su Coordinadora Nacional, Marcela Máspero, al encauzar su lucha al lado de María Corina Machado, como ocurriera el pasado 07 de marzo en la sede de los Tribunales de la República, en que esa dirigente de la derecha fascista se expresó en términos más que cínicos: “Machado aseguró que en Venezuela los trabajadores son víctimas de un régimen que viola todos sus derechos. “En el país los trabajadores tienen sueldos de hambre, se les viola sus contratos colectivos y se criminaliza sus protestas y es por eso que los respaldamos en su lucha, que es la lucha de todos”, finalizó”. (El Nacional, 07-03-2014).
Nuestro llamado es, a las fuerzas sindicales progresistas que hacen vida en esa importante Central Sindical a deslindarse del fascismo. Esos que hoy comparten la mesa de la supuesta unidad sindical, fascistas de hoy y de ayer, no escatimarían el menor esfuerzo en hacerlos polvos si llegaran a tomar el poder político por la vía de la fuerza, tal como lo pretenden en la actualidad y lo intentaron en el pasado. El “trabajo limpio” que le toca realizar el fascismo no es otro sino arrodillar al factor trabajo a los dictámenes del gran capital, del imperialismo y, para su logro, acciones como los asesinatos de Rosa Luxemburgo y Giselle Rubilar, y otros más, serán la realidad que nos tocará enfrentar en la cotidianidad de un gobierno de corte fascista, como el que pretenden implantar si lograran derrocar al Presidente Nicolás Maduro.