La noche de este jueves 11 de mayo de 2017 el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela le dio un buen regalo del Día de las Madres a las maestras, bedeles y secretarias que se han jubilado en organismos de docencia adscritos al Ministerio del Poder Popular para la Educación. A tal efecto aprobó más de veintiocho mil millones de bolívares. Eso nos parece justo, pues el Estado se actualiza en pagos de prestaciones sociales de ese amplio y sensible sector hasta el bienio 2016-2017. Sin embargo, quienes estamos en la acera de enfrente, el amplio y también sensible sector de las universidades públicas, clamamos por igual gesto de consideración y respeto. Tal vez nuestro ministro Hugbel Roa no ha gritado tan duro para ser oído por el Presidente Maduro para le despache los recursos respectivos, pero le recordamos que la Oficina de Planificación del Sector Universitario, OPSU, apenas está haciendo los cálculos y cómputos de finiquitos de prestaciones sociales y pagos de intereses sobre pasivos laborales correspondientes al año 2012. Es decir, quienes nos jubilamos durante 2013, 2014, 2015 y 2016 estamos a años luz de cobrar nuestros menguados recursos, devorados ya por esta galopante inflación. Si bien se reconoce que ellos en la OPSU están trabajando "rápido" en eso, la verdad deja dudas. El último listado de Petrorinoco salió en diciembre de 2016 y durante estos cuatro meses y medio de 2017 ha crecido nuestra incertidumbre, penurias, y pobreza crítica. Los jubilados estamos amarrados de manos en nuestras casas mirando para el cielo a ver cuñando nos cae una esperanza. No hace falta extenderse en este tema: la urgencia es notoria y pública, y el clamor generalizado. Sólo rogamos celeridad, efectividad y pronto pago porque ya no resistimos el estado de flagelo que nos afecta hasta la médula. Por favor, Presidente Maduro, agilice el pago de prestaciones sociales para los jubilados de las universidades públicas venezolanas.
