La idea del salario mínimo se inicia en Europa como alternativa, en el caso venezolano, a los salarios fijados por la empresa privada, el gobierno y los sindicatos de trabajadores, en una comisión llamada Tripartita.
La idea de los precios justos surgió en Venezuela, en esta V República, como reacción a los brotes inflacionarios que desde entonces se han convertido en la respuesta que da el mercado en materia de precios en general, salvo en materia del precio del salario porque, de perogrullo, precisamente, los Salarios mínimos, muy convenientemente la empresa privada se los viene dejando al Estado.
Efectivamente, ante esas dos intromisiones estatales meramente POLÍTICAS, cargadas del mejor interés o intención MORALISTA, CRISTIANA y AMOROSA, han tenido y seguirán teniendo como reacción de la empresa privada en el mercado capitalista que, por su propia naturaleza, debe ser libre a los efectos de la libre competencia.
Mientras el gobierno y sus "asesores" calificados o no, no entiendan y respeten las leyes económicas, en su autonomía, sus propias leyes, seguirá ahondándonos en este desequilibrio e irrefrenable proceso de hambre que el mercado hoy desata.
Por ejemplo, ¿por qué el gobierno no deja de fijarle los salarios a los trabajadores de la empresa privada? Con ello restablecería la vía de la lucha de clases que hasta ahora ha sido abortada por un gobierno que se arroga la fijación de los costes salariales en la empresa privada y con ello se echa encima todo el odio que generan unos salarios mínimos minimizados que los patrones usan para cargarle la culpa al Estado.
