Tuve la oportunidad de tropezar en algunas reuniones con Elías Jaua en aquellos días en que los trabajadores de Café Fama de América estábamos peleando por la expropiación de la que por entonces era una de las principales torrefactoras del país. La poca confianza que generaba el personaje en cuestión no era la principal preocupación para mí y mis compañeros. Nuestro asunto esencial pasaba fundamentalmente por dos cosas. La primera era prepararnos para dar la pelea contra el grupillo del Ministerio de Agricultura y Tierras, o sea, el grupillo de Jaua, y la segunda, como nos organizábamos para contribuir a que la tesis del "Control Obrero" se convirtiera en una política nacional del movimiento obrero venezolano. Estamos hablando de hace 10 años y la cosa terminó como bien se sabe: La burocracia psuvista maniató por completo cualquier posibilidad emancipadora autónoma de los trabajadores y Elias Jaua y sus secuaces saquearon Fama de America, Café Madrid, Café Venezuela y en general todo lo que tiene que ver con el Agro. Sector que terminó de liquidar Castro Soteldo, ese mismo que habla de la "Burguesía revolucionaria"
Ahora en pleno 2018, en momentos en que Jaua ha quedado fuera del gobierno y en medio de una dinámica donde los trabajadores están siendo los grandes protagonistas contra el brutal ajuste de Maduro y la cúpula militarista, el señor Jaua ha pasado a engrosar las filas del "pensamiento crítico" con una frescura digna de admirar, retratando muy bien al burocratismo madurista y así como el presidente "obrero" dice que resolverá problemas que él mismo ha creado pero los refiere como si fuesen responsabilidad de otros, así mismo vemos al ex vicepresidente de la república, ex canciller, ex ministro de agricultura y tierras, ex ministro de comunas, ex ministro de educación y pare de contar, convertido en una voz disidente que apunta abrirse paso, según sus propias palabras, desde el pueblo, depositario de poder originario, que tiene derecho a reclamar lo que le corresponde.
Este tipo de tramoyas hay que denunciarlas y combatirlas con la misma rabia con que los trabajadores y los sectores populares en lucha venimos enfrentando al Gobierno Nacional y su política hambreadora. La posición de Jaua es el resultado de las disputas interburocraticas donde muchos van quedando rezagados y buscan algún tipo de escape que les permita reposicionarse en función de sus intereses particulares. Eso no debe confundir a ningún sector que autónomamente esté dispuesto a encontrarse con quienes ya han dado un paso adelante correctamente y muestran disposición en avanzar con criterio de clase y empuje anti patronal, tanto público como privado.
La situación por la que estamos pasando quienes vivimos de nuestros trabajos habla claramente de la importancia vital de confiar en nuestras propias fuerzas y ser capaces de construir ese espacio que nos lleve a articular a todos a quienes vienen dando las peleas y convocar a los que todavía no. Ese es el gran valor que tiene la "intersectorial de trabajadores de Venezuela" que recientemente hizo su lanzamiento oficial en el Aula Magna de la UCV, que entre sus grandes retos está el de consolidar una dirección que facilite la mayor canalización de lo que se viene levantando desde los trabajadores más allá de la trayectoria o preferencia partidista. Recuperar definitivamente al movimiento sindical y a la vez armar a la clase trabajadora de una herramienta combativa, es la premisa que desde su incidencia puede definir la suerte que corramos como pueblo de aquí a unas cuantas décadas.
Esas tareas deben ser combinadas con alertar y combatir (repetimos) los cantos de personajes como los Jaua y tantos otros que últimamente se han puesto el traje de contestatarios; por lo que son, por lo que representan y claramente hay que tenerlos en el radar de quienes tienen unas cuantas cuentas que rendir porque el Desfalco a la Nación, la quiebra del aparato productivo y la corrupción en general se reduce a carne y hueso y nos tiene que ir la vida a la mayoría honesta de nuestro país por precisar los rostros perpetradores de tan criminales maniobras, cuyos resultados los vemos en las condiciones lamentables de salud, alimentación, educación y servicios en que nos encontramos.