Ante la arremetida de los precios contra la población y ante el alza incontrolable de los productos de la cesta básica y de consumo primordial de la población se hace imperativo y urgente que el Gobierno, si es verdad que le interesa proteger a la clase trabajadora, de una vez por todas comience a atacar frontalmente el problema de los bajos salarios y los altos precios y adopte medidas radicales como lo debe ser la eliminación de los llamados cesta ticket.
Eran tiempos de la Cuarta Republica cuando a los políticos de entonces se les ocurrió la nefasta idea de que todas las empresas debían tener comedor para sus trabajadores. Como, en la práctica, esto no podía ser posible se creó entonces éste mecanismo de pago de los almuerzos con tickets como una forma de compensar la ausencia de comedores en los establecimientos laborales. De igual forma, se contemplaba la existencia de guarderías en los sitios de trabajo para que las madres pudieran llevar a sus hijos a la vez que ellas se desempeñaban en su jornada laboral pero, nuevamente otra vez de forma nefasta, ante la inexistencia de guarderías a las trabajadoras se les comenzó a pagar un monto equivalente a lo que debería ser el pago mensual en un jardín de infancia.
Esta fue una solución nefasta porque aunque en su momento pudo haber representado una ventaja para los trabajadores el poder disfrutar de sus tickets de alimentación y de algún pago adicional por guardería, a la larga el empresario se fue valiendo de estos beneficios para ir desmejorando el pago del salario de los trabajadores y arrinconándolos cada vez más con un concepto de salario integral que para nada ayudaba a garantizarle unas prestaciones justas, un pago de vacaciones relativamente aceptables y el pago de utilidades que pudiera cubrir muchas de las necesidades que se postergaban hasta fin de año para ser resueltas con dichos pagos. Es decir, el salario básico, con la excusa del pago de cesta tickets y otros supuestos beneficios, fue haciéndose cada vez más y más pequeños con lo que se perjudicó ampliamente a la masa trabajadora.
Por tal motivo, en estos momentos de profunda crisis que atraviesa el país, es oportuno que el Estado tome cartas en el asunto del salario como debe ser. Debe eliminarse el pago de cesta tickets que, aparte de representar un alto gasto administrativo que se le debe cancelar a las empresas operadoras del rubro, lejos de incrementar el salario lo que hace es desmejorarlo. En tal sentido, el monto equivalente a los mismos debe ser incluido en el salario del trabajador y debe ser contabilizado para el cálculo de sus vacaciones, utilidades y de cualquier indemnización que merezca la clase laboral. Esto de por sí, aunque no constituya una solución definitiva para resolver el crítico problema de los bajos salarios en Venezuela, sería una solucíón que contribuya a paliar un poco los compromisos de la agobiada clase trabajadora que ha visto como ha mermado su poder adquisitivo cada día más y más.
Es momento que la clase trabajadora se organice al respecto y que, quienes dicen representarla en la defensa de sus intereses, actúen para que en Venezuela no se estafe más a la clase trabajadora con falsos beneficios que como siempre llevan encubiertos las mayores ganancias para el empresariado.