Lunes, 03 de octubre de 2022.- Yo tengo un hermano, se llama Pedro, el único que me queda, los demás ya se fueron, que lo descubrió, yo tengo una compañera, doña Fru, las demás ya no están, también se fueron, que igualmente lo descubrió, yo tuve o tengo, estamos alejados hace rato, un amigo y compadre que hace años, lo recuerdo claramente, fajado por horas, en la mesa del comedor de su casa, solo, trabajando día y noche, también lo descubrió.
Y el Pataruco que se levantaba antes que saliera el sol, llegaba de primero y se iba de último en su trabajo, forma parte de los que lo descubrieron.
Daniel, mi hijo, fajado y hormigueando, unido a ese combo.
A César devorando libros y escribiendo constantemente, lo descubrió y sigue en eso investigando y buscando.
A Tim y a algunas amigas en tiempos de entrega.
Mi hermano Chicho y mi viejo, formaron parte de ese Club, otros amigos y amigas, algunos conocidos, figuras públicas, familiares, amistades y conocidos, artistas, El Bucaramanga, Manuel, El Chivo, el Pérez Sosa, también lo descubrieron y lo aplicaron, algunos lo siguen haciendo, otros no.
Variaciones sobre el teclado.
En este caso, sobre el teclado de la vida.
Y qué es lo que este señor, que soy yo, me quiere decir, se preguntará, casi fastidiado, quien lee estas líneas y aguantó hasta aquí.
Ya se los voy a decir.
Descubrieron el trabajar como hormigas, con constancia y dedicación, con estricta organización, con persistencia y casi con obstinación, trabajar para lograr lo que se proponen.
Las bondades del trabajar duro.
Como Oscar, como César, como La Pantera, como Gonzalo quien no para y tantos otros que seguramente usted identifica y conoce.
Con la fuerza y determinación de esa colonia gallega, trabajadores insignes, que reforzó a nuestro país en la década de los 50s y que se sigue reflejando en la actualidad, así como la italiana y otras hormigas importadas.
Descubrieron todos los mencionados y muchos por mencionar, las bondades del trabajo sistemático y persistente, lo percibieron y se montaron en ese potro de la autodisciplina y del laboro constante.
Con resultados variados pero generalmente satisfactorios.
Y siempre están las puertas abiertas para los que deseen incorporarse, sumar esfuerzos, no es fácil pero vale la pena.
Trabajar como hormigas para crecer y vivir como gente, como seres humanos.